Vale, ya no podía echarme atrás. Me había comprometido con Fede en que iba a darle el beneficio de la duda y me iba a sentar a hablar con él. Total, la cosa no podía empeorar, o al menos eso esperaba. Ahora me tocaba decidir si iba a hacer participe a Marcos de todo esto. Me debatía entre contárselo y enfrentarme a su más que seguro cabreo pero ser sincera con él, o dejarlo al margen y evitarle (o evitarnos) un problema más. Mi parte cobarde iba ganando por goleada.
Una vez que decidí que Marcos no tenía que enterarse, debía buscarme una coartada. Marcos sabía a que hora salía de clase y sería muy sospechoso que llegara tarde a casa sin ningún motivo aparente. Solo una persona sabía mejor que nadie como inventarse una buena escusa, así que saqué el móvil de nuevo y busqué su número en la agenda. Tres tonos.
-¿Bea?
-Lilly, necesito tu ayuda.
-¿Qué te pasa? Te noto nerviosa.- Contestó ella rápidamente, preocupada.
-Solo necesito consejo respecto a triángulos amorosos, y no conozco a nadie con más experiencia que tú.
-Vaya gracias.- Dijo, irónica.- Qué halagador. Pero Marcos y tu estáis bien, ¿no? quiero decir, seguís juntos, ¿verdad?
-Si si, al menos por ahora. ¿Podemos quedar, porfa?
-Claro, ¿estas en casa?, te recojo si quieres.
-No, estoy en el trabajo, acabo de salir de hecho. ¿Te importa si me recoges aquí?
-Vale, pero ¿no tenías turno de tarde?
-Si, pero lo he cambiado. Una larga historia. Luego te cuento también. ¿Comemos juntas?
-Vaya, que misterioso todo.- Dijo soltando una risilla. No soportaba la incertidumbre.- Dalo por hecho. Ahora nos vemos.
-Hasta ahora.- Y colgué
La primera parte de mi plan ya se estaba llevando a cabo. Me sentía terriblemente culpable sin tener motivo. Como la Bonnie Parker de la mítica pareja de criminales, buscando coartadas y escondiéndome, aunque en este caso lo estuviera haciendo precisamente de mi Clyde Barrow particular y no con él. Solo esperaba quitarme esto de encima y que todo saliera bien para volver con mi vida normal. Y ahora tocaba avisar al susodicho para no levantar sospechas.
-¿Cariño?
-¿Cariño?¿Quién eres tú y que has hecho con mi novia?- Dijo Marcos con un tono de sorpresa en su voz.
-Hay que ver que no se puede ser cariñosa con la persona con la que una comparte piso ¿eh?- Dije yo intentando distraerlo. La verdad es que se me había visto el plumero. ¡Imbécil!
-Ah, ¿que ahora soy tu compañero de piso?- Dijo riéndose.
-De hecho sí, no estoy diciendo nada que sea mentira. Bueno, a lo que iba. He quedado con Ilyana para comer, que hacía mucho que no nos veíamos. Espero que no te importe.
-No claro, es más, ¿porque no me decís donde vais a ir y me paso y así la veo? Hace mucho que no se de ella tampoco.- Sugirió.
-Emmmmm... esto...- ¿Podía ser más oportuno? Parecía que se lo olía.- No te ofendas ¿vale? pero creo que necesita una charla de chicas. ¿Me entiendes?. Seguramente estaremos hablando de nuestros problemas femeninos y no creo que quieras pasar por ese calvario, ¿me equivoco?- Dije, tirando de imaginación y dándole donde más le dolía.
-Viéndolo así, no suena muy apetecible, no. Bueno, sola no te vuelves, ¿no?
-No creo, nada más que termine iré a clase y después directa a casa. No te preocupes.
![](https://img.wattpad.com/cover/12017467-288-k925773.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Promise me the moon.
FanficEstaba en Madrid y con sus dos mejores amigas. Había dejado atrás su pueblo y se enfrentaba a una nueva vida. Bea, con 20 años, una desilusión a sus espaldas, con ganas de comerse el mundo, y apasionada de la literatura Inglesa, y obsesa por llevar...