Right

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David----
En definitiva el mejor vicio que podía haber adquirido era el caer profundamente enamorado de la única chica que entendía a la perfección mis ambiciones y compartía las suyas conmigo.
Justo el 24 de diciembre de 1967 la primera exhibición  de Diane sería inaugurada, ella se veía en extremo entusiasmada y yo me encontraba de la misma manera. Me alegraba que comenzará a cumplir sus sueños y me sentía orgulloso de su magnífico trabajo.
La galería constaba de diminutos y extraños objetos que debían observarse con lupas colocadas a los costados de cada obra, a su vez cada pieza por pequeña que fuera contaba con el concepto más extenso y enigmático que jamás hubiera leído en mi vida. Las personas quedaban impactadas y es que jamás se había visto algo así y mucho menos hecho por alguien tan joven. Me encontraba abrazando a Diane por la espalda mientras me mostraba una de aquellas figuras, pero mi atención se fijó en una sujeto de edad adulta, de traje que miraba atento cada detalle de la exposición. Se dirigió a uno de los profesores de mi novia y después de intercambiar algunas palabras, asintió y se retiró. Quedé intrigado por la actitud de aquel hombre, pero decidí no tomarle importancia. Después de algunas horas más, salimos del lugar, el viento calaba hasta los huesos y la nieve caía lentamente. Caminábamos admirando el paisaje invernal tomados de la mano, Diane se detuvo en seco al ver a una familia salir de un almacén con varias cajas adornadas con coloridos papeles y listones. Su mirada se entristeció y sacó un cigarrillo para después darle una calada.
Se recargó en una columna con la mirada baja, me acerqué rápidamente a ella; me tendió el cigarrillo a lo cual acepté e inhalé profundo.
-otra Navidad sin mis padres- dijo Diane indicando que le cediera el cigarrillo
Una lagrima rodó por su mejilla, acaricié su rostro eliminando el rastro de aquella gota de agua, la tomé de la cintura y la besé profundamente.
Comenzamos a caminar abrazados hacia un pequeño restaurante, cenamos y emprendimos el camino hacia la casa de Diane.
Nos adentramos en el lugar, tomamos asiento en el sofá.
-¿y bien..?-dijo Diane moviendo sus manos nerviosa
-es simplemente lo mejor que jamás he visto, me sorprende demasiado la manera en que conceptualizaste cada pieza-dije sonriendo ampliamente
-pareces más emocionado que yo-dijo Diane riendo levemente
Reí un poco y miré a mi novia.
-¿por qué haces eso?-preguntó ruborizada
-¿por qué no hacerlo? Si frente a mí tengo al ser más único e imperfectamente hermoso en el universo
-tus palabras...
Asentí
-escucha tus palabras David, cada vez son más profundas y significativas. Verás que eso te hará llegar al corazón de millones de personas al rededor del mundo, eso y tu físico-dijo bajando la mirada
-¿mi físico?-alcé una ceja
-si, aunque eres muy pálido así que deberíamos de resaltar tu físico-dijo tomándome de la mano y levantándose del asiento
-espere... Que vas a hacer-dije jalando a Diane, quien ahora se encontraba en mis piernas
-un poco de color lo cambia todo- dijo riendo y tratando de incorporarse
Tomó mi mano y me dirigió a su pequeño estudio.
Habían pinceles, bastidores, hojas, botes de pintura de todos los tamaños y colores, algunos pequeños bancos, una bata con rastros de pintura, frascos, toda clase de materiales de arte.
El olor de aquel lugar era indescriptible, si el arte tuviera un aroma definido apuesto a que sería el de ese estudio. Mi novia tomó un pequeño frasco de pintura y un pincel. Se acercó a mí introduciendo el pincel en el pigmento. La miré seriamente, se acercó a mi rostro.
-este color resalta tus ojos-dijo mientras pintaba mi mejilla de un azul intenso y reía
Tomé un poco de pintura del bote que sostenía mi novia en su mano y ensucié su nariz.
Alzó una ceja y pintó mi frente, tomé un pequeño bote de pintura cercano a mi, lo destapé y coloqué pintura de un fuerte color rojo en sus labios.
Aquel acto se convirtió en una batalla de color, corríamos por toda la casa tratando de ensuciar al otro, ambos reíamos.
Tomé el brazo de Diane provocando que volteara a verme, tenía una gran sonrisa en sus labios y pintura en todo el rostro.
-te falta rojo-dijo Diane pintando aún más mi rostro
-el azul te debe de sentar bien-dije colocando pintura en sus clavículas
Me miró divertida y ensució mi cuello, tomé un poco más de pintura y la coloqué cerca de su busto, me miró maliciosamente, desabrochó los primeros botones de mi camisa y pintó parte de mi pecho.
Bajé uno de los tirantes de us vestido y pinté su hombro.
Pasaban los minutos y ahora nos encontrábamos en su habitación. La pequeña batalla de pintura continuaba y ahora sus piernas eran presas de la pintura roja y azul. Diane seguía pintando mi torso, la miraba divertido, mientras esbozaba una gran sonrisa.
Su vestido se encontraba a la mitad de su cuerpo dejando al descubierto su torso, se recostó a un lado de mi, tomé el pincel y comencé a garabatear en su espalda, transcurrieron algunos minutos hasta que el sueño la venció, acaricié su cabello y besé su mejilla. Me recosté a su lado y caí dormido aún con el pincel en la mano.
El sonido del timbre nos hizo despertar, coloqué mi camisa rápidamente mientras ella subía su vestido.
-diga-dijo Diane abriendo rápidamente
-¿usted es la señorita Wyman?-preguntó un sujeto mirando a Diane de pies a cabeza
-así es
Me coloqué detrás de mi novia mientras colocaba una mano sobre su hombro
-firme aquí por favor-dijo el sujeto entregándole una hoja a mi novia
-Aquí tiene-dijo el hombre entregándonos una gran caja y algunas más pequeñas
Colocamos los paquetes y tomamos asiento en el piso de la sala.
Abrimos rápidamente la caja más grande, en su interior se encontraban 4 cajas medianas, Diane las sacó y leyó las pequeña nota que tenía cada una.
-para nuestra muñequita - leyó en voz baja
Se deshizo del papel rojo que envolvía el artefacto.
-otro dije- dijo desanimada
Tomó la siguiente caja, la abrió y se encontraba un nuevo vestido de color naranja.
Tomó la tercera caja y al leer la nota alzó una ceja extrañada
-para el chico que cuida de nuestra artista-leyó-David esto es para ti y también  esta- me entregó dos cajas
-debe de haber un error, linda
-no, son para ti ábrelas-interrumpió
Asentí y comencé a retirar el papel de la primera.
-¿esta foto..?
Diane se acercó a mí y miro el obsequio sorprendida
-esos no son..
-somos nosotros...-dije mirando la foto enmarcada
Era una imagen en la cual Diane y yo nos encontrábamos sentados en la plaza el día de su primer cumpleaños.
Tomé la siguiente caja y al abrirla me encontré con un nuevo y al parecer costoso cuaderno negro.
Lo tomé y pasé mis dedos por las páginas en blanco, inhalando el aroma a nuevo.
-feliz Navidad para ti y para mí de parte de mis padres- recostó su cabeza en mi hombro
Las fiestas decembrinas terminaron y ahora era ¡¿1968?!.
A pocos días de mi cumpleaños, Diane me había citado en un parque tranquilo. Ella aún no se encontraba en el lugar, me disponía a tomar asiento cuando escuché los pasos acelerados de alguien que se aproximaba.
-¡¡David, David!! ¡Tienes que ver esto!-gritaba Diane sosteniendo un sobre en su mano-¡al fin David!- dijo agitada al llegar a donde yo me encontraba
Me entregó el sobre y la miré  con los ojos abiertos.
Asintió y abrí el mismo desesperadamente.
Leí rápidamente, al terminar me quedé estático mirando el papel
- ¿y bien?-preguntó emocionada
-Bloom no aceptó
Diane bajó la mirada
-Dick James me quiere en el estudio en dos  semanas- reaccioné
-¡¡David, es perfecto!!-gritó abrazándome
Cargué a mi novia y la besé hasta que el oxígeno se agotó entre nosotros.
-de aquí a las estrellas-dijo
emocionada
-más lejos que eso preciosa-reí
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Las dos semanas habían pasado y hoy era el día en que acudiría al estudio. Diane me acompañó hasta el lugar, al llegar me besó dulcemente.
-todo saldrá bien David, déjales en claro de lo que es capaz el hombre de las estrellas-dijo Diane antes de abrazarme fuertemente.
Asentí y entré al recinto, al cruzar la puerta me encontré con una mujer que solicitó mis datos
-David, David Robert Jones
-claro por aquí por favor-dijo conduciendonme hacia una puerta de madera.
-Lo dejo-dijo la mujer alejándose
Golpeé levemente la puerta
-adelante-se escuchó del otro lado
Me armé de valor y giré la perilla lentamente hasta quedar de frente con un hombre de traje que me miraba de pies a cabeza.
-¿lo que hizo Epstein con The Beatles eh..?-dijo serio
Asentí y cerré la puerta detrás de mí

In love with ziggy stardust...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora