Lady Stardust

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Diane---

Tardamos 2 días en asentarnos relativamente bien, al tercer día comenzamos a mandar solicitudes de empleo a bibliotecas, restaurantes, cines, centros comerciales, incluso a hospitales. Además de que comencé a buscar becas para escuelas de arte y también medicina, si es que no funcionaba mi carrera en el arte. Debo decir que estos días habían sido difíciles para mi, no solo por el cambio de ciudad, sino por las constantes pesadillas y miedo. Sabía que no estaba bien pero a pesar de la insistencia de Lucillle, me negaba a buscar ayuda, no se por qué, pero creía que era lo mejor.
Hubo un día en el que la pesadilla y ansiedad que me produjo, fue tan grande que incluso me dio fiebre. Fue ahí cuando nos decidimos a buscar un buen psicólogo, buscamos en directorios telefónicos y una señora nos recomendó a uno, según era de los mejores en la cuidad, así que decidimos ir a verlo. Entré al consultorio algo nerviosa, pero durante la sesión comencé a relajarme. El médico me dijo que debería ir cada 3 días y después comenzaríamos a espaciar las citas. Al llegar a casa, Lucille comenzó a trabajar en un nuevo libro que tenía en mente y yo me dediqué a pintar el resto del día.
Eran las 9 de la noche, cuando el teléfono sonó y contesté de inmediato
-señorita Wyman, que sorpresa
-¡Mick!, hola- dije riendo
-hola linda, dime, ¿como te has sentido?
-pues, ya busqué ayuda al fin
-ya era hora, ¿no lo crees?
-tal vez...
-bien señorita, ¿cuando podremos ir a visitarla?
-cuando deseen
-de acuerdo, iremos pronto, llamo para decirte que Bill levanto la denuncia
-¿que...? ¿De verdad?-dije temerosa
-si, es lo correcto
-si...
-Diane, escucha, no debes tener miedo, esto ayudará a que ese maldito pague lo que hizo, así que tranquila ¿si?
-ajá...
-vamos... todo estará bien, pero dime, ¿qué tal va esa exposición?
-oh, es todo un caso, pero parece que voy progresando
-¿podremos ver el avance cuando te visitemos?
-no, se esperan hasta la exposición
-rayos, está bien patrona, bien te dejo, te extrañamos
-yo a ustedes
-ya se, somos adorables
-cállate- dije riendo
-bien, adiós
-adiós
A la mañana siguiente acudí al buzón y encontré dos cargas para mi, ambas de Brixton.
Tomé asiento en la sala y abrí la más pequeña.

Hey, mensa:
Tú encargo fue realizado, pero alguien me pidió realizar otro. Quiero decirte que David no sabe tu ubicación, así que cualquier contacto será a través de mi, espero que estés bien, y te veré pronto.

Atte: tú primo favorito

Reí un poco al acabar de leerla y tomé el siguiente sobre.

Señorita polvo de estrellas, decía la parte frontal del sobre, sonreí nostálgica y comencé a abrirla.
Desdoblé la blanca hoja y empecé a leerla tratando de contener las por ahora inexistentes lágrimas:

Diane:

No sé que escribir o pensar, y es que pareciera como si desde que te fuiste; ya no fuera yo. Aunque claro está, no trato de hacerte sentir culpable por algo de lo que evidentemente no tienes la más mínima responsabilidad. Diane... se lo qué pasó con ese imbecil, no dejo de reprocharme el hecho de no haberte protegido como te lo prometí, si tan solo hubiera sabido, debo decirte que tengo la necesidad de pedirte perdón por una y mil cosas que hice y no hice. Primeramente, perdóname por no haberte dado lo que te merecías, por dejarte sola cuando lo necesitabas, por ser un maldito celoso, por desconfiar de ti, por sentirte mía, por lastimarte con mis palabras, por no ser quien tu esperabas, por caer en vicios, por no dejar que me dijeras lo que sentías, porque sé que de esa manera, las cosas hubieran sido diferentes, tal vez tú estarías a mi lado y nada te hubiera pasado, sobre todo perdóname por amarte de la manera incorrecta.
Me parece que nunca lo mencioné y debí hacerlo cada segundo a tu lado. Tú eres la única motivación que tengo para seguir adelante, no te preocupes, no te buscaré, si eso es lo que deseas, simplemente dejaré que la vida siga su curso y que nuestros caminos se crucen en algún momento. De verdad, no sé que hubiera sido de mi, sin ti y tus increíbles cualidades. Sé que el futuro te tiene una vida increíble que sustituirá los recuerdos malos, no estaremos juntos, pero estaré para ti mientras el mundo cae. Quisiera decirte, que no pude haber elegido a alguien mejor que tú, para poder descubrir el amor, quisiera que sepas que deseo que encuentres a alguien que te llene, que haga lo que yo no pude. Y al igual que tú, espero que cumplas cada uno de tus sueños, porque una chica como tú, no merece menos que lo mejor. Mereces lo que quieres, sé que te veré en algún momento, y serás una nueva persona. No buscaré a alguien que se parezca a ti, porque como tú, sólo hay una y jamás te podrán igualar y mucho menos superar. Gracias por cada día de tu vida, gastado conmigo, gracias por nunca dejarme solo, por aguantar mis idioteces, por ayudarme en mi carrera y por ser simplemente, la mujer de mi vida.
Esperando que el destino haga su trabajo, te escribo lo qué tal vez quisiste escuchar en esos momentos en los que todo parecía negro. No estás sola, solo voltea y ahí estaré, te amo y amaré eternamente.
Quiero que seas feliz, pequeña...

Atte: starman

Me encontraba a mitad de la carta y las lágrimas ya fluían por mi rostro.
-¿Di? ¿Que sucede?- preguntó Lucille bajando las escaleras Le entregué la carta, al terminar, me miró
-¿él era...?
-mi novio...
-oh linda... lo que dices la carta es cierto, debes de ser feliz y dejar que el destino haga su trabajo
-lo amo, pero esto ya no es lo mismo, y debemos vivir nuestras vidas, aún somos muy inmaduros
Lucille asintió y me abrazó.

Justo en ese momento un chico lloraba a la orilla de un lago mientras sostenía una carta escrita por quien sería el amor de su vida.
En ese momento, ambos decidieron, que solo debían derramar las lágrimas necesarias, dejar que la vida siguiera y disfrutar de la misma, ya fuera juntos o separados.

In love with ziggy stardust...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora