Desde ese día, me quedo con más confianza con Kylan. Iría a piscina, pero no me siento cómoda. Sé que me mirarán mal y con pesar, y sé que algunos idiotas pensarán que Kylan y yo somos novios y que él me maltrata.
Hoy iremos de compras y luego de eso, volveremos a la habitación. Kylan dijo que quería ir a jugar tenis.
—Linda, ¿qué te parece si luego de jugar tenis, vamos a la piscina?
Son las ocho de la mañana, y los dos ya estamos vestidos y bañados. Ahora mismo estamos desayunando en el restaurante del hotel.
—Nos demoraremos tiempo en ir a comprar las cosas y... —me interrumpe, sin dejarme terminar de hablar.
—Vamos de noche. Sé que sacarás cualquier pretexto, cualquier excusa para no ir a la piscina. En la noche, sabes que todo el mundo está metido en su mundo y se relaja, además, no se notarán tanto ya que no habrá tanta luz. ¿Lo harías por tu hermoso Kylan? —saca su labio inferior, haciendo un puchero. En mi interior mi corazón se encoge de la ternura que me da. Pero en el exterior, simplemente me río y me quedo seria en un solo instante.
—Está bien. Pero no tengo traje de baño.
—Pan comido. Para algo vamos a ir a comprar cosas. Creo que están en promoción los trajes de baño. ¡Vamos! —toma mi mano y empieza a correr, mis piernas cortas no me permiten ir a tanta velocidad, lo cual hace que me tropiece más de cinco veces.
Kylan se ríe cada qué siente un empujón en su mano, pero no se voltea a mirarme. El sudor empieza a caer lentamente por mi frente. Vamos un minuto corriendo sin parar y yo ya estoy sudando, mientras que Kylan está como si nada, como si estuviera acostado sin hacer nada.
En un momento, Kylan alza su mano libre, y según lo que veo desde atrás, es que se limpia una lágrima. No puedo estar muy segura de eso.
El olor a ese líquido salado que cae por nuestra cara me llega a mis fosas nasales. Sí, definitivamente Kylan está llorando.
Mis pies se detienen y me suelto de la mano de Kylan. Él rápidamente se detiene, pero no se voltea ni se digna a verme.
—¿Qué pasó? —dice de espalda con voz débil, pero a la vez fuerte.
—Volteate. Mírame —ordeno con voz firme.
—¿Tanto quieres ver mi cara, Candle? —dice con un hilo de voz y con un tono bromista.
—No estoy para bromas. Mírame.
Kylan suspira, resignado, y se voltea a verme. Sus ojos rojos, aguantando para no soltar las lágrimas que se asoman, que amenazan por salir, y que él termine de estallar.
Y es justo lo que acaba de pasar, él estalla y me abraza fuerte. Se tiene que agachar para poder apoyar su cabeza en mi cuello. Yo rodeo su abdomen con mis brazos, y decido intentar calmarlo.
—No sé qué te pasó —empiezo con voz calmada —pero espero que no sea nada grave. Sonríe, Kylan. No mereces que lo que sea que sea que te esté atormentando ahora mismo tu mente, te perjudique y te llene de dolor.
—Mierda, Megan. No hagas esto más difícil.
—Está bien, no diré nada más si eso te pone mejor. Sigamos caminando, que desde aquí mismo veo una tienda grande, que supongo que a la que me pensabas llevar, es esa. ¿Me equivoco?
Kylan me ve y sonríe, su nariz está roja, sus ojos le igualan el color. Sus mejillas están empapadas y yo por instinto le toco las mejillas, mojando ahora mis manos levemente.
Con una sonrisa en mis labios lo suelto y entrelazo mi mano derecha con su izquierda. Él me sonríe sin mostrar sus dientes y caminamos tranquilamente, sin ningún rastro de sonido que nos moleste.
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Real (Wattys 2017)
Teen FictionNo sé dónde estoy. No sé mi nombre. No sé qué hago aquí y no sé qué hice en mi vida anterior. No sé quiénes son mis amigos o no sé si aunque sea tengo amigos. No sé quiénes son mis enemigos. No sé quién es mi familia. No sé quién fue él. No sé quién...