CAPÍTULO # 32

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-¿Estas lista?

-Si. Ve primero, en seguida bajo.- no sabemos cómo sucedió ya que Nath y yo permanecimos mirándonos cuando terminamos de cantar.

Ganamos el primer lugar y ahora nos preparábamos para salir a disfrutar de nuestro premio.

Un viaje.

-¿No olvidas nada?.- pregunto cuando baje las escaleras.

-No, vamos o se hará tarde. No vayas a tener fiestas ¿de acuerdo?.- le dije a Dylan.

-No te preocupes hermana. Confía en mi.- frunci el ceño.

-No hagas nada.

Cuando llegamos al aeropuerto decidimos comprar una bebida mientras anunciaban nuestro vuelo.

Nathaniel. ¿Qué pasará por tu cabeza en estos momentos?

-Atencion pasajeros del vuelo 130, favor de abordar.- Nath llego a mi lado y sonrió.

-¿Lista?

-Mas que lista.- tomamos nuestras maletas y comenzamos a abordar.

Esta vez, nada impedirá que la pase de maravilla.

Durante el vuelo permanecí dormida, Nath dijo que descansara antes de llegar ya que al hacerlo quería llevarme a un sitio.

Todo iba de maravilla hasta que sentí que regaban besos por todo mi rostro excepto por mis labios.
Frunci el ceño.

-¿Y ese puchero?

-Si me vas a besar solo has lo.- me cruce de brazos.- ¿ya llegamos?

-Si.- sonrió.- iremos al hotel nos daremos una ducha y luego iremos a ese lugar.

-A ¿ese lugar?

-Es sorpresa.- me guiño el ojo.

Llegamos al hotel y dimos un pequeño recorrido, era hermoso la cama era enorme y en el baño había una tina donde quizá cabían mas de cinco personas.

-Es hermoso Nath.

-Lose, yo también pienso que soy hermoso.- beso mi mejilla.

-Ya extrañaba al Nath egocéntrico.- dije riendo.

-Bien, vamos a tomar una ducha.- Abrí los ojos sorprendida.

-¿Juntos?

-Si.- Sonreí nerviosa.- oh vamos Riley, no hay nada que no haya visto en ti, ni tu en mi.

-Nath, lose pero... Te conozco perfectamente.- Entre cerré los ojos.

-No haré nada.- levanto las manos en señal de paz.

-Te lo advierto.

-Bien bien, vamos.- me hizo girar y caminar a la ducha.

Mi cara se encontraba colorada.

Nath cerró la puerta a sus espaldas, mi corazón dio un brinco al escuchar la puerta cerrarse.

-Eres un niño.- le di la espalda y cruce mis brazos. No quería que me viera roja de vergüenza.

No podía dejarlo salirse con la suya, así que comencé a retirarme la blusa. Él era quien siempre comenzaba todo, esta vez seria yo.

-Pero amas a este niño.- me abrazo por detrás y beso mi mejilla.

No dije nada, nunca le había dicho a Nathaniel que lo amaba.
Lo quiero de eso no hay duda pero, no estaba segura de si era amor.

Nath comenzó a dar pequeños besos en mi hombro, cerré los ojos disfrutando de su toque.

ENFERMA DE VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora