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Narra Blanca:

Oí como Lara hablaba con su perro, y me imaginaba que hubiera soltado alguna lágrima tras aquellas palabras. La pérdida de su madre aún era un golpe muy duro para ella.

Lo que me preocupaba de ella era lo que rondara por su mente, quizás se estaría agobiando con todo este problema, así que decidí que nos marcharíamos dos días después para poder organizar todo bien.
Tras un buen rato mirando redes sociales y esperando a que Lara acabase de desayunar y de estar con ella misma salió de la cocina, hicimos la cama y hablamos un rato:

-Cielo, ven.-Dije agarrándole de la mano y sentándola.-¿Te parece bien que nos marchemos pasado mañana para poder salir de todo esto? Sé que quizás esto te está agobiando y no quiero que te ocurra nada.-Dije.

Sonrió como hacía habitualmente y eso me dio seguridad:

-Si, claro. Si se hace antes mejor.-Dijo.

-¿Estás bien no?-Pregunté para asegurarme.

Asintió y me besó para dejármelo aclarado:

-¿Recuerdas cuando jugamos al Just Dance en mi otra casa en navidad?-Le pregunté.

-Sí, caí rendida.-Respondió riendo.-Pero creo que ahora te puedo ganar.-Añadió.

-¿Me estás retando? -Pregunté sarcásticamente.

-Qué va.-Siguió con ironía.

-Pues ya veremos quien cae antes.-Dije sonriendo pegando mi rostro mucho al suyo.

Tras varias canciones bailando noté que mantuvo eso de que iba a ganarme, pero no tuvo en cuenta que ya que íbamos por turnos yo tenía ventaja para elegir canciones que se me hacían fáciles de bailar:

-Haber como sales de esta bonita.-Dije apretando el botón para comenzar.

Justo como pensé, Lara estaba roja, no sabía si era de vergüenza o de todo lo que intentó bailar:

-¿Ya está?¿Eso es todo lo que tu ibas a ganar? -Me pregunté cruzándome de brazos con una mirada ganadora.

Sonrió y se dejó caer al sofá rendida, puso el antebrazo en su frente y se quedó recuperando aliento:

-Tendré que mirar más los pasos en vídeos de YouTube.-Dijo riéndose mientras me sentaba a su lado.

-Aun así no me vas a ganar.-Dije para enojarla un poco.

-Eso crees tú.-Nos miramos.-Iré a darme una ducha tranquila y a solas.-Remarcó.

-En realidad te gustó aquella ducha y lo sabes.-Dije sonriendo mientras iba al servicio.

Dejé todo tal y como estaba y decidí hacer el almuerzo.

Narra Lara :

Mientras me duchaba comencé a recordar aquella mañana de navidad cuando mamá y papá me regalaron a Rocky:

" Tenía apenas 7 años cuando abrí la puerta de la terraza y me encontré un cachorro de gran danés negro sentado mirándome. Miré a mis padres emocionada y asintieron como afirmación, fui hacia el perro y lo acaricié, rápidamente se lanzó encima de mí para comenzar a lamerme la cara y las manos:

-¿Qué nombre le vas a poner Larita?-Preguntó mi padre sonriéndome.

-Mmm.... Rocky está bien.-Respondí.

El por qué de aquel nombre nunca me lo planteé. Simplemente me gustaba ese nombre para el perro.

-Mami, ¿lo sacaremos a la calle más tarde?-Pregunté inocentemente.

-Todavía no puede salir a la calle, apenas tiene un mes, pero en cuanto el veterinario nos lo diga lo sacaremos, ¿te parece bien? -Dijo.

-Muy bien mami.-Respondí mientras seguía jugando con Rocky."

Sonreí inconscientemente mientras me terminaba de duchar

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Sonreí inconscientemente mientras me terminaba de duchar. Salí y me dirigí hacia la cocina ya que un olor me llevaba, y cómo no, me encontré a Blanca cocinando:

-¿Por qué siempre cocinas tú?-Le pregunté mientras iba a su lado.

-Digamos que me gusta cocinar.... Y que tú podrías incendiar todo esto.-Respondió sonriendo.

-Algún día cocinaré, y te gustará.-Dije con aire ganador y alzando el puño.

-Sí, algún día.-Repitió algo burlesca.

Lentamente bajé el brazo y puse una cara tipo: 😅.
Ya que Blanca hacía el almuerzo yo preparé la mesa y limpié el espejo del servicio ya que estaba algo sucio. [...]

Más tarde salimos hacia el lago Ontario tal y como dijimos para hacer el picnic, y tras hacer lo típico llevé a Blanca a la orilla del lago:

-Mira que de piedras planas.-Dijo ella cogiendo una.

-¡Vaya!-Cogí otra.-Esto me ha recordado a un día cuando tenía 10 años en la playa de Barcelona. Estaba con mi padre ya que mi madre trabajaba, y él me enseñó a hacer esto.

Lancé la piedra de forma que botaba sobre el agua.

-Oí algo de esto, pero nunca lo puse en práctica.-Dijo.

Le enseñé rápidamente a lanzarla e incluso hicimos un pequeño reto de haber quién hacía más botes. Finalmente gané yo, e incluso llegaban más lejos que las de Blanca:

-En algo tenías que ganar ¿no?-Dijo ella metiendo sus manos en sus bolsillos.

-¿Ves? Al final soy yo que en tiene razón.-Bromeé.

-¡Eh, parejita feliz, ya estamos!-Oímos detrás nuestra.

No Todas Son Profesoras 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora