-¡Jamás te entregaremos a dos de los nuestros ni siquiera a uno!- Tara había gritado esto con el seño fruncido impresionando a todos y los ángeles de luz miraron de nuevo a los de oscuridad con rencor, todos o bueno casi todos dudaron si entregarían a los dos pero Tara fue firme mucho más que todos.
- ¡BIEN, USTEDES SE SENTENCIARON, LOS TENDRE A LA FUERZA!- Nuevamente comenzó la batalla, Azrael por su parte aun pasaba por entre todo dirigiéndose a Haruka y Gabriel. Miguel continuaba protegiendo a Tara y a Agata sin embargo Tara no se quedaba con eso de vez en cuando soltaba a su amada para poder atacar pero cuando menos lo esperaba alguien fue atacar a Agata en ese momento justo Miguel junto con Tara se habían separado un poco pero antes de que llegara la chica de lentes se cruzo provocando que el ataque lo recibiese ella y no Agata.
- ¡¡TARA!!
- Por dios.- Musito Miguel quien había volteado en el momento exacto cuando Tara fue atravesada por una espada de doble filo pero no paso mucho tiempo para este demonio ya que Haruka y Gabriel lanzaron sus flechas con lagrimas en los ojos bueno Gabriel solamente era quien lloraba, las flechas impactaron en seco en las frentes de los "demonios". Agata intento quitarle la espada pero no pudo, las armas de los seres del infierno solo pueden ser sacadas por ellos y solo por ellos, lo mismo ocurre con las armas de los "celestiales" .
- ¡Tara!, ¡Tara, mírame!, no cierres...no cierres tus ojos.- Dijo llorando Agata con un hilo de voz pero Tara solo le dedico una sonrisa mientras escupía un poco de sangre, acaricio su mejilla de forma lenta y delicada, memorizo cada parte del rostro ajeno, era hermosa la chica de la cual se había enamorado, quizás no estaba tan mal lo que hacían los ángeles oscuros de Lucifer pensó ya que los humanos habían corrompido muchas cosas y las habían echado a perder y la tolerancia de todo se había perdido, aun que esto no lo podía decidir Lucifer si no el Dios, su Dios sin embargo a donde iba ella no era donde el, rogo encontrarse con Makoto adonde iba.
- Ne, Agata, ¿no me olvidaras verdad?
- ¿Tara?, ¡No por favor no te vayas!
- ¿Sabes?, yo siempre te eh amado, desde el primer dia me enamore de tu forma de ser
-...-
- Lo siento, no quería declararme de esta forma.- Ahora las lagrimas inundaron sus ojos mientras sonreía
- Tara...
- Tengo miedo Agata, no se que habrá a donde voy pero...¡Makoto!- Agata volteo pero no había nadie solo sus amigos protegiéndolas de los seres oscuros pero cuando volvió su vista a Tara ella estaba alzando su brazo al cielo y cuando vio que agarraba algo con su mano esta cerro los ojos de forma lenta.
- ¡¡NOOO!!- Agata abrazo el cuerpo inerte de Tara, Makoto se la había llevado para un lugar mejor lo sabia pero de forma egoísta la quería con ella, junto a ella.
- ¡JAMAS PUDE DECIRTE CUANTO TE AME! ¡PERDONAME TARA, PERDONAME!- Todos sus amigos voltearon a verla con los ojos bien abiertos pero no se puede llorar la muerte de un compañero en batalla, sería una pérdida de tiempo, Agata se levanto y tomo sus espadas mientras su flequillo cubría sus ojos, corrió a atacar a los ángeles oscuros y sin problema alguno acabo con cuatros y siguió así mientras varios solo miraban lo que ocurría.
- A veces el odio de verdad ayuda
- No digas eso Miguel.- Uriel le miro preocupado
- ¿Escucharon lo que dijo Tara antes de morir?- Pregunto Gabriel y quien respondió fue Uriel
- Si, llamo a Makoto.- Fue cuando Azrael corrió hacia Gabriel y le enterró aquella daga el estomago.
- Lo siento, pero esta es la única forma...- Gabriel solo se le quedo mirando mientras caia al suelo presionando la herida.
- ¡¡DESGRACIA...
- ¡Uriel, necesito que me hagas lo mismo que le hice a Gabriel! ¡RAPIDO!- Uriel tomo la daga que le pasaba Azrael con dudas eh hizo lo mismo.
- Perfecto.- Sonrió Azrael, Sangre pura corrompida, mas una sangre impura más un portador de la daga sin corromperse eran los ingredientes necesario para poder revivir a Makoto quizás a cuesta de su vida.
- Yo Azrael Aldrich, que soy un ángel de la oscuridad que busca la redención le sedo mi oportunidad de vida a Makoto Tachibana el cual era un ángel de luz, que su alma fue "asesinada" a manos de Mefistófeles el dios de los sueños- Makoto comenzó a aparecer de forma lenta junto a Tara a quien la mantenía abrazada de la cintura ambos rodeados por hermoso color dorado pero algo capto la atención de todos ambos ángeles traían puestas coronas de laurel de oro y sus ropas eran con toques de oros en cuanto tocaron el suelo Gabriel con solo posar su mano derecha sobre la herida de Gabriel esta se cerro lo mismo hizo Tara con Azrael, todos se les quedaron mirando excepto Agata quien ya estaba muy lejos aun ganando batallas, Haruka miraba con los ojos brillantes a Makoto mas una pequeña sonrisa.
-Chicos, hemos vuelto, ¿Cómo están?, estamos listos para ayudar, ambos fuimos donde nuestro padre todo poderoso...Acabemos con estos demonios.
- ¡¡MAKOTO!!- Gritaron todos los que estaban alrededor, Makoto y Tara no había muerto en si, "Dios" se los había llevado con el para que fueran sus "sirvientes" por lo que jamás nadie los volvería a ver pero lo hecho por Azrael los trajo de vuelta, Makoto junto con Tara ahora eran bendecidos y pronto acabaría esta guerra.
// Aun me siento extraña al escribir cosas así tan de Dios xD sbadkasbda no por que sea atea si no que no me acostumbro a esto pero tampoco soy fanática :'v we espero que nadie se tome a mal todo lo que e escrito sjkdaha bueno espero les haya gustado el cap gracias por leer,comentar y/o votar.
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Nuestra dulce blasfemia (MakoHaru)
Fiksi PenggemarMakoto era un famoso pianista, solía tocar hermosas pero tristes melodías ya que la mujer que alguna vez amo murió ante sus ojos pero ahí aparece Haruka Nanase, para darle un giro a la vida de este famoso pianista. Portada dibujada por: Antonieta Sa...