-¿Pero no te ha dicho nada más?- Me preguntó Marcos, mientras conducía en dirección a casa de Lilly.
-Marcos, que no. Que si me hubiera dicho algo no tendría este ataque de nervios que tengo.- Le contesté, concentrándome en cortar a trocitos un trozo de papel que me encontré en el parabrisas del coche.
-¿Y a que viene tanto misterio entonces?
-Dice que tiene que contármelo en persona, que tiene que ver mi cara y que no puede perdersela por nada del mundo.
-Definitivamente, está loca. Y voy a matarla.
-Uhhh... el señor Pascual no soporta la intriga. La apuntaré en mi lista de "cosas que hacer para molestar a mi novio".- Le dije riéndome, buscando tranquilizarme un poco.
-No tienes remedio.
Llegamos pronto a casa de Ilyana. Tan pronto como abrió la puerta me abalancé sobre ella y casi la mato.
-Se dice: "Hola, Ily, cariño. ¿Se puede pasar?" y yo contesto: "Claro, Bea, mi vida, siéntete como en casa".- Me dijo Ilyana.
-Venga ya, me tienes con la intriga desde hace una hora, y vives en la quinta puñeta. Llevo todo el camino nerviosita perdida por tu culpa y encima quieres que sea educada. Pides demasiado.
-Eres una zorra, pero te quiero.-Contestó ella.
-Tu eres una puta, y ahora mismo te odio.- Le dije, guiñándole un ojo.
-Eso es amor.- Dijo Álvaro, entrando en el salón.- El almuerzo está preparado.
-Vaya, esto empieza a dar miedo. Almuerzo y todo. Tiene que ser serio.- Dijo Marcos, intentando no mirar a Álvaro.
Le eché una mirada desaprobatoria a Marcos y seguí a Álvaro hasta el comedor. Había puesto la mesa de gala. La cubertería buena, copas, servilletas de tela. Marcos tenía razón: Esto empezaba a dar miedo.
Nos sentamos a la mesa a almorzar. La conversación iba y venía entre Ilyana y yo, porque Marcos se dedicaba a asentir cuando yo le preguntaba y Álvaro más de lo mismo con Ily. No se en que estaba pensando ella cuando nos sentó en una mesa a los cuatro, sabiendo que su marido y mi novio no se soportaban. Así que, para romper un poco la tensión decidió introducir un tema de conversación en el que todos pudieramos hablar.
-Bueno y a ver, Bea, a ti que te conozco menos...¿Te gusta viajar?- Yo fruncí el ceño por lo raro de la pregunta,no porque fuera rara, si no porque no venía a cuento, y ella al ver mi reacción, trazó con la boca un "por favor" que solo yo pude leer.
-Emmm, si.. como a cualquiera supongo. Pero tampoco he tenido mucha oportunidad.- Dije encongiéndome de hombros.
-¿Y a dónde te gustaría viajar?- Preguntó Marcos, animándose a participar.
-Pues a Londres lo primero. Y después pues me gustaría conocer España, no se, Barcelona, Galicia, Cantabria...
-Oh Barcelona es preciosa, yo acabé enamorada de esa ciudad cuando estube viviendo allí.- Comenzó Lilly con su parloteo.- Muchísima gente en todos sitio, el mar cerca. Te la recomiendo y mucho.
-Oye, que Barcelona fue preciosa por la compañía, que no se te olvide.- Le replicó Marcos guiñándole el ojo.
-Sí, yo creo que básicamente por lo que volvió fue por la compañía.- Oí decir a Álvaro.
-Qué va, si adoraba pasear conmigo por Ramblas. Pero estaba enamorada de un idiota.- Contestó Marcos al ataque. Esto tenía que ser mentira.
-Bueno, pues ya tiene Bea algo en común con mi mujer: Esta enamorada de un idiota. Pero el suyo se lia con otra solo por joderla.- Dijo Álvaro, tomando un sorbo de su copa de vino.
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Promise me the moon.
FanfictionEstaba en Madrid y con sus dos mejores amigas. Había dejado atrás su pueblo y se enfrentaba a una nueva vida. Bea, con 20 años, una desilusión a sus espaldas, con ganas de comerse el mundo, y apasionada de la literatura Inglesa, y obsesa por llevar...