Los datos conseguidos gracias al nuevo rehén fueron increíblemente reveladores. Ahora podrían considerar estar cerca de la cadena principal de los hechos.
— ¿Quién hubiera pensado que ese muchachito tuviera esa información en su pequeña cabecita? —comentó Kato.
—Parece un libro abierto —añadió Melina sorprendida —eres el verdadero demonio Yurina.
—El joven Kato dijo lo mismo —respondió la aludida.
—Y tiene toda la razón.
—No seas tan severa con ella Kat —habló Zafrán —, ella tiene un increíble don, el que lo sepa manejar es otra cuestión —acotó guiñándole un ojo que causó un leve y casi imperceptible sonrojo en la aludida.
Por increíble que parezca, el dialogo de Zafrán fue volviéndose poco a poco más suelto y cordial asemejándose día con día al de Kato. Debía acostumbrarse a tratarla con cordialidad, ellos eran su familia. Y solo ellos sabían sus verdaderos orígenes. Su actuación debía convencer incluso a sus más allegados.
—Otra vez Yurina, muéstranos que tan poderoso es tu nueva droga —sonrió Melina perversamente.
—Si señorita —y dirigiéndose al rehén habló suavemente — ¿Cuál es tu nombre?
—Elric.
— ¿Recuerdas quién soy?
—Sí, mi colega. Ross.
—Cuéntame Elric, ¿qué es lo que hacías en ese bosque?
— ¿Es que acaso no lo recuerdas Ross? El jefe nos mandó a buscar los pedazos servibles del mutante. Es la tecnología que anda intentando robar desde hace tiempo. Nunca lo habíamos conseguido hasta el momento, y tener una muestra tan completa era casi imposible de creer. Pero llegamos tarde. Alguien se nos adelantó. ¿Crees que el jefe nos mate Ross? —preguntaba el rehén.
Como un viejo colega al cual le cuentas tus más profundos temores con toda la confianza del mundo, el pobre incauto iba revelando todas las cosas que jamás en su sano juicio habría realizado.
—El jefe del que hablas, ¿Quién es? —preguntó Yurina nuevamente.
—Qué cosas más estúpidas preguntas Ross. ¿Es que acaso te golpeaste la cabeza? —bromeaba en un completo estado de aletargamiento. Los ojos dilatados en su totalidad temblorosos y asustados en un absoluto trance semiconsciente —El señor Adler —continuó —. El gran y poderoso europeo. El más astuto, elegante y perfecto —exclamó con total admiración —. Con ese aspecto puede tener lo que quiere el rato que quiere, no cabe duda que debe ser maravilloso ser él. ¡Es tan perfecto que ni siquiera los hombres se niegan a sus encantos!
Kato hizo una mueca de asco.
— ¿Es que acaso tú también caíste en sus encantos bribón? —preguntó Kato con sarcasmo.
—¿Eh? Quien esta allí Ross, me pareció escuchar la voz de alguien por ahí.
Yurina miró a Kato molesta dándole una advertencia con la mirada para que guardara silencio. No debían romper la conexión, si lo hacían el daño cerebral seria irreversible, y aun había mucha información que necesitaban recabar del prisionero.
El método de Yurina consistía básicamente en un trance psicológico que guiado por las drogas inducía al cerebro a un confusa realidad. El prisionero veía solo aquello que el vocero le indicaba convirtiéndose en un verdadero libro abierto. Donde podrías obtener todas las verdades que buscas solo si sabes que preguntar.
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El despertar del Dragón
أدب المراهقينSegunda parte del libro "Enamorándose del demonio" Muchas verdades no han sido dichas, muchas historias no escuchadas. Ha llegado el tiempo de conocer la verdad, de saber quienes son en realidad, y de aceptarse o negarse. De odiarse... o amarse. K...