¡Sin Miedo! (M#2)

Capítulo 4: El Complejo

THIAGO

La boda de Miku y Eduardo había acabado. Se veían sumamente adorables, estaban muy felices, y eso me hacía feliz, me encantaba verlos enamorados, Eduardo se lo merecía, Miku se lo merecía. Después de todo el cortejo, habían tomado rumbo hacia el aeropuerto para tomar rumbo a Suecia en donde tendrían su luna de miel. Todos en nuestro grupo se habían enterado de la misión, incluso Eduardo, sin embargo, arriesgándose a que luego Miku le dé una paliza, prometió no decirle nada de esto para que ella pueda tener su luna de miel en paz.

Tal y como acordamos con Yizuki, nos reunimos a la orilla de la carretera que lleva a la montaña Stroker, Yizuki acordó que lo mejor era que no llevásemos muchos autos, por lo que nos dividimos en dos grupos: en nuestra camioneta venían Devon, Sebas, David y yo; Yizuki en su auto traería a Eitel, mi padre Xion y Guillermo. Fuimos los primeros en llegar, habíamos aparcado, y sólo nos encontrábamos esperando para que llegasen los demás antes de adentrarnos en la montaña de Stroker.

──¿Usaremos las pistolas? ──preguntó con un tono algo juguetón Devon.

──Si Mario estuviese aquí ya te habría hecho una mala cara por andar con esos comentarios de doble sentido, ¿sabes? ──bromeó Sebas en lo que se recostaba un poco en la camioneta.

──Lo sé, pero lo bueno es que no está aquí ──respondió con una sonrisa triunfal.

──Sería una lástima que yo al ser su hermano se lo dijese, ¿no? ──le picó David.

──No se lo dirás, David. Yo lo sé, no lo harás porque me quieres como cuñado ──le molestó, acción por la cual David se cruzó de brazos y le fulminó.

──No me importa en verdad, siempre te mantengo vigilado porque si llegas a lastimar a Mario, ten por seguro que te reviento ──le siguió fulminado, sin embargo, Devon no le tomaba en serio y le sonreía con mucha burla.

──Dah, sabes que sólo bromeo, no lastimaría al gatito de ojos azules y tú lo sabes muy bien ──Devon se cruzó de brazos sin dejar de ver a David en ningún instante.

──Cómo digas, pero ya te dije que... ──el ojiazul fue interrumpido por el pito de un auto. La camioneta se estacionó al lado de la de David, y de ella se bajó Yizuki, mi padre, Eitel y Guillermo.

──Disculpen la tardanza, había mucho tráfico ──mencionó Yizuki en lo que se acercaba hasta donde nos hallábamos.

──Ja, linda forma de encubrir el hecho de que duraste cuarenta minutos alistándote ──susurró por lo bajo mi padre Xion, el cual venía atrás junto a Eitel y Gillermo.

──¡TE CALLAS! ──le gritó──. Bueno, en fin, me alegra de que hayan acatado mis órdenes, y viniesen vestidos con la ropa con la cual les pedí.

Yizuki nos había ordenado venir con los trajes negros que solemos usar para las investigaciones. Están hechos de un látex que además de proteger la piel, resiste al frío, es impermeable, resiste al calor y tiene una cubierta que no se expande con la temperatura por lo que no se podía incendiar, además de que es suave, delgado y se adaptaba a la perfección al cuerpo.

──¿Cuál es el plan? ──preguntó Sebas.

──Muy bien, lo primero es que no quiero que todos entren al complejo habitacional, unos harán guardia mientras que los demás entramos ──nos explicó──. Me gustaría que Eitel, David y Guillermo se queden vigilando mientras Thiago, Devon, Sebas, Xion y yo inspeccionamos por dentro ──terminó de decir. De inmediato noté la expresión de David, en definitiva no se hallaba muy feliz que digamos por la decisión que Yizuki había tomado.