Soy yo

Coryn

Al desmontarme del autobús mis ojos miran la enorme basílica, es un lugar hermoso, este pueblo es hermoso pero no puedo evitar pensar en mi madre y mi padre quienes murieron y yo me salve gracias a dios.

—Hola soy tu tía Corrin —me dice una mujer idéntica a mi madre. Esos ojos azules y aquella lluvia de hilos rubios descendiendo de su cabeza. La miro y sonrio.

—Hola, soy Coryn.

—¿Nos vamos? —me dice mientras me toma de la mano.

—Claro.

—Eres idéntica a mi hija —me dice la señora.

El camino a la casa no es tan largo, yo soy una chica criada con mas sencillez. Mi madre me enseñó que se valoran los sentimientos no los objetos.

—Esta es mi casa —me dice la señora cuando el automóvil se detiene frente s una mansión para nada modesta.

—Gracias... Por aceptarme aquí.

—Eres mi sobrina y es lo menos que puedo hacer por ti y mi hermana.

—Gracias.

—Ven, te mostraré tu habitación —me lleva a la sala de estar la cual es hermosa. —Lynn debe estar a punto de llegar Coryn.

Al dejar mis moletas bajo las escaleras para ir a comer, miro que en la mesa están dos mujeres. La señora me hace señal de que me siente mientras la joven me sonríe.

—Hols soy Lynn —Me saluda.—Sientate a mi lado.

—En serio nos parecemos —le digo riéndome.

La componenda que esta familia ha aceptado al traerme a su casa es maravillosa.

—Quisiera que me acompañaras a la fiesta de cumpleaños de mi mejor amigo —me dice Lynn parada en la puerta de mi nueva habitación. —Es en la playa.

—Supongo que es buena idea para hacer amistades.

—¿Fue difícil dejar a tu novio en la capital? —me pregunta de forma atrevida y entretenida.

—El me abandonó hace dos meses —le comento sentada en la cama. —lo amo con todo mi corazón.

—¿Como es el?

—Tiene un largo pelo negro como la noche con ojos marrones como el chocolate y un cuerpo fascinante —termino de describir a aquel estúpido que me rompió el corazón.—¿A ti te gusta alguien?

—Si —me dice con tristeza.—Es el hombre perfecto, el mas hermoso y sus besos me llevaron a las nubes.