CAPÍTULO # 33

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Después de un hermoso momento a lado de Nath, comenzamos a cenar, luego paseamos un momento.

-Esto es lo más hermoso que jamas había vivido.- dije abrazada a Nathaniel mientras Caminábamos a la orilla del mar. La vista era increíble de noche.- ¿No es así Nath?.- me detuve para mirarlo.

-¿Estas loca?.- dijo alzando una ceja.- esta vista no es lo mas hermoso, no exageres.- me cruce de brazos.

- Y según tu ¿que es lo más hermoso?.- sonrió y tomo cada uno de mis cachetes y los apretó fuerte.

-Lo más hermoso es estar a lado de mis dos personas favoritas. Mi prometida y esa criaturita que lleva en el vientre.- se inclino y beso mi panza, la cual ya estaba mas formada.

Un poco de viento alboroto mi cabello y me erizo la piel.

-Al parecer habrá una tormenta.- dijo mirando el cielo que traía consigo unas cuantas nubes.- traeré tu abrigo, no tardo.- beso mis labios y comenzó a correr.

Suspire y mire el mar. Nath tenia razón, este mar había estado con nosotros siempre en las buenas y malas.

Fue testigo de la declaración de Nathaniel desde un principio, de nuestra primera pelea, de reconciliaciones, de nuestros temores. Y ahora es testigo de un compromiso que nació a base de todo eso.

-Si que fue una hermosa velada.- gire rápidamente frente a mi, a unos cuantos metros se encontraba Janel con una sonrisa de oreja a oreja.- Te felicito Riley conseguiste lo que querías.- bajo unos largos escalones y camino hasta mi.

-¿Que diablos haces ti aquí?.- sonrió y miro por donde Nath se había marchado.

-Así que Nathy te propuso matrimonio.- ignoro mi pregunta.

-Contesta.- dije firme.

-Nathy y yo nos divertimos bastante.- dijo acariciando su vientre un poco mas grande que el mio.- solo quería que nuestro hijo viera a su padre. Lo extrañaba mucho.

-Quiero que te largues de aquí Janel.- camine hacia ella.

-No te preocupes Riley, me iré.- camino por donde vino y mientras subía las escaleras habló. - por cierto, dile a Nathy que espero verlo nuevamente en mi habitación, hace una horas se fue sin despedirse.- mis ojos se abrieron.

Cerré mis puños llena de furia, no volvería a caer en sus mentiras. Primero escucharía la versión de Nath antes de querer golpearlo.

Camine detrás de ella, subí las escaleras y la obligue a girar.

-Escucha me bien Janel, espero que de te quede gravado. Nathaniel es mío, jamás fue tuyo entiende lo y nunca lo será.- me gire para retirarme pero la estúpida tiro de mi cabello hacia atrás.- ¡¿que haces?!

-Estas equivocada Riley, quizá Nathy sea tuyo ahora pero, muy pronto eso terminará. Él ira detrás de mí.- soltó mi cabello para pegarme una bofetada.

-Nathaniel no haría eso. Si fuera así ¿no crees que hubiera aceptado hacerse cargo de ese niño?.- la cara de Janel se volvió roja por lo que había dicho, pero luego sonrió de manera perversa.

-Bueno, si no se hace cargo de mi bebé... Tampoco sera padre del tuyo.- vi a donde quería llegar con eso y cuando me percaté de que me empujaría tome sus manos e intente alejarla.- ¡Nathy solo puede ser mio! ¡solo será padre de mi hijo!.- continuaba forcejeando.

-Janel estas mal, no puedes obligarlo a estar contigo. Él no te quiere. No es tu Nathy, nunca lo fue.- cuando lo dije recibí otra bofetada.

-¡¡Janel, suelta la!!.- escuche la voz de Nathaniel desde lejos.

-¿Tanto la amas, Nathy? Si es así...- mi tobillo se dobló ante el movimiento que realizó Janel. Al no lograr empujar me, ella misma se había dejado caer por las escaleras, pero no logre zafar me de su agarré.

-¡Riley!.- mi cuerpo comenzó a rodar escaleras abajo junto al de Janel, cada uno de los golpes que recibía mi vientre lograba que una fuerte punzada apareciese, no importaba mi cabeza siendo golpeada por cada escalón. Mi mayor preocupación fue mi bebé que estaba recibiendo algunos fuertes golpes.

Mi cuerpo calló en la arena, una punzada aún más llena de dolor se hizo presente en mi vientre, cuando quice mover mi cuerpo solo logre quejarme.

En ese momento Nath llego a mi lado.

-¡Riley! Joder, lo siento. No debí dejarte sola, lo siento.- Nath tiraba de su cabello lleno de preocupación.- debo sacar esto, mierda.- lo escuche murmurar. Tomo su celular e hizo una llamada, una que no logre escuchar ya que el cansancio podía más.

-Nath.- dije con dificultad.- nuestro bebé Nath.- las lágrimas comenzaron a brotar y con ello las de Nathaniel también.

-Estará bien nena, ambos estarán bien, lo prometo.- beso mis labios una y otra vez.

-Dime que no es verdad. Dime que no estuviste con ella hace unas horas.- Nath negó varias veces.

-Te juro que no fue así.- Sonreí débil.

-Lo sabía, yo confió en ti Nath.- mis párpados pesaban en mi vientre sentía pequeñas punzadas de dolor.

-No te duermas nena, ya viene la ambulancia.- la voz de Nath se escucha tan distante que cadí no lograba comprender lo que decía.

El dolor disminuía así que Sonreí, cuando ya no pude más cerré mis ojos por completo Dejandome llevar por la paz y tranquilidad que se sentía en ese momento.

En mis sueños siempre se encontraba Nath, luego comenzó a aparecer una pequeña versión de ambos corriendo por todos lados. Pero ahora..... Ninguno de ellos apareció en mis tan esperados sueños.

Todo estaba obscuro, grite el nombre de Nathaniel una y otra, y otra vez pero nunca apareció.

Desperté sobresaltada, una luz brillante me obligo a cerrar nuevamente los ojos, cuando logre abrirlos noté como varios cables estaban por todo mi cuerpo.
Mi corazón se aceleró mientras intentaba quitar todos esos aparatos, pero me detuve al sentir un dolor en mi vientre.

-Nath, ¡Nathaniel!.- grite desesperada.

-Riley, tranquila estoy aquí. No me iré.- al miralo lo abrace con todas mis fuerzas.

-¿Donde estoy?.- dije aferrada a él.

-En el hospital. ¿Recuerdas lo que sucedió?.- me aleje un poco de él, mi cabeza recordó a Janel y a mi cayendo por las escaleras.

Miré a Nath a los ojos y él me observo con tristeza.

-¿Que sucedió? Nathaniel.

-Ambas se golpearon muy fuerte al caer.- dijo lentamente.

Tomo mis manos entre las suyas y las apretó con fuerza para decir lo siguiente.

-Ambos bebés murieron.

ENFERMA DE VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora