Look back in anger

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David----
Grabamos al rededor de tres o cuatro temas para un álbum aún sin nombre. La sesión duró 8 horas continuas o algo por el estilo, honestamente no me interesé en el tiempo y las miradas asesinas entre Jagger y yo, no cesaron durante la estancia en el estudio.
-bien David, te veré mañana para avanzar con esto ahora sal por favor- dijo el técnico
Hice lo que me indicó y me dirigí hacia él.
-son buenas, y tú voz está en un buen estado pero hay un problema, ya existe un David Jones en el mercado así que deberás de buscar un seudónimo lo más pronto posible, piénsalo esta noche y tráeme propuestas mañana- asentí y me encaminé hacia la salida sin siquiera mirar al Stone.
Al llegar a la puerta principal una voz me detuvo, más bien un grito
-¡¿a donde crees que vas, Jones?!
Voltee hacia el lugar de donde provenían esas palabras, y ahí se encontraba Jagger, aproximándose con su cigarrillo en la mano
-¡al carajo Jagger! - lo miré con desprecio
-de acuerdo, voy al mismo lugar, te acompaño- burló ahora en frente de mi
Di la media vuelta y aceleré el paso para alejarme de él, me encontraba doblando la esquina y aún sentía sus pasos detrás de mi
-¡¿a caso tienes miedo, niño?!-gritó de nuevo
-¡¿de que?!-dije molesto volteándolo a ver
Se acercó rápidamente quedando de nuevo de frente
-de mi, idiota-dijo para después exhalar el humo de su cigarrillo en mi cara
-¿de ti? Dime, ¿Quien sería tan imbecil como para sentir miedo por alguien tan pendejo como tú?
-¿alguien pendejo como yo?- mencionó antes de dar otra calada a su cigarrillo y reír un poco
-¿Cuál es tu puta risa?- lo tomé del cuello de su camisa
-pendejo pendejo pero bien que te encelabas porque Diane estuviera conmigo
-ella no ha estado contigo, sólo se han visto 2 veces y...
-¿estás seguro? No te hagas ilusiones y admítelo, Diane no está a tu alcance
-¿y del tuyo si?-pregunté sarcástico
-Por favor, estás hablando con Mick Jagger
-no es un objeto para que hables así de ella
-nunca dije que lo fuera, solo digo que nuestros gustos se parecen ¿no lo crees?
-¿de que hablas?
-la misma chica, la misma perfectamente inalcanzable chica
-tu y yo no nos parecemos en nada
-tienes razón, a diferencia de ti. Diane no me odia por haber sido un celoso ni me trata de olvidar, ni me ha dejado de hablar....
-y a diferencia de mi, ella no te ama
-lo hace, solo que no lo ha notado
-eres un imbecil
-¡¿yo?! ¡¿Yo soy el imbecil?! Yo no fui el que dejé a la mujer más sexi, más magnífica y con caracter del demonio. Podré ser muy pendejo, Jones; pero no dejaría ir a un bombón como ese... jamás la tendría lejos de mi- arqueó una ceja dándome a entender el doble sentido de su última frase
-¡no te atrevas a hablar de ella así, no va a dejarte entrar en su vida, idiota!
-no tan fácil, pero lo hará, me lo ganaré y después serán horas infinitas de placer y diversión, lo verás en su sonrisa cada día en los periódicos y te vas a acordar de que como siempre, tenía razón y lo que necesitaba era alguien que supiera hacerle ver lo deliciosa que puede ser la vida
Todo pareció ir en cámara lenta por algunos segundos y fue como si pudiera ver cada imagen que Jagger decía, podía imaginarme a Diane y a Jagger hasta en la situación más incómoda.
-Y te digo esto sabiendo que tú entiendes de lo que hablo: estoy seguro, que una preciosidad como ella, debe saber cómo utilizar sus atributos, claro que eso debería de comprobarlo ¿no es así?
-¡maldito idiota!- grité para después propinarle un golpe en el pecho
De inmediato soltó su cigarrillo y respondió de la misma manera.
Cada vez los golpes por parte de ambos, eran más fuertes, y me aseguré de encargarme aunque fuera un poco de su estupido rostro de idiota.
Su labio y nariz, sangraban un poco, mientras que pude sentir algo de sangre en la comisura de mis labios.
No se en que momento, Jagger me empujó contra la pared y me tomó bruscamente de la camisa.
-vas a saber con quién te metiste, niño estupido-dijo agitado con una mirada de enojo 
-quisiera verlo, idiota- reté para después aventarlo, provocando que cayera al suelo. No desaproveché mi oportunidad, me abalancé sobre él y comencé a golpearlo de nuevo. No pasó ni un minuto para que Mick comenzara a defenderse. Sabía que ambos deseábamos dañar al otro, lo mayor posible.

In love with ziggy stardust...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora