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Narra Blanca:

Tal y como Lara dijo, ese día lo dedicamos a nosotras, por la mañana estuvimos muy tranquilas haciendo cosas por nuestra cuenta. Por ejemplo, Lara seguía con el piano y yo hablé por teléfono con el jefe del hospital ya que aceptó que tuviera que irme a trabajar al hospital de Barcelona conservándome allí un puesto de cirujana fija hasta el momento.

Ya por la tarde les pusimos a los perros las correas y salimos, justo al dar varios pasos vimos que alguien se dedicaba a mojar a nuestros perros:

-Pium Pium, muelle muelle.-Era Shanna.

-Shanna, ¿qué haces? -Pregunté algo seria

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-Shanna, ¿qué haces? -Pregunté algo seria.

-Los perros han salido de casa, llamando al espacio estelar, ¿me recibe? -Dijo hablándole a su reloj.

-Creo que se cree que es Buzz Ligthyear, el de Toy Story.-Me dijo Lara en voz baja riendo.

Rodé los ojos:

-Shanna, que los perros no hacen nada, déjalos.-Dije de nuevo.

-Perdón, tengo el espíritu de una niña aún, pero eso nunca se pierde.-Sonreía.-Volveré adentro, tengo que terminar mi dibujo, os encantará cuando os lo enseñe.-Dijo corriendo al interior de la casa.

-Cada vez es más rara.-Le dije andando.

-Pues aún no has visto su dormitorio, está repleto de Star Wars, es muy fan al parecer.-Añadió Lara.

-Al menos tiene personalidad, eso es bueno.-Concluí.

Anduvimos por la cuidad como ya hacíamos anteriormente, a veces veíamos como a algunas personas les llamaban la atención nuestros perros, aunque no eran cosa de otro mundo la verdad. Nos sentamos en un banco y comenzamos a hablar:

-Lara, nunca conocí a tu padre, ¿trabajaba mucho? -Pregunté.

-¿Que si trabajaba mucho? Oh, claro que sí, trabajaba tanto que incluso le puso los cuernos a mi madre, yo solo tenía 11 años, se divorciaron y seguimos hacia adelante, aun así ya da igual. Lo único que recuerdo de él es que era más mayor que ella. -Respondió algo rencorosa.

-Tú sigues aquí, y eso es lo que importa.-Dije mientras me sonreía.

-¿Y tú? Sé lo de tu padre, en cambio no sé nada de tu madre.-Dijo.

-Por suerte está bien, ahora vive en Barcelona y a veces van mis primos a verla, tengo que presentártela, seguro que os lleváis bien.-Respondí.

-Eso espero.-Dijo.-¿Y tienes hermanos?-Cuestionó de nuevo.

-Sí. Una hermana algo más mayor que yo.-Respondí.-Se llama Raquel.

-¿A sí?¿Y por qué no lo descubrí antes?

-Tampoco te he hablado mucho de mi vida la verdad.-Entrecerró los ojos...-Quieres que te la cuente ¿verdad?-Asintió entusiasmada.-Bien...Raquel tiene 35 años, está casada y tengo dos sobrinos algo revoltosos que a decir verdad no los veo desde hace mucho... Hazme otra pregunta.

-Tu instituto, ¿a cuál fuiste, cómo eran allí?-Preguntó.

-Estudié en un colegio privado, no era católico pero sí tenían corruptas normas. La educación allí era buena, yo al menos no tuve problemas para relacionarme y nunca me metí en ningún lío, digamos que fui la típica santa.
Los estudios eran leves, ni mucho ni poco contenido, y los exámenes no eran los típicos difíciles, apartando matemáticas y literatura.-Le miré para que preguntara de nuevo.

-Cosas que te gustaban hacer que ahora no puedes.-Eso me impresionó.

-Pues.....-No recordaba lo que antes hacía, me centraba tanto en medicina y en filosofía que me olvidé de todo.-Sinceramente no recuerdo.

-Imposible. Algo que hacías en tu juventud, en la universidad, algo que hiciste que te gustó mucho.-Insistió.

-Recuerdo que me iba a la playa, yo nací en Mallorca, y me iba a hacer windsurf. Claro que eso lo hacía cuando podía con Daniel, y es algo que ahora aborrezco. Luego a los 23 fui a Barcelona.-Respondí.

-¿Ni dibujar, escuchar música o salir con la bicicleta o algo?-Preguntó extrañada.

-Me centraba en sacarme los estudios, dicho queda.-Solté al fin.

Asintió:

-¿Y cómo planeabas tu futuro?-Preguntó cruzando las piernas.

-¿Mi futuro? Mi futuro.... -Dije pensativa.-Nunca me lo planteé, siempre miré el presente. No tengo una meta fija, un día puede ser blanco pero repentinamente puede cambiar a negro. Pienso que es inútil plantear algo que quizás no consigas finalmente.

Le miré y me miraba extraño, como si la respuesta no le convenciese:

-¿Cómo creías que era?-Le pregunté sonriéndole y agarrando una de sus manos.

-La primera vez que te vi pensé que eras una de estas chicas con todo planificado y que todo le había salido bien en su vida. Pero veo que estaba más que equivocada.-Respondió.

-Podría haber sido tal y como has dicho, pero no, todos son iguales, yo no.-Dije mirándole fijamente.-Tengo que decirte algo, y no va a gustarte nada.-Ambas nos pusimos serias a la vez.

-Dime.

-Es por el tema de tu madre y Claudio... Él fue el culpable de su muerte. Al parecer trabaja con Marcos y para que el pudiera utilizarme tuvo que hacerlo.-Sus ojos brillaban.

Dejé algo de silencio entre nosotras mientras a ella se le salían algunas lágrimas, así que decidí abrazarla.

No Todas Son Profesoras 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora