Ringo planeaba esperar a la llegada de Maureen para enfrentarla de una vez por todas, pero su cansancio resultó hacerle una mala jugada dejándolo dormido en cuestión de tiempo. Para cuando llegó la señora Starkey, él ya se había desvanecido entre las sábanas.
[...]
Linda terminó por aceptar la propuesta de William, pesé a que esto la volvería cómplice de un delito del cual tenía algunas dudas, pero no creía necesario llenar de preguntas a aquellos confundidos muchachos. Al aceptar ella, Paul y William se sintieron un poco aliviados, ahora faltaba la siguiente parte del plan: contactar a Ringo.
Para ello William recurrió a la única idea que se le vino a la mente, una que creía era un noventa por ciento eficaz. Le escribió una carta y pidió ayuda a Linda para dársela. La mujer tenía sus mañas, sabiendo llegar a los músicos que deseaba fotografiar, Ringo Starr no era una presa difícil para Linda Eastman.
Transcurrieron tres días en los cuales Linda, William, Martha y Paul la pasaron en la casa de Escocia. El regreso de Ringo se produjo el cinco de septiembre, fecha que William utilizó a su favor para llevar a Linda a los estudios y presentarla como una "amiga especial y excelente fotógrafa", esperando que todo saliese bien. Aquel día George había llegado antes de la hora acordada para llenar de rosas rojas la batería de Ringo, dándole una adorable bienvenida. Con las rosas formó un corazón alrededor del pesado instrumento, que significaba la gran importancia que Ringo significaba al grupo. Al esperado encuentro fue John acompañado de Yoko, y después llegaron William y Linda. En un inicio a John y George no les agrado la idea de que ella estuviese ahí, sobre todo George, que no soportaba la presencia de otra mujer en el estudio, aunque cuando se enteraron de que Linda los había conocido en la sesión de fotos del Sgt Pepper's, cambiaron un poco el humor. John se dio cuenta de que ella era la mujer en la que William se había fijado cuando fueron a Estados Unidos. Conversaron un rato hasta que apareció el baterista de Los Beatles.
Ringo no tenía ganas de regresar sabiendo que los problemas con su esposa era graves, que Paul estaba desaparecido y que seguramente estaría en problemas, más no podía retractarse por respeto a sus compañeros y a su profesión. Se supone debía sentirse conforme y pacifico viviendo en una nueva residencia, con su Maureen y dos hijos, manteniendo una relación amorosa "estable", sin problemas, pero no era así. En la vida de Ringo no había paz desde que había visto a Paul con vida. Sin embargo ahí estaba, atravesando la puerta del estudio.
―¡Ringo! ―exclamaron sus tres compañeros al unísono.
Yoko y Linda se encontraban en el asiento del piano, conversando cortésmente. Ringo las vio pero no les prestó mucha atención. George, John y William recibieron a Ringo con un abrazo afectuoso, aunque los dos primeros Beatles trataron de hacer a un lado al otro, por celos.
―¡Me alegra que vuelvas, amigo! ―sonrió George, tenía días sin hacerlo.
―Hola, George ―Ringo trataba de lucir feliz —. Igual me alegra volver, los eché de menos, chicos, al igual que éste asqueroso estudio...
―Ven, ― George le tomó de una mano y lo condujo hasta la batería cubierta de rosas. Ringo se detuvo en seco, de pronto su triste corazón vislumbro una luz de alegría al encontrarse con tan emotivo recibimiento, y más si provenía de parte del miembro más joven del grupo, su mejor amigo aún. ―¡Taran! ¡Bienvenido de nuevo, Richie Starkey! ―entonces tomó unos pétalos del suelo y comenzó a arrojarlos sobre la cabeza de Ringo. Él rio divertido.
Entre tanto tumulto, John se acercó a Ringo y le estrechó el hombro derecho.
―No cometas esta clase de locuras otra vez, Rings ―dijo —. Hemos tenido que aguantar los ruidos de Paul y eso ya no era lindo.
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A day in the life (The Beatles)
FanfictionCuenta la leyenda que el Beatle, Paul McCartney, falleció el nueve de noviembre del año mil novecientos sesenta y seis tras un accidente automovilístico, mismo que Los Beatles restantes se encargaron de contar mediante una serie de pistas. Muchos di...