CINCO AÑOS DESPUÉS
Corría el mes abril, vaya que de precioso sólo tenía el sol y lo maravilloso que es el calorcito de la primavera, porque el simple hecho de ser abril ya... lo mataba. Acababa de empezar y ya estaba deseando que terminara, la cantidad de recuerdos que este mes me traía eran demasiados como para olvidarlo. Como otras tantas veces estaba leyendo tranquilamente mi libro en el parque cuando mi teléfono empezó a sonar.
- ¿Dónde te metes petarda? – Sonó la voz de Paola – he llegado al piso y tampoco está Daniela. De ella he supuesto que está en su nube de amor. Pero esperaba encontrarte a ti.
- Estoy en el parque de la esquina, ¿no esperarás que me quede encerrada todo el día, no? Desde que te mudaste he tenido que buscar otras ocupaciones porque tú decidiste casarte y dejarme como un gatito abandonado – escuché su risa a través del teléfono y no pude evitar sonreír. Mi Pao se había convertido en toda una señora casada, con su mudanza, responsabilidades y toda la parafernalia.
- Venga anda, pero tengo que irme que si no me cierra la tienda. Esta tarde paso a que me invites a una napolitana de chocolate.
- Si claro a ver si te crees que mi piso es un hogar de la caridad – las dos nos reímos y le dije – venga anda, te espero para la hora de la merienda, también viene Carlita que pasa a recogerme en un rato, un beso tonta.
Colgué el teléfono y miré hacia el parque, allí estaba mi niño. Marco jugaba con la arena y cuando vi que se disponía a metérsela en la boca salí corriendo como un puma en plena caza y le chillé:
- ¡Marco, caca! La arena es para jugar no para comérsela, ya eres grandecito. – El peque me miró y junto con su adorable sonrisa, soltó la arena y siguió jugando. No podía negar lo evidente, el bicho era clavadito a su padre. Si algún día me lo encontrase estaría todo más cantado que un bingo. Tenía sus ojos, su pelo, su sonrisa... una versión mini de Javi... ¿qué digo? Del señor Javier Villanueva. No había sacado nada mío, y eso en el fondo me fastidiaba y mucho.
Miré el reloj y ya era hora de que Carla hubiera llegado, cuando iba a sacar el teléfono alguien me tocó por la espalda y al darme la vuelta me encontré a mi hermana haciendo pucheros y con los ojos llenos de lágrimas.
- Pero alma cándida ¿qué te pasa que me vienes con esas pintas? – llevaba un moño mal hecho en lo alto de la cabeza, venía sin maquillar y en chándal, ¡en chándal! Desde que acabó su época de adolescente pasota no se ponía esa vestimenta, por lo que supuse que algo iba mal, muy mal.
- Me ha dejado – dijo entre sollozos – el muy cerdo no quería la semana pasada que lo dejáramos y ahora viene él con toda la cara y me deja. Yo sabía que algo no iba bien, pero de ahí a que me ponga los cuernos con mi propia prima ¡tiene un paso!
Asombrada, estupefacta, con la mandíbula en los tobillos y los ojos como ojito saltón de "Monstruos S.A.", película favorita de Marco, abracé a mi hermana y como pude la consolé.
- Que cerda la prima, ya te dije que no te fiaras de ella, y él... vaya elemento, ¿qué vais a hacer con el piso? – Carla se secó las lágrimas y muy dignamente dijo:
- El piso me lo quedo yo que para eso lo pago. Que se vaya con su madre a coger alcachofas. – En ese momento cambió el tono y me puso su cara de perrito abandonado. – Pero si no te importa me voy a quedar unos días contigo, lo tengo todo en el coche – "definitivamente tengo cara de tonta y todo el mundo se aprovecha de mí", pensé. Sin embargo, no podía dejar a mi hermana sola cuando lo estaba pasando tan mal por esta doble traición.
Nos fuimos para el piso y después de comer y lavar los platos de la deliciosa lasaña que Carla preparó como peloteo a su intrusión en el piso, me dispuse a darme un buen baño aprovechando que ella estaba para ocuparse del bicho. Una hora después y súper relajada salí del paraíso y me fui para el salón y me encontré con un panorama digno de ser grabado.
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Llévame a donde tú estés
RomanceBianca, Javi y todos los que les rodean cinco años después... ¿Qué pasará después de estar tanto tiempo separados? ¿qué ha sido de sus vidas? La segunda parte de llévame a donde sea.