Capítulo 1: ¡Cómo la vida ha cambiado!

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THIAGO

──¡Te doy cinco minutos para que salgas de la cama! ──me dirigí hacia el espejo de la habitación y me observé en él para asegurar que mi traje se viese bien.

──¡No! ──se quejó al mismo tiempo que se tapaba la cara con sus manos──. ¡Tengo mucho sueño! ──y de esa forma siguió durmiendo como si no le hubiese dicho nada.

──David, ¡maldición!... Llegaremos tarde así que muévete de una vez ──me acerqué hasta la cama e intenté jalonear de la cobija, pero él estaba tan pegado a ella que me era imposible.

──¡Eres un prometido cruel! ──se quejó cual niño pequeño.

Prometido, todavía esa palabra me parece tan irreal, y peor aún, que sea el prometido de este idiota. Hace un año, David decidió darme una sorpresa: me llevó a un pequeño poblado que se encontraba cerca de la playa. Cuando por fin llegamos, fuimos a cenar a uno de los restaurantes más caros de la zona. No sé cuánto se habrá gastado, pero sé que fue mucho. Después, me llevó al mirador que se hallaba en una de las pequeñas colinas que están cerca de la playa, y ahí sucedió.

FLASHBACK (Un año atrás)

──Thiago ──le llamó el chico de los cabellos negros. El castaño se hallaba viendo por el mirador la hermosa vista de la playa que se apreciaba desde ahí.

──Eh... ¿Qué pasa? ──ante el llamado que había escuchado, se volteó, y observó al ojiazul en la espera de su respuesta.

──¿Sabes por qué te he traído hasta aquí? ──le preguntó con una tierna sonrisa.

El castaño se tomó unos segundos antes de responder, posiblemente se formulaba la respuesta a la pregunta que le habían hecho, pero sin embargo, no se le ocurría una respuesta.

──Bueno, no sé, a veces salimos por ahí tú y yo. Somos pareja, es algo normal ──el pelinegro se acercó un poco hacia él y le miró de arriba abajo, como si estuviese analizando algo.

──En si sí, pero, bueno, hemos sido pareja por cinco años, y de verdad que llegaste a mi vida para hacerme muy feliz. Han sido los mejores cinco años que haya podido tener, y todo es gracias a ti ──las manos del de los ojos azules se posaron en la mejillas del castaño y las acarició con todo el cuidado del mundo.

──David ──susurró al sentir el cálido tacto de esas manos en su piel.

──De verdad, gracias por ser mi pareja, no podría haber pedido nada mejor que el hecho de tenerte conmigo. Me hubiese encantado que todo hubiera ocurrido de manera distinta, ya sabes, no haber sido separados de niños, crecer juntos, ir a la secundaria juntos, ya sabes, no haber pasado por tantas complicaciones, lo de KOT, todo, pero en fin, lo que importa es que estás conmigo, y lo agradezco mucho ──las mejillas de Thiago se habían enrojecido ante todo lo que había escuchado por parte de él, su pareja, el chico que había llegado a amar, amar con todo el sentimiento que esa palabra significaba.

──David... ¿qué quieres decir? ──preguntó. Las manos de David se habían retirado de las mejillas de Thiago.

──Bueno ──en cuestión de segundos se había agachado para poder arrodillarse──. Eres el amor de mi vida, Thiago, y quería preguntarte ──su mano derecho se dirigió hacia uno de los bolsillos de su chaqueta──, ¿si te gustaría casarte conmigo? ──los ojos del castaño casi se salen de su cuenca al escuchar lo que había escuchado. En las manos de David se hallaba una pequeña cajita de color negro, la cual por dentro contenía un anillo dorado con una incrustación de lo que parecía ser diamante de color verde, verde esmeralda como sus ojos.

¡Sin Miedo! (M#2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora