Supuse que fue Javi quien llamó a Carla, quien me abrazó nada más verme y se fue directa a tratar con el niño.
Esa noche hubo que llevarle la cena y todo a su habitación porque no quería verme.
Respeté su decisión y le dejé estar con su tía Carla mientras yo me sentía de nuevo como cuando Javi me dejó tirada aquella vez en la discoteca.
Muerta por dentro.
No le tenía a él y mi hijo me odiaba.
Quizás sería una buena idea el dejar que se fuera a vivir con él. A fin de cuentas, esa era la decisión del niño y yo estaba más que segura de que Javi era un buen padre.
Cuando se lo comenté a Carla me dijo que me estaba volviendo gilipollas.
Pero me lo estaba planteando seriamente.
Hablé con él por teléfono para comentarle que cuando quisiera ver al niño que me avisara, pero que me lo dijera con antelación y que no se presentara por sorpresa.
Las chicas me dieron su opinión con respecto a todo lo que había pasado y todas coincidían en que me estaba equivocando y que él podría emprender acciones legales que me dejarían con una mano delante, otra detrás y sin la custodia del niño, porque si algo era Javier aparte de un súper actor, era abogado y tenía muy mala leche cuando se mosqueaba.
Mi madre se mantuvo al margen, y vino muy de seguido en las dos semanas siguientes para ayudarme a lidiar con Marco.
Marco.
Ese era otro tema.
Me odiaba. Total y completamente. Su rendimiento en el colegio era pésimo e incluso se enfermó. Le dije que tendría que llevarle al médico y me montó una escena de gritos y reproches en mitad de la calle que casi provoca que una señora llamara a la policía porque se creía que estaba maltratando al niño o algo.
Me dijo que prefería morirse antes que pisar la consulta de Pedro.
Él también me llevaba por el camino de la amargura.
Me echaba en cara constantemente que le dejé en muy mal lugar cuando le pedí que se fuera. Que pareció que prefería la compañía de alguien que me abandonó con un hijo a mi suerte hacía ya cinco años.
Sabía muy bien cómo meter en dedo en la llaga.
Solo me hizo falta mantener una conversación con Sara para llegar a la conclusión de que nadie entendería nunca por qué había tomado esa decisión de alejarle de mi, pero permitiéndole ver a su hijo.
Todos coincidían en que lo mejor para todos iba a ser que volviéramos y toda la parafernalia. Porque si separados nos subimos por las paredes, la única opción viable era que estuviéramos juntos.
No se daban cuenta de que todo lo malo me pasaba cuando tenía a Javi cerca.
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No verla era un suplicio, Marco estaba insoportable insistiendo en que quería venirse a vivir conmigo porque odiaba a su madre y, por más que insistía en que eso no era una buena idea porque yo viajaba mucho, no dejaba de insistir e insistir.
No la volví a ver a ella desde que me echó de su casa.
Se las apañó para que Paola o Carla trajeran al niño a donde me viniera mejor y eso me estaba matando por dentro.
Tan solo imaginar que ella estaba con el doctorcito mientras el niño venía conmigo me quemaba por dentro y me hacía desear destruir todo a mi paso.
Mis padres y hermanos estaban al tanto de todo lo que había pasado e insistían en que ella tenía derecho a rehacer su vida y que yo no podía llegar a última hora y ponerle siempre la vida patas arriba.
¿y yo qué?
No pensaban en mí ni en mis sentimientos y yo meestaba muriendo de amor.
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Llévame a donde tú estés
RomanceBianca, Javi y todos los que les rodean cinco años después... ¿Qué pasará después de estar tanto tiempo separados? ¿qué ha sido de sus vidas? La segunda parte de llévame a donde sea.