Poco se habla de los que hacen resurgir tu mundo día a día, de esos amigos que siempre han estado ahí y que te han visto en tus mejores y en tus peores momentos. Esos amigos que te llenan la copa cuando ves el vaso medio vacío, y te quitan la botella cuando estás al borde del abismo. Los amigos que te miran y te dicen lo preciosa que eres y lo bonitas que haces que sean las calles cuando pasas. Los mismos que te ponen el pijama, el más ridículo pijama, cuando te quedas dormida en el sofá viendo una peli.
Poco se habla de cómo su abrazo puede hacer que todos los problemas se olviden, sus bromas, sus cosquillas, son la llave para liberar cualquier miedo. Y qué decir de cuando cuenta sus movidas, y tu no puedes entender porque le han roto tantísima veces la sonrisa esas historias de amor tan jodidas. E intentas ser payaso, cómico, estúpido, absurdo, por una sonrisa al fin y al cabo.
Poco se habla de los amigos que son verso, poema, poeta y que no son París, ni Barcelona, ni Madrid, porque son hogar, refugio, sonrisa. Poco se habla de esos amigos que te sacan a bailar bajo la lluvia, bajo el sol de agosto y las estrellas de cualquier cielo. De esos que saben cual es tu comida favorita y de qué color te gusta pintarte los labios. Amigos que harían cualquier cosa por ser armazón y que nunca te hirieran.
Amigos que son la barra de un bar un viernes cualquiera, la copa, el alcohol, la fiesta. Los "joder tío, te quiero, gracias por estar ahí", y la mañana siguiente la resaca, el dolor de cabeza. Resucitar en un abrazo después de el dolor en el pecho, un abrazo de esos que hacen crujir los huesos y que te falte el aire.
Poco se habla de los amigos que escuchan siempre los versos de otros, para otros, y que en realidad son los que reconstruyen siempre el poema.
Por eso te he escrito esto a ti, que siempre me has puesto los pies en el cielo, que me enseñaste que soñar se puede también con los ojos abiertos, me dijiste que el amor no entiende de kilómetros, y me demostraste que el amor es una locura, en la que loca y loco, o loca y loca, o loco y loco me da igual, no encuentran ni quieren encontrar la cordura. Me has dado tanto que incluso la poesía se queda corta, y sí, ya sé que dices que soy un desastre, que pierdo el mando en la mayoría de las situaciones, que me dices eso de: " joder pequeña, como lo has líado", pero también me dices que soy preciosa, y que tengo un corazón que no me cabe en el pecho.
Que lo hecho, hecho está y tire pa' alante, porque tu me llevaste a una azotea para que dejara de sentirme tan pequeña y gritara que no tengo miedo a nada. Me agarraste de la mano al cruzar la calle y me regalaste flores el 14 de febrero para que me sintiera flor entre tantísimo capullo. A mi que no me jodan grandulón, poesía eres tú, digan lo que digan, o intenten decir o quieran decir.
