Reality

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El médico y 3 enfermeras entraron a la habitación. Trataron de recostar a Diane y tranquilizarla, pero ella seguía quejándose y aferrándose a mi. El médico pidió a una de las enfermeras suministrar una dosis de algo que parecía ser un calmante. Diane comenzó a desvanecerse hasta caer en algo parecido a un profundo sueño.
-señor Jones, debe salir, le realizaremos algunas pruebas a la señorita Wyman y posteriormente se le practicaran algunos análisis, le informaremos sobre los resultados, mientras tanto espere por favor- dijo una de las enfermeras mientras me dirigía hacia la sala de espera.
Las horas pasaban y aún no sabía nada sobre Diane, entraban y salían personas pero nadie me decía m nada.
Aproximadamente a las 6 de la tarde un hombre alto y robusto con bata blanca se acercó a mí
-¿señor Jones?
-si, soy yo, dígame, ¿que pasa con Diane?-dije preocupado
-hemos realizado los análisis correspondientes, y debo decirle que los resultados no son del todo alentadores. La paciente presenta una severa contusión debido al fuerte golpe que recibió en la cabeza. El intenso dolor de cabeza que presentó hace apenas unas horas se debe a que puede haber algún hematoma en su cerebro.
- ¿pero estará bien?, ¿hay algo que pueda hacer? - dije casi gritando
-podemos suministrarle fármacos, pero aún no sabes la gravedad. Si es más grave de lo que creemos, requerirá cirugía de emergencia. Necesitamos que esté consciente para realizarle los exámenes pertinentes. Haremos todo lo posible señor Jones-dijo el médico compasivo
-gracias
Tomé asiento y me dispuse a pensar en todas las consecuencias que podría tener esto, no quería que le pasara algo a Diane, mi mundo se acabaría sin ella.
Caí dormido, hasta que la misma voz femenina de la mañana, me despertó de nuevo
-oye, deberías de ir a descansar o a cambiarte, nada le pasará a tu paciente, yo estaré al pendiente- dijo la misma mujer de edad avanzada
-gracias pero...
No me dejó terminar ya que comenzó a hablar
-descansa, aséate, te necesita fuerte
Asentí y corrí hasta mi casa para poder cambiarme lo más rápido posible.
Regresé al hospital en menos de  hora y media, al entrar, noté demasiado movimiento médico en cierta habitación, me acerqué un poco más y al ver por el umbral de la puerta, quede petrificado.
Estaba Diane, estaba despierta, pero parecía confundida, su lenguaje no era claro, y noté que, por más intentos que hiciera, no podía mover la parte derecha de su cuerpo.
El médico que había hablado conmigo hacía un par de horas se acercó a mí seriamente
-es más serio, la cirugía es inevitable, solo necesitamos su autorización
-¿qué probabilidad hay?- cuestioné
- no muchas- contestó el médico mientras me entregaba algunos documentos.
No sabía cuál decisión era la correcta pero sí con esa cirugía había una probabilidad de que ella estuviera bien, entonces la aceptaría. Firmé los papeles y me dediqué a verla desde lejos pensando en que todo tenía que ser un mal sueño
-la cirugía será mañana a primera hora- me informó su médico de cabecera- por ahora que descanse, puede pasar a verla
Entré lentamente y me senté a su lado. Tomé su mano y acaricié su cabello.
-todo estará bien linda, solo serán unos minutos y al despertar el hombre de las estrellas te estará esperando como siempre lo ha hecho- hice un silencio tratando de deshacerme del nudo que se había formado en mi garganta y continué-  Te amo, y te prometo que te ayudaré con el dolor y estaré hasta el fin de los tiempos. Se que podemos con esto y más.- deposité un  beso en sus labios y de nuevo la miré. Noté que una lagrima rodaba por su mejilla y acaricié la misma para eliminar cualquier rastro de aquella gota.
Esa noche estuve tomado de su mano y no pude dormir, muy constantemente mi mente sacaba su lado más negativo ante la situación pero trataba de seguir siendo positivo.
Justo cuando estaba por caer dormido, abrieron la puerta indicando que era hora de la cirugía.
Besé su frente y la miré por última vez mientras repetía que solo era una pesadilla y todo eso acabaría pronto.
Sacaron la camilla de la habitación y se dirigieron al quirófano mientras yo permanecía de pie frente al corredor que daba hacia esa área.
El tiempo comenzó a correr demasiado lento, casi sentía que podía tocar cada segundo. Pasaron 3 horas, 4 horas y nada, ni siquiera una señal que me indicara algo.
Después de una hora más vi salir a uno de los médicos, parecía disgustado y solo pude cruzar los dedos mientras lo veía aproximarse mientras se deshacía de su indumentaria.
Casi puedo decir que recuerdo el sonido de sus pies al plantarse frente a mi
-debo informarle sobre la paciente

In love with ziggy stardust...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora