Capítulo 25: Sentimientos encontrados

822 125 38
                                    

THIAGO







Kea seguía lanzando ataques, principalmente intentaba atacar a David, sabía de lleno que, al atacarlo a él, me ponía en una situación complicada ya que intentaría defenderlo tanto como me fuera posible, al mismo tiempo que intento no ser atacado por ella ni por ninguno de los otros Shatistas.

—Vale, en verdad que te has vuelto un gran investigador, tus ataques hacia mí son muy bueno, pero no dejaré que vuelvan a ganar. La primera vez no pude tan siquiera defenderme, pero ahora los haré picadillo —Kea lanzó varias ventiscas de energía que me hacían retroceder.

Un ataque de ventisca de energía iba directo hacia David, pero invoqué un campo de protección que lo rodeó para evitar que le hicieran daño. Le disparé repetidas veces a Kea, y logró evitar casi todos los disparos, excepto el último disparo que logró impactarle en la pierna derecha.

—No soy tan débil como la primera vez en la que nos enfrentamos, no me importa si regresaste desde la muerte —repetidas veces le lancé disparos a Kea—. ¡Voy a asesinarte de igual forma! —disparaba como todo un desquiciado, algunos de los disparos que le lancé, los logró esquivar, pero varios le impactaron en el abdomen y en el torso.

Los últimos disparos, lograron dar en el blanco, y la mujer ya se veía cansada y demacrado. Su alma no resistía tantos disparos de una sola sentada.

—¡Piedad! —gritaba la mujer—. ¡Piedad!, ¡Piedad! —no me detuve en ningún momento, no puedo mostrar piedad si intento defender a las personas que amo, no puedo ser compasivo en una situación como esta, debo atacar sin dar tregua de ninguna forma.

Finalmente, le di un disparo en su corazón, y azotó contra el suelo. De inmediato se comenzó a desvanecer, se convirtió en muchas mariposas que salieron volando por los aires.

—¿Qué ha sido eso? —me preguntó David

—No lo sé, alguna clase de conjuro de energía que terminó por materializarla en mariposas, alguna clase de extraño conjuro que nunca había visto antes.

—¡Aléjate mamá! —gritó mi padre Xion, mi abuela le seguía atacando, aun cuando su alma no deseaba tener que pelear con su hijo.

—Papá —le llamé—. Usemos la técnica de red —le avisé.

No quería tener que pelear con mi abuela, pero en este momento, no puedo dejar que las emociones me controlen, esta mujer no es mi abuela, es sólo una materialización de su alma que ha sido puesta en el mundo terrenal. No puedo dejar que esos falsos sentimientos me dominen.

—Abuela Karra —la llamé. Comencé a dispararle una vez que intentó atacarme—. Sigue padre, no te detengas —mi padre también comenzó a dispararle una y otra vez hasta que se vio envuelta en una red de disparos. No podía detenernos a ambos, y ahora que se encuentra distraída, no tiene forma de escapar del ataque.

—¡Dispara David! —la última pieza de la operación, sería que David le diera unos grandes disparos finales. Lanzó varios disparos, pero sólo uno pudo darle en la cabeza, con eso le dio un golpe final que la paralizó.

Una gran sonrisa se dibujó en su boca, parecía estar feliz de ser liberada del control al que había sido sometida. Ahora trascenderá de nuevo, se retirará del mundo terrenal, y pasará de nuevo al mundo de los muertos. El cuerpo de mi abuela comenzó a desvanecerse, miles de mariposas volaron por los aires tal y como había sucedido con Kea.

—Lo lamento, querida madre —susurró mi padre—. Algún día nos volveremos a encontrar, pero será en unas condiciones más agradables que estas. Descansa en paz.

¡Sin Miedo! (M#2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora