Blackstar

230 19 10
                                    

David-----
Me desperté al sentir los rayos de sol que se colaban por las cortinas. Bajé la mirada y me encontré con Diane durmiendo en mi pecho. Después de unos minutos, comenzó a abrir los ojos lentamente, nuestras miradas se cruzaron y permanecimos en silencio.
-¿que tanto miras, David?- cuestionó divertida
-lo linda que eres- acaricié su mejilla
Nos levantamos, me indicó el lugar en el que me podría duchar y salió de la habitación, para poder regresar a su cuarto.

Diane-----

Entré a mi habitación, tomé un baño y comencé a elegir la ropa que me pondría. Opté por un vestido azul marino hasta la rodilla con zapatos bajos blancos y el cabello atado en una coleta alta.
Me coloqué el vestido, me proponía a tomar mis zapatos, cuando todo comenzó a darme vueltas. Suspiré y esperé a que el síntoma cediera un poco pero no servía de nada. Me levanté lentamente y comencé a buscar las pastillas que el médico me recetaba, pero no las encontraba por ningún lado, y cada vez me alteraba más ya que sabía lo que podría pasar después. Me tambaleé hasta el cuarto de al lado para poder buscar el medicamento, abrí la puerta con esfuerzos. Me tomaba de lo primero que se ponía en mi camino  para tratar de no caer, llegué al tocador, abrí el cajón y comencé a revolver entre las pequeñas cajas blancas en busca de mis pastillas. Mi visión se nubló, traté de sostenerme pero me fue imposible, mis piernas comenzaron a temblar y perdí el equilibrio. Quise agarrarme del tocador pero lo único que logré fue, caer al suelo tirando algunas botellas de perfume que estaban ahí, estaba tan débil que no fui capaz de siquiera tratar de disminuir el impacto, caí de espalda golpeándome fuertemente la cabeza contra el suelo.
-¡Diane!-
Escuché a lo lejos, percibí los pasos acelerados de alguien acercándose y sentí unas frías manos levantarme del suelo. Después de eso, todo se tornó negro.

David---
Escuché ruido en la habitación contigua, no le tomé importancia. Todo cambió cuando escuché un fuerte golpe y vidrios rompiéndose. Corrí a ver que pasaba y  encontré a Diane en el suelo, con pedasos de cristales al rededor y encima de ella. Tenía un mal semblante, se veía pálida, algunos cortes provocados por el vidrio se encontraban en sus brazos y manos. La llamé un par de veces pero no reaccionó así que la tomé con sumo cuidado y me dispuse a llegar lo más rápido posible al hospital. Corrí un par de calles hasta llegar, entré con mi novia en brazos. Al ingresar, me proporcionaron una camilla y se alejaron rápidamente con ella. Me entregaron algunos papeles que debía llenar y me pidieron que tomara asiento.
Después de un par de horas, una enfermera se acercó a mí, para informarme que se encontraba estable, y que podría verla hasta el día siguiente.
Eran las 10 de la noche y no podía dejar de vagar por los pasillos del hospital, ansiaba verla y asegurarme de que estuviera bien. Me senté, recargué mi cabeza en la blanca y fría pared de la sala de espera y caí dormido.
-oye- decía una voz femenina mientras movía mi hombro
Desperté de golpe y me encontré con una enfermera frente a mi.
-puedes verla, es por aquí- me dijo mientras me dirigía hacia ma puerta con el número 360 marcado.
Giré lentamente la perilla, la encontré con los ojos cerrados, una bata blanca, suero en su brazo derecho y algunas vendas en sus brazos y cabeza.
Me acerqué hasta quedar en el borde de la camilla, la observé y no podía dejar de preguntarme porqué se encontraba así, además de que me sentía completamente culpable por lo que le había pasado.
Abrió los ojos y extendió su mano para indicarme que la tomara. Me aproximé a ella, tomé su frágil y fría mano, y deposité un corto beso en la misma, ella solo pareció esbozar una débil sonrisa.
-es un lugar aburrido para el hombre de las estrellas ¿no crees?
-aburrido no, te tengo a ti- sonreí.
-buenos días- dijo un médico abriendo la puerta, provocando que volteara
-buenos días- dije aún tomando la mano de mi novia
-¿algún síntoma?- preguntó aquel hombre
-además de que la cabeza me mata, mi espalda duele horrible, no puedo respirar del todo bien, el mareo insoportable, la vista borrosa y las heridas... Mmm.. No creo que no- dijo Diane algo irritada
-sabes que es normal, lo has soportado antes
-lo sé, pero estoy harta, dígame ¿qué harán hoy? ¿Más análisis?
-dos de sangre, una tomografía y tres radiografías
-Empiece ya- dijo Diane resignada mientras extendía su brazo hacia el médico
-no, señorita Wyman, descanse, aún está muy débil. Por cierto, ¿podría acompañarme un momento señor Jones?- dijo dirigiéndose a mi
Asentí,  besé a mi novia en la frente y salí de la habitación.

In love with ziggy stardust...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora