Epílogo

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Hoy por hoy, me atrevo a decir que soy la persona más feliz del mundo. Sí, a boca llena. Me desperté esta mañana extremadamente acalorado y no pude evitar sonreír al verla a ella a mi lado, dormida en mi pecho y con una pierna entrelazada a las mías. Hace mucho calor, lo sé, pero ¡bendito calor!

Y, al otro lado, el pequeño tarugo, es un cabezón de cuidado, como su madre. Que espero que nunca lea esto que si no, me cae una colleja.

Me ha costado mucho estar así. Siempre he sabido que soy un capullo integral con las mujeres y que las uso y desuso a mi gusto, pero esta pequeña piltrafilla me robó hasta el sentido, como dice ella de vez en cuando, en el momento en que su mirada se cruzó con la mía en el parking de su edificio, no pudo ser antes porque estaba más preocupado en esconderme que en mirarla. Y tampoco pudo ser después, porque ya me había hechizado con solo una mirada.

A veces pienso que es un poco bruja y que hace algún tipo de magia cuando arruga la naricilla esa que tiene y me mira con los ojos entornados. Tiene mil y una caras y cada día descubro un gesto o una expresión distinta que me fascinan. Han pasado unos meses desde que por fin estamos juntos, como familia y aún no me lo creo.

Bianca es ELLA. La persona que me hace sentir completo, vivo, realizado y dichoso, porque felicidad no es nada comparado con lo que siento ahora mismo.

Me encantó ver su cara cuando llegué cargado de todos esos cachivaches y le solté el discurso delante de todo el mundo.

Sé que no fue la mejor forma de pedirle que se casara conmigo, pero por lo menos sé que así me he ganado de nuevo el respeto de su familia. Nos casaremos en varios meses, no sé exactamente cuantos. Creo que tengo que esperar a que ella se sienta lo suficientemente guapa y, además, que pasen unos meses de la boda de Giorgio y Daniela, que será dentro de unas semanas.

El desmayo, ese que dijeron que era un cuadro de estrés, si que era un embarazo de verdad. Fue un falso negativo, pero al darnos cuenta de que se le retrasó la menstruación más de lo que el médico dijo y repetir el test descubrimos que no era necesario devolver todos esos artículos que compré para ella.

Aunque el color sí que fue todo un desliz.

Lo compré todo azul, por inercia, y resulta que lo necesitamos en rosa, aquello que le dije de broma, resulta que ya estaba más que hecho. Tendremos una preciosa niña que espero herede los ojazos verdes de su madre, a la que pondremos por nombre Mia. Insistencia de Marco, quien, por cierto ya lleva mi apellido.

Mi familia está encantada con la noticia, la de que me casaré con ella y la de que seremos padres de nuevo. Mi padre ya está pensando en comprarse una casa por aquí cerca para venir siempre que le apetezca.

Entre los dos hemos descubierto que, en el pueblo de Bianca, hay una casa preciosa a pie de playa que es perfecta para que todos vengan cada vez que quieran. Desde que reunió a todos sus nietos desde el día del funeral de mi abuela, hace reuniones cada vez que puede y disfruta de ellos. Le hacen sentir joven.

La familia de Bianca me ha aceptado de nuevo con todo el cariño que les caracteriza. Sus padres me adora, en especial su madre, y mi querida cuñada es la mejor amiga que puedo tener. Bruno ha mostrado ciertas reticencias pero poco a poco vamos limando asperezas, además vamos a ser padres casi a la vez. Quien lo diría.

Mi madre le ha pedido perdón a Bianca por todo lo que le dijo y por la hostilidad que le demostró cuando se encontraron. Ha reconocido que ella es una de las mejores cosas que me podrían haber pasado en la vida y me encanta que así sea. Desde que ella entró en mi vida me siento completo y, según mi madre, mucho más centrado y cariñoso con todos.

Marco no para de mirarnos y pedirnos que nos demos más y más besos. Le encanta saber que estamos juntos y que va a ser el hermano mayor de una niña a la que tendrá que cuidar muchísimo porque va a ser igual de guapa que su mamá y va a tener enamorado a todo el cole.

Ya piensa en los posibles novios de su hermana y yo me pongo enfermo solo de imaginar que crecerá.

Bianca está preciosa. Tiene una barriguita muy redondita y sus ojos brillan de una forma que me cautivan más, si es posible, de lo que ya lo hacían. Sonríe a todas horas y el brillo que siempre había desprendido por todas partes ha vuelto, tanto que cada vez que vamos por la calle, la gente se la queda mirando porque es realmente cautivadora.

Y yo, yo paso calor cada mañana, porque a ella le resulta muy cómodo dormir enganchada a mí y al enano le encanta acurrucarse a mi lado, sin jugar a las familias. Porque ya lo somos.

Somos una familia.

Cuando abrió sus preciosos ojos esta mañana y me miró, una sonrisa se escapó de la comisura de sus labios y apretó su cuerpo más al mío.

- Te quiero – me susurró.

Sí, soy feliz.

**** 

Bueno, esta es la despedida. Bianca y Javi se van para seguir con su familia y yo me mudo a nuevos proyectos. 

Muchísimas gracias por haber leído esta historia :D 

De verdad! 

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Miiiiiiil besitoooos 

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