No Todas Son Profesoras 2

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Narra Claudio:

-Marcos, Lara hablará conmigo, aún no sé ni dónde ni cuándo, pero está afirmando.-Dije mientras cerraba la puerta y me quedaba de pie frente su mesa.

-Mm... -Se giró.-En un principio hablaréis tranquilamente... Luego intenta darle indirectas para que sepa que quiero de vuelta lo que es mío.-Añadió.-¿Algo más? Tengo esperando a Juan y a Nuria para el siguiente robo.

-No señor, ya me voy.

Salí de aquella mansión y me dirigí a mi casa para aprovechar el tiempo con mi hija.
Por el camino iba pensando sobre las chicas y las palabras de Marcos: «No me parece bien que Marcos esté a punto de destrozar la vida de Blanca de nuevo, ella cumplió su trato, el problema es que es tan buena haciendo ese trabajo que Marcos quizás tiene miedo a que los demás fallen, y si eso ocurre él pierde»,pensé muy serio.«Pero si no hago lo que él me dice puede averiguar fácilmente que tengo a Tania en casa, y con ella no se juega.»

¿Por qué no defendía a Esteban y a Roberto que también eran mis hijos? Pues porque ellos me prometieron que no contarían nada de esto, ni menos a ellas dos, pero estaba claro que no iban a tardar en soltarlo.

Entré en casa y lo primero que vi fue nada, todo estaba en silencio, eran solo las 11:00 de la mañana y Tania dormía mucho, así que le preparé el desayuno y quince minutos después decidí despertarla:

-Tania, cariño, despierta.-Abrió sus ojos y los frotó.-Te he traído el desayuno.-Añadí.

-Buenos días papá.-Dijo con su voz dormida.-Gracias.-Me dedicó una sonrisa.

-¿Qué quieres hacer hoy?-Pregunté.

-Quiero ir a la playa, hace tiempo que no voy.-Respondió.

Suspiré y sin que notase la preocupación le sonreí:

-De acuerdo, solo te pido que me hagas caso en todo momento y que estés debajo de la sombrilla, no quiero que te quemes, luego te duele el cuerpo.-Dije mientras ella asentía y desayunaba.-Dejo que desayunes tranquila, viendo tu serie favorita mientras yo preparo todo, ¿sí?

-Vale papá.

Tania me daba pena ya que apenas tenía amigos, ella siempre se relacionaba con sus primos y como mucho con amigos que tiene en otras ciudades ya que de pequeños tuvieron que irse, sabía que no era una idea apartarla de la sociedad, pero si la quería tener a salvo, esto era lo correcto.

Narra Lara:

-Sí, ajam... Entendido... Claro, en 10 minutos estoy allí.-Decía Blanca.

-¿Qué ocurre?-Pregunté metiendo los platos en el lavavajillas.

-Debo de ir al hospital, quieren que conozca todo aquello y que me oriente en las rúbricas.-Respondió.

-Oh, de acuerdo.-Dije.

-Tenía ganas ya de usar mi Mercedes.-Añadió mientras se preparaba.

Yo sonreí a tal comentario y me quedé en el sofá leyendo historias en Wattpad.
Más tarde, tras despedirme de ella y acabar una historia decidí salir a la calle y ver de nuevo la ciudad.
Todo estaba igual, bueno, no del todo, había grafitis nuevos aparte del que vimos anteriormente, también quitaron un monumento anticuado y había tiendas en reformas.

Pasé por mi antigua casa, la que aún era mía, así que decidí entrar, tenía las llaves en el llavero. Abrí la puerta y olía a olvidado, y eso no me agradó, cerré el portón y seguí andando por la casa.
Entré en el salón, seguía igual, estaba algo sucio pero en las paredes ni en el parqué había moho.
Luego seguí por la cocina que sí que noté la diferencia, pues el grifo estaba un poco oxidado, y la encimera también tenía esquinas desgastadas.

B: Lara, ¿dónde estás? Llegué hace cinco minutos más o menos. Me tienes preocupada.

L: Decidí dar una vuelta por la ciudad y pasarme por mi casa, no tardaré.

B: ¿Quieres que te acompañe?

L: Me da igual, aun así no tardaré.

No me contestó, así que bloqueé el móvil y seguí caminando por la casa. Decidí subir para ver mi dormitorio, estaba todo tal y como lo dejé, algunas cosas estaban en casa de Blanca, pero había otras pertenencias que las dejé allí.
Me senté en el colchón y me vino a la mente un recuerdo de mamá cuando yo tenía 14 años:

"Aquella tarde llovía, era principios de enero y el frío no ayudaba. Estaba tirada en la cama con Rocky a mi lado, ya era grande y si se ponía encima de mí me aplastaba.
También me puse triste al recordar cuando mis padres, (aunque no recordaba apenas el aspecto de mi padre), se divorciaron y aun así mamá me ocultaba la verdad:

-Lara, hija, tienes la comida abajo y ha pasado ya un rato, venga baja.-Me dijo mamá mientras abría la puerta y me miraba.

-De acuerdo.-Dije mientras ella encajaba. -Espera.-Se detuvo y me volvió a mirar.-¿Puedo hacerte una pregunta?

-Claro.

-¿Por qué no me dices la verdad sobre tú y papá? Se que os peleásteis.-Dije.

Me miró y se sentó a mi lado:

-Lara... Ahora si puedes saberlo... -Le corté.

-¿Te engañó con otra? ¿Es eso?

Ella mantuvo un poco de silencio y luego sonrió:

-Sí, pero a decir verdad se lo agradezco. Desde que tu padre se fue estoy más feliz y centrada en todo, y sobretodo puedo estar más contigo que es lo que me importa.

-¿Pero estas bien? -Pregunté.

-Claro, yo solo quiero verte bien a ti, ¿vale? Tu padre no te merecía.-Asentí.-Venga, ve a comer.-Añadió."