Capítulo 38

343 25 0
                                    

Las risas no para nada, incluida la mía.

—Dean, cálmate —le digo dejando de reír.

—Cálmate tu, sufrida.

No sé porqué me río de eso, pero lo hago.

—No sé por qué dejo que mi novia haga tonterías con mi primo.

Siento unos brazos fuertes y grandes me rodean mi cintura. Me río y dejó que me lleve.

—Te pones ebria muy fácilmente.

—¿Qué esperabas, Wright? Nunca he bebido, es mi primera vez.

—Verdad, a veces se me olvida que eres Real.

—Todo porque un chico muy guapo de ojos verdes me enseñó a alejarme de lo que me habían hecho, y me enseñó a ser feliz.

—Te amo, Candle.

—Te amo, Wright.

Nuestros labios se juntaron e hicieron conexión. Cada vez que sus perfectos labios tocaban los míos, siento como mi corazón se acelera, como si mi corazón latiera, algo que nunca sentí.

Nos separamos y lo miro a los ojos sonriente, lo abrazo y nos quedamos en esa posición.

Unos segundos después, Dean llega corriendo y riendo.

—Pervertidos románticos, se me perdieron.

Reímos, pero el celular de alguien suena. Todos nos miramos extrañados hasta que todos revisamos, era el de Kylan.

—Diga.

—No me trates así, soy tu tía.

Mis vellos se erizan. Es Dorothea. Su voz es tan clara y fuerte que se escucha hasta donde estamos Dean y yo, que no hace falta recalcar que los dos estamos atentos a la llamada.

—Diga. —lo dice con el mismo tono.

Se escucha un suspiro.

—Tu noviecita...

—Espera. —se aleja y no puedo llegar a escuchar—continúa.

Dorothea habla y mis nervios se hacen presenten, algo que tampoco había sentido hasta que llegó Kylan.

Dorothea se demora mucho frente a la respuesta tan corta de Kylan que hace que los nervios solo aumenten.

—No lo haré.

¿Lo está obligando a algo?

Kylan suspiraba a mi se me encoge el corazón. ¿Qué le acaba de decir?

Sin decir nada, cuelga y se mete las manos al bolsillo.

—Me tengo que ir.

—¿Que te dijo Dorothea?

—Nada, solo dijo que le tenía que ayudar a arreglar la celebración. Ya regreso. Te amo —me da un corto beso en los labios, se despide de Dean y se va.

Veo como camina y sonrío, sonará muy psicópata, pero amo su forma de caminar, es tan segura, tan atractiva, tan elegante, tan él.

—Enamorada, ya, se te va a salir el amor hasta por donde no entra el amor.

Me río y abrazo a Dean.

—Tu necesitas encontrar a alguien.

Dean me abraza de los hombros y responde:

—No, no lo veo necesario, Megan. Estoy bien tal como estoy.

—No te puedes quedar solo toda tu vida.

—Aún estoy joven, me ofendes —hace cara de ofendido.

Reímos y todo se queda en silencio. Hay tensión y no se porqué.

Empiezo a pensar, puede ser que el no quiera estar conmigo, pero descartó esa idea ya que si fuera así, él hubiera sido sincero y ya se hubiera ido. Puede ser que él simplemente quiere silencio. Aunque puede ser que me oculte algo, y estoy casi segura que es eso.

Casi como si fuera casualidad, él dice:

—Megan, te tengo que decir algo.

—¿Qué pasó?

—Verás, he estado... ¿Cómo decirlo? Saliendo con alguien, han sido tan solo dos semanas, pero vaya, esa chica me trae loco.

Sonrío y me alegro por él.

—¿En serio?

—Muy en serio. Ella me saca de quicio, es tan distinta a los demás, y no, no te lo digo como todos los chicos que se enamoran de la chica que es casual y sencilla porque ella no es así. Ella sí es distinta.

—Me alegra, Dean. Intentarlo no te cuesta nada. Digamos, esto no lo sabe él, pero a pesar de pensar todos los días que solo teníamos meses para estar juntos, me arriesgue a estar con Kylan, y puedo decir que por primera vez sentí felicidad. No me arrepiento de nada. Es tu tiempo de ser feliz, te lo mereces, Dean. Eres una persona que agradezco tener a mi lado.

—Megan, mi primo te ha hecho cursi y fresa, definitivamente.

Río y niego con la cabeza.

—Me hizo abrir los ojos, me hizo ver que el mundo, sí, puede tener cosas terribles, ya sabes cuál es el objetivo de ser real, pero me enseño las cosas bellas del mundo. Ya nadie las aprecia y eso es triste, hay tantas cosas lindas en el mundo, como...

—Como esto —completa Dean. Miramos al frente, el sol ya casi totalmente escondido, el cielo azul con tonos púrpura y los edificios de lejos. Todo era hermoso

Dean me abraza de los hombros y siento sus sollozos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Dean me abraza de los hombros y siento sus sollozos.

—Megan, te amo. No en el sentido amoroso ni algo parecido, sino que te amo como una amiga. Te amo como no tienes idea. Eres una persona importante en mi vida. Joder, vaya que eres importante. Nunca te vayas, por favor.

Mi corazón late a mil y se me es imposible responder.

—No tienes que decir nada, sé con tu reacción que también soy importante para ti. Además, ¿quién no amaría a este nene tan lindo?

Río y me separonoara golpearlo.

—Auch, se nota tu amor por mi.

Reímos y seguimos hablando hasta que el cielo se puso totalmente oscuro.

—¿Me perdí de algo importante?

Me giro sorprendida y me levanto rápidamente para luego ir a darle un beso en los labios. No es correspondido y me separo y lo miro, preguntándole con la mirada que pasó.

—Me tengo que ir. Dean, vámonos.

—¿Qué? ¿De qué hablas, primo? Tu siempre que ves a Megan dejas todo de lado para estar con ella.

Sonrío y mi corazón se encoge, pero esa sonrisa se va al ver la cara fulminante de Kylan.

—Yo me iré entonces.

Kylan se empieza a ir y Dean, luego de despedirse de mi, se va con él.

Veo como ellos hablan y en un momento, veo como Kylan aprieta sus puños con furia. En ese momento, veo como Dean me mira, le susurra algo a Kylan y él relaja sus puños, y luego, se van en total.

Mañana los veré en la reunión. El penúltimo día de descanso.

Real (Wattys 2017) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora