Sonrisas.

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Y tu pensabas que vanidad era lo que escondía entre los pliegues de mi falda. Me decías: "Deja de buscar poetas que le escriban a tus piernas con el alba, niña, no les pidas mas versos si no quieres besos que te calen el alma, no me lleves esa flor dentro si no quieres que el viento te levante la falda". Y cuando llegaba ella polvo me decías: "¡Te pienso arrancar la ropa!". Y folló tanto que se llevó tambien mi corazón.
Con razón éramos amantes de las ruinas, que cuando estábamos en un pozo sin fondo, en lugar de morder el polvo, nos lo echábamos. Ahora paso por esa plaza en la que está escrito: "PORQUE SUEÑO, NO ESTOY LOCO", y yo pienso en lo poco que sueñas tú conmigo. Le he dado la vuelta a tu cuerpo en 80 días, y ahora me da por pensar cuando decías que lo unico que dura siempre, son los recuerdos.

Que triste es todo desde que no estás, desde que me echas de tu vida y me miras como la culpable de este desastre, desde que no soy tu sastre de sonrisas, desde que no veo la tuya me he dado cuenta de que las sonrisas, son risas, que se pronuncian en silencio. Joder, lo siento, no era mi intención atraparte en un verso, convertirte en mi universo, desear darte un beso cada mañana y querer verte dormir aquí.

Siento desear tan fuerte que arda todo el asfalto que hay entre tú y yo. "Como odio pelearme con la razón", me dice el corazón todas las noches. "Ojalá entendiera que este es un caso de amor o muerte" me repite. Como le explico yo ahora a él, que a partir de ahora su función no es más que bombear sangre, que tu ya no estás, y que ya no tiene porque quererte.

Tendría que haber tratado de olvidarte, tendría que haberte dicho que ya no quería que me sacaras a bailar, que yo lo que quería era que me invitaras al baile de tus caderas en frenesí, al sí quiero romper todos los miedos que encarcelan mi vida, que si me daban a elegir, me quedaba con tu boca. Ahora es cuando toca ser fuerte, mirarte de frente y decirte que a veces querer, es dejar ir, es morir para que otro viva.

Y ahora dime si vas a buscar esta sonrisa en otras bocas, si vas a besar su cuello como me besabas a mí, si vas a tener miedo a perderla, como yo tuve miedo de perderte a ti. Si me buscarás entre los pliegues de tus sabanas, después de correrte con ella, con la esperanza de encontrarme ahí y poder arrancarme un abrazo. Enamórate, y quiérele a quien venga, pero no te olvides de mí. Escríbeme una carta de despedida, dime que soy lo peor que ha pasado por tu vida, que yo te seguiré diciendo: "Un placer haberte perdido, que el dolor va a seguir siendo mío".

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