CAPÍTULO # 34

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Un año ha pasado desde el accidente que causado por Janel.

Debo admitir, que el perder a mi bebé dejo una gran herida en mi.
Pero Nathaniel fue quien mas sufrió, ya que, aunque él no deseaba estar a lado de Janel nunca dijo no querer al hijo que ella llevaba en su vientre.

Él amaba a ambos bebés y el perderlos al mismo tiempo fue un gran golpe.

Mi herida se curo rápidamente, pero eso fue lo de menos.

Después de un tiempo, no hubo noticias de Janel, simplemente desapareció sin dejar rastro.

El tiempo paso muy rápido, nos hemos graduado del instituto y ahora todos tenían empleo.

¿Que sucedió con mi trabajo de medio tiempo?
Nathaniel es muy insistente en algunas ocasiones así que termine renunciando y cuando se entero de la investigación que estuve realizando antes de conocerlo, se puso aún peor.

“Nadie dijo que estar comprometida con alguien fuera sencillo”


FLASHBACK

–Nathaniel, ¿podrías bajar un momento? No puedo alcanzar.... El...– dije llegando a la habitación.

–¿Que es todo esto?.– dijo mirando fijamente la pila de papeles y documentos sobre la cama.

–¿Donde lo encontraste?.– evadi su pregunta.

–Contesta.– dijo firme.

–Solo son viejos papeles sin importancia, olvide botarlos a la basura. Lo haré ahora mismo.– intente tomarlos, pero me detuvo.

–Es Daniel y los chicos. ¿porque tienes esta información de ellos?.– baje la mirada.– ¿No confías en mi?

–Claro que confió en ti Nath, es solo que...

–¿Que? Riley, ya hemos pasado por muchas pruebas, nos casaremos.– dijo llegando a mi lado y tomando mis manos.– ¿No crees que es absurdo tener secretos?

–Lo siento.

–¿Me explicaras que sucede?.– asenti.

–Antes de volver al instituto, estuve realizando algunas investigaciones para saber quienes fueron los que abusaron de mis amigas y de mi.– soltó mis manos.– Tu sabes que a nadie le afecto mas que a mi. Por eso no lograba dejar todo en el pasado.– me senté en el borde de la cama junto a él.

–¿Que ganarías con eso?

–Tranquilidad, lograría dormir sin preocupaciones de tener el mismo recuerdo de ese incidente cada noche. Podría volver a confiar en alguien, podría amar nuevamente. Simplemente volvería a ser yo misma. Pero, cuando entre al instituto, olvide por completo esa información.– fruncio el ceño.– Fue por ti. Me devolviste la calma, siempre que estaba a tu lado olvidaba todo a mi alrededor. Poco a poco y sin darme cuenta, fui olvidando mi venganza.– Sonreí.– tu has ahuyentado mis miedos. Así que no te preocupes por esos papeles, gracias a ti supere mi pasado.

–Eres una tonta.– me abrazo fuertemente.– siempre estaré junto a ti. No me importa si debo cargar con todos tus miedos, lo haré para que seas feliz.– Sonreí como idiota. A su lado siempre era así.

Ya no debía preocuparme por vengarme, al conocer a Nathaniel me di cuenta de que puedo confiar en él.

Ya podríamos escribir nuestra propia historia.

FIN DEL FLASHBACK


–Vamos Riley, llegarás tarde.– dijo Casie corriendo de un lado a otro mientras tomaba algunas cosas.– Por dios, eres la anfitriona y llegaras tarde a la ceremonia.

–Lo se, no te preocupes estaremos a tiempo.– retoque mi maquillaje.

Mi vista se nubló un poco, tanto que tuve que sostenerme de la silla.

–Tranquila, chica.– dijo Rachel llegando a mi lado.

–No la juzgues, cualquiera estaría nerviosa.– dijo Gisselle.

–Apartense, debo colocarle esto.– Ashley traía en sus manos un pequeño adorno para el cabello, con una flor blanca y con detalles brillosos.– listo, quedaste hermosa amiga.

–Gracias a todas.– dije con una sonrisa de oreja a oreja.

–¡Vamos, nos esperan afuera!.– grito Casie.

Bajamos las escaleras y subimos al auto. Minutos mas tarde llegamos a nuestro destino.

Inhale profundo y exhale.

–Jamas me imagine en esta situación.– dijo Rachel.

–Tonta, no llores o llorare yo igual.– le dije a Gisselle al ver sus ojos rojos.

–No estoy llorando, solo... Me entro una basurita al ojo.– Reímos.

Bajamos del auto y caminamos con pasos seguros.

–Te veremos dentro.– dijo Casie abrazando me.

–¿Lista?.– dijo mi padre detrás de mi.

–Eso creo.– Sonreí nerviosa.

Mis padres habían regresado hace unos días solo para estar conmigo este día, luego regresarían a su trabajo ya que han tenido bastantes complicaciones.

La musica se escucho. Me sostuve del brazo de mi padre, ambos respiramos profundamente un par de veces y finalmente emprendimos camino.

Todos murmuraban mientras estaban de pie, me observaban de pies a cabeza y sonreían al verme pasar.

Frente a mi se encontraba Nathaniel con una sonrisa enorme mientras frotaba sus manos con nerviosismo.
Llegamos a su lado y sin dejar de mirarnos a los ojos le prometió a mi padre cuidar bien de mi.

Nos giramos hacia el altar mientras el padre hacia su aparición.

La ceremonia en un abrir y cerrar de ojos concluyó y la tan esperada frase por parte del padre nos hizo sonreír aún más.

–Puede besar a la novia.

Nathaniel me tomo de las manos y me miro con los ojos rojos.

–Jamas creí esperar algo con tantas ansías.– acaricio mi mejilla.– a partir de ahora, prometo hacerte la mujer más feliz del mundo nena.– mis ojos comenzaron a picar anunciando que las lágrimas se aproximaban.– ya nada nos separara.

Se acerco lentamente a mi uniendo nuestras frentes mientras sonreíamos, una lágrima de deslizo por mi mejilla al sentir los suaves labios de Nath sobre los mios.

Por fin, marido y mujer.

Pasamos por muchas cosas juntos y salimos adelante juntos.

Y así paso el tiempo a lado de Nathaniel.

Dos meses mas tarde...

Mire las tres pruebas de embarazo que me había realizado hace unos minutos, una sonrisa se poso en mis labios, tan grande que creí que era un sueño.

Corrí a la habitación donde se encontraba mi esposo.

–!Mi amor! Tengo algo que....– dije abriendo la puerta de golpe y encontrándolo de espaldas. Me quede petrificada al verlo.

No, no era por el echo de que Nath estuviese casi desnudo, era por esa marca que siempre había estado en mis mas temidos sueños.

Siempre fue él, aquel chico al que busque por todas partes, siempre fue Nathaniel.

Fue el único del que nunca supe su paradero, encontré a los otros, menos al chico al que me enfrente.

Aquel chico de la marca que yo provoque  con mis propias manos, se encontraba frente a mi.

ENFERMA DE VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora