No había nadie en casa,solo Corrin y su soledad.
No podía creer que su bebe de dieciséis años ahora era otra persona. Bueno sabía que era feliz eso era obvio.
Las lágrimas se le salían de los ojos al sostener el álbum de fotos donde se encuentraban fotos desde que Lennor era un recién nacido hasta el momento en que decidió cambiar.
Para las madres los hijos significaban todo y su felicidad mayormente ellas la pagaban con dolor. Su hijo no podía saber que su padre los abandonó por su transición eso nunca, John es un hombre tan machista,moralista y conservador que cuando cuando Corrin le contó la noticia se enojo.
—No quiero eso para nuestra familia —dijo gritando.
—Lennor es nuestro hijo, tenemos que apoyarlo.
—Bien lo dijiste hijo, no hija o lo que sea que él crea que es.
—Es mi hijo y yo lo apoyaré.
—No quiero un hijo homosexual. Tu decides, ¿Él o yo? —añadió con tono fuerte.
—Recuerda que todo el dinero de mi padre esta a mi nombre y si nos dejas te pudrirás en la calle John.
—Prefiero eso a la vergüenza de tener un fenómeno como hijo.
—No hables así de mi hijo —dijo Corrin abofeteando a ese descarado que osaba amenazarla.
—Esa es tu decisión.
Desde ese momento nunca volvieron a saber de él, pero sabia que tenia que apoyar a su hijo. Él es su hermoso bebé y no importa a las cantidades de cirugías plásticas que tenga que someterlo para ver una sonrisa en su rostro lo haría.
Ella nunca tuvo el amor de su padre ni su madre pero eso no le impidió la felicidad, se case joven de quince años estando embarazada de Lennor y su vida no fue perfecta. Pero algo si sabía en ese momento es que lucharía y defendería a su hijo con garras y dientes.Los mejores doctores convirtieron a Lennor en Lynn, es tan hermosa recuerdaba mucho a su pobre madre.
Cuándo vio a Lennor en el quirófano supo que su hijo estaba muerto. Volvió a ser madre otra vez, para ella fue un gran orgullo que Lennor le cuente sus inquietudes pero mas es la confianza que establecemos entre ellas.
No entendía que le pasa no podía dejar de llorar, las lágrimas corren su maquillaje. Pero la nostalgia,la soledad y el vacío de saber que nunca volverá a ver a ese niño tan hermoso al que dio a luz era tan fuerte.
Nunca es fácil para una madre entender a sus hijos pero ella tenía que hacerlo porque dios lo hizo diferente. Estana segura que tenía que hacer que se reencuentre consigo mismo.
—Madre, ¿Estas llorando? —dijo Lynn poniendo su mano en su hombre, las confusiones la habían ensordecido y no escuchó cuando entro a la habitación.
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Soy yo
RandomA los 16 años intenté descubrirme a mí mismo y me di cuenta de que era una persona totalmente diferente, estaba en un cuerpo que no era el mío.