—¡Así no, Candle! —grita Kylan.
—¡Pues ya ves que no sirvo, ni nací para el tenis! —le grito de vuelta y me giro.
Estoy frustrada. Sé que es una estupidez, pero quería pasar un momento agradable con Kylan, y por culpa de mi estupidez y amotricidad, no pudimos.
Camino, soltando mi cabello a medida que voy dando más pasos.
Siento como alguien corre a mi lado y seguido de un brazo pesado sobre mis hombros.
—Hey —dice acariciando mi mejilla —¿qué te pasó ahí adentro?
—Nada —digo con voz dura. Hago un intento de separarme de él, pero me sostiene con más fuerza.
—¿Segura? —pregunta mirándome fijamente, causando en mi un escalofrío.
—Sí —digo, y al segundo me arrepiento. Mi voz sonó tan débil, que me sentí débil ante su mirada.
Carraspeo y agarro su brazo y lo bajo. Ésta vez, Kylan no hizo nada para impedirlo.
—Candle, ¿vamos a la piscina?
—Wright, son apenas las seis de la tarde.
—A esta hora la gente se va a sus habitaciones y se va de caminata. Mira —me toma de la mano y nos vamos caminando, rumbo a la piscina. No decimos nada mientras caminamos, pero se siente como un silencio acogedor.
Fuimos a la piscina, nos demoramos un máximo de diez minutos, y cuando llegamos pude apreciar la soledad. Las luces iluminaban la oscuridad, la piscina de un color tan hermoso y el olor de la noche que transmite tranquilidad.
—Sé que te mueres por entrar, vamos.
Agarra la parte baja de mi camiseta blanca holgada y la va subiendo como a poco, estoy tan atontada que no hago nada, y poco a poco levanto mis brazos para que pueda quitarla con facilidad.
—Quítate lo otro, no llego hasta ahí, Candle. —dice mientras se quita su camisa, y vuelvo a entrar en otro trance. Sus músculos se contraen y cuando levanta sus brazos sus cuadros abdominales se marcan aún más. Cuando acaba, me pilla mirándole y siento mi cara arder. Me doy la vuelta y empiezo desabrochar el botón de mis pantalones. Los bajo lentamente y me doy la vuelta. Acomodo mis brazos rodeando mi abdomen y me siento en una silla que hay cerca. Kylan me mira con su ceño fruncido y se acerca a mi.
—Candle, sonríe y disfruta. No te voy a criticar, ni me voy a burlar de ti. Ya te vi, y sigo pensando que eres hermosa. Ahora —dice cambiando su semblante serio de hace unos segundos y ríe — ¡Al agua pato!
Sin dejarme tiempo, me toma de la mano y rápidamente se tira a la piscina, llevándome con él y haciendo que los dos nos mojaramos casi de inmediato.
—¡Maldito! —maldigo gritando, haciendo que unos viejitos nos fulminaran con la mirada.
—Vamos, sé que quieres reírte —susurra Kylan en mi oído mientras siento que bajo el agua, sus brazos rodean mi cintura.
No puedo aguantar y una risa traviesa sale de mis labios. Kylan me mira con un toque de dulzura y me sonríe.
—Vamos a divertirnos —pasa sus manos por debajo del agua, y siento sus brazos bajo mis piernas.
Kylan jadea y lo siguiente que siento es como mi cuerpo es impulsado hacia arriba. Lo primero que hago es gritar y pongo mis brazos rodeando el cuello de Kylan y acunar mi cara en su cuello.
Se oye su carcajada, haciendo que de nuevo los viejos nos miraran. Alzo la mirada, pero no me animo a soltar a Kylan.
Siento como camina y me relajo un momento. Reposo mi cara en su pecho y me tranquilizo. Olvido todo, olvido que soy real, olvido a Dorothea, olvido a Víctor, olvido los asesinatos, y lo más importante; olvido que Kylan es real.
Esa tranquilidad se va cuando mi espalda toca repentinamente el agua de la piscina. Un golpe en seco que dolió, y mucho.
—¿Qué pasó? —pregunto poniéndome de pie.
Kylan se da la vuelta y empieza a nadar, dejándome a mi nada más que confundida.
Me encojo de hombros y empiezo a caminar lentamente –a causa de la piscina– hasta la salida. La única razón por la que estaba acá era la presencia de Kylan.
Subo el primer escalón preparada para salir, pero siento un jalón en la parte de mi cintura y después siento como me hundo.
Peleo bajo el agua, pero el agarre es más fuerte que yo.
Luego de unos segundos en esa posición, me suelta y puedo respirar con paz y tranquilidad.
Me giro y mi corazón se ablanda al ver a Kylan sonriendo, pero no dejo que eso me gane.
Trato de ignorarlo y lo esquivo, pero el vuelta a tomarme de la cintura y yo ruedo los ojos.
—¿Puedes dejar de detenerme? Quiero irme.
Mi voz sale seca, sin emoción alguna. Fría, tal y como el hielo. Volteo a verlo y veo un poco de dolor en sus ojos. Giro mi cabeza para que mi corazón deje de doler, pero no funciona, simplemente es su mirada la que permanece por siempre en mi mente.
Me suelta poco a poco y me deja ir. Me seco con una toalla y me pongo mi ropa. Decido irme a la habitación, así que camino y lentamente, calmandome con el olor de la noche y de la naturaleza, me dirijo a mi destino.
Pestañeo y siento como alguien jala mi brazo con fuerza, pero no la suficiente para herirme. Mis brazos acunados en mi pecho se chocan contra el suyo y mi mirada se dirige hacia su mentón.
Me lleva dos cabezas de altura, y eso en alguna forma me hace sentir protegida. Como si nadie ni nada me pudiese lastimar.
Kylan rodea mi cuerpo con sus brazos y reposa su mentón en mi cabeza, luego de que yo la bajara.
Las palabras no salen de mis labios, ni tampoco de los de él. El silencio reina el lugar, y eso de alguna manera me hace sentir bien.
—Eres muy especial para mi, Candle —susurra casi inaudible luego de unos segundos de silencio —el simple hecho de no tenerte cerca me hace sentir vacío. Llámalo que es muy rápido, que es estúpido, y que es posesivo, pero te necesito a mi lado para calmar los demonios que hay en mi cabeza.
Quedo estática, no sé qué decir ni qué hacer. Más segundos de silencio reinan el lugar, pero esta vez es algo incómodo, como si faltara una pequeña pieza para completar el rompecabezas.
Siento un beso en mi cabeza y como Kylan poco a poco me suelta.
—Te quiero, Candle.
Se da la vuelta y se va en otra dirección.
El frío llega a mi, su abrazo me daba calor y me brindaba protección.
Me quedo en la misma posición un momento.
¿Qué ha sido eso?
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Real (Wattys 2017)
Teen FictionNo sé dónde estoy. No sé mi nombre. No sé qué hago aquí y no sé qué hice en mi vida anterior. No sé quiénes son mis amigos o no sé si aunque sea tengo amigos. No sé quiénes son mis enemigos. No sé quién es mi familia. No sé quién fue él. No sé quién...