—Hey, me tenían abandonado. Vi como Dean estaba en tu casa y no me invitaron —Kylan hace un puchero y se cruza de brazos.
—Calma, acosador. Estábamos... —Dean me mira y niega disimuladamente —arreglando temas.
—¡No jodas! Mi primo y la chica que... Es mi amiga hicieron...
—¡No! Piensas mal —digo de inmediato, a lo que Kylan saca una carcajada.
—Igualmente, yo me iré por tres días.
Frunzo el ceño e inmediatamente giro mi cabeza, mirando a Dean.
—¿A dónde vas?
Él se ríe y pasa su brazo derecho por mis hombros, para luego abrazarme del todo y despeinarme.
—No te preocupes, pequeña. Yo estaré bien.
Asiento pero no le creo.
Él me suelta y se despide con un abrazo de su primo. Kylan y yo nos miramos y él me sonríe.
—¿Qué quieres hacer hoy? —pregunta sin dejar de sonreír.
—Ir a clases, tal vez —digo con tono obvio.
—Pregunté qué quieres, no qué crees que te toca hacer.
—Buena esa, muchacho. —le guiño un ojo y sonrío —¿qué tienes pensado hacer hoy?
—¿Crees que tengo un plan para todos los días?
Miro hacia arriba, haciendo como si pensara y le respondo un sencillo «sí».
—Tienes razón, pues hoy nos vamos a un parque de diversiones.
Oh, vaya, a esos sí que no los conozco.
Asiento avergonzada, pero Kylan no se da cuenta de mi estado.
—¿En moto?
—Solo si no andas como una tortuga.
—No prometo nada —dice canturreando.
—Tonto —ruedo los ojos y lo tomo de la mano, gesto que hace que sienta un inmenso calor interno.
Veo la cara de Kylan y veo que su cara está ligeramente sonrosada.
Llegamos a la moto de Kylan, todo el camino en silencio, pero nuestras manos entrelazadas hacían más que las palabras. No fue vergüenza lo que había, ni tensión, mucho menos incomodidad, se sentía como si estuviera en mi hogar.
Mierda, ¿desde cuando pienso así?
Volteo de nuevo a ver a Kylan, pero esta vez soltando su mano. La pregunta que le iba a hacer fue olvidada, gracias a la sonrisa burlona qué tiene ahora Kylan.
—¿Qué? —pregunto con dureza.
—Nada, nada. Adivina qué iremos a hacer hoy antes de ir al parque.
—¿Subirnos a tu moto? —Kylan se ríe a carcajadas ante mi respuesta.
—No, nos iremos a pie. Ya que ninguno de los dos quiere ir lento y ese parque queda algo lejos, obligatoriamente tenemos que ir rápido. Así que compraremos un casco, exclusivamente para ti, nadie lo va a siquiera tocar, solo tu y yo Candle.
Abro los ojos sorprendida y parpadeo un par de veces seguidas, estoy impresionada.
—¿Qué?
—Acabo de decir algo que nunca diría y tu no escuchas. Arruinas mis frases.
—Sí, es en serio, pero es que no sé cómo te atreves a hacer eso por alguien como... Yo.
Mierda, eso sonó como autoestima bajo, ¿verdad?
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Real (Wattys 2017)
Teen FictionNo sé dónde estoy. No sé mi nombre. No sé qué hago aquí y no sé qué hice en mi vida anterior. No sé quiénes son mis amigos o no sé si aunque sea tengo amigos. No sé quiénes son mis enemigos. No sé quién es mi familia. No sé quién fue él. No sé quién...