1. Kharr

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Kenneth Brody se acomodó en su silla de trabajo.Esa silla había sido testigo de sus mayores descubrimientos, del Templo del Fuego en el Congo, el Templo zen milenario en el Himalaya, el hallazgo de la primera carta como descubridor de América de Cristobal Colón en Buenos Aires... A sus 43 años,junto a su mujer Marie Brody , había sido récord de audiencia en decenas de países, se habían erigido como los mayores exploradores de la historia, y sus más de 300 programas en los últimos 10 años lo corroboraban. Pero no todo era fama y gloria para Ken, había algo que se le resistía,una isla la cual nunca había almacenado las suficientes fuerzas como para atreverse a visitar. 

Se trataba de la Isla de Kharr, o también conocida como Isla Roja. A esas alturas de año se encontraban en mitad agosto, en Nueva York hacía calor, pero el calor que haría en esas fechas en el Caribe debía ser insoportable, por lo que la famosa pareja tenía previsto visitar la temida isla en invierno, cuando la temperatura no fuera un factor por el que preocuparse. 

Esa expedición estaba catalogada como un hito histórico, ya que nadie ajeno a la isla había conseguido entrar jamás y salir para contarlo en sus frondosas selvas, ningún navío americano consiguió conquistar la isla durante el descubrimiento de América, cada barco que entraba quedaba olvidado en el amplio océano, con sus mercancías saqueadas y sus tripulantes desaparecidos.

Kenneth abrió el cajón de los expedientes y extrajo el de Kharr, lo observó detenidamente, algo extraño rodeaba a esa isla, cualquier persona racional vería con malos ojos el hecho de acercarse lo más mínimo a sus costas, puesto que su historial era devastador. Ken abrió los informes y archivos y empezó a leer : 

" La isla de Kharr se encuentra en el centro del Mar Caribe, perteneciente a Jamaica y actualmente despoblada. Ha sido catalogada como paraje natural no habitable, debido a la leyenda y crueldad que la rodea. Poco se conoce históricamente de ella, pero sin embargo conocemos mediante escritos datados de 1502 datos relevantes sobre la historia de Kharr. 

Fue descubierta por la cuarta flota española destinada a la colonización y saqueo de América. El barco constaba de unos 200 tripulantes, todos ellos desembarcaron en las costas, pero ninguno regreso al barco, y este actualmente se encuentra hundido junto al resto de los barcos que intentaron atracar en las costas. 

Cada barco fue saqueado por los salvajes de la isla, robando grandes cantidades de oro y materiales. " 

Kenneth siguió leyendo, esta vez documentos escritos de militares que fueron arrastrados al interior de la isla por los salvajes, los cuales quisieron advertir sobre el peligro que tenía la isla y la necesidad de alejarse de ella, todos en vano :

" Michael Bender, flota alemana, 14 de mayo de 1576.

Fui enviado a esta isla junto a mis 63 tripulantes para analizar los terrenos y estimar si eran viables para su colonización. Lo último que recuerdo es estar midiendo el grado de acidez de la tierra y escuchar un grito. Lo siguiente que recuerdo es estar junto a mis compañeros amordazados. El que parecía ser el jefe se acercó a nosotros, presentaba adornos en sus hombros de calaveras de animales y en su cuello colgaba un collar de pulgares humanos. Tenía el tamaño de un gorila y su mirada carecía de ningún tipo de humanidad. Señaló a Fischer, situado a mi derecha y se alejó, rápidamente llegaron dos salvajes y lo arrastraron rudamente por la tierra. Muchos más de sus hombres nos agarraron de la cabellera para obligarnos a mirar, querían dar ejemplo con él.

Dos de ellos agarraron a Fischer de las piernas y otros dos le sujetaron los brazos. Un quinto salvaje irrumpió de entre la multitud, con un arma filosa en las manos. Lo siguiente es lo más duro que he observado en mi vida. Una a una, el salvaje extirpó de cuajo cada una de sus extremidades con el hacha. Fischer solo aguantó con vida la extirpación de sus dos brazos, en el momento de arrancarle las piernas ya había pérdido la vida. Todavía escucho sus gritos, mientras que la enorme multitud permanecía inmóvil, como si eso fuera lo habitual cada día. Miles de indígenas nos rodeaban impasibles. Llevo aquí más de dos meses y estoy perdiendo la cuenta, me encuentro ahora mismo en mi celda. Cada día nos sacan a todos y el Kharrasar, el jefe, elige la siguiente víctima, que después de ser asesinada es cocinada en el fuego para posteriormente ser comida, como si de un cerdo se tratase. A día de hoy quedamos cinco personas, en cuestión de menos de una semana estaré muerto. Nadie salvo ningún concepto debe acercarse jamás a esta isla, el tiempo que he estado fuera de mi celda he observado hechos inhumanos, cosas que jamás se me ocurrieron pensar que podía hacer un humano. Los salvajes de esta isla practican el canibalismo extremo, la tortura y la violación, entre ellos mismos, imaginaros lo que nos hacen a nosotros. He visto a un amigo de mi infancia ser despellejado vivo y posteriormente ser lanzado al agua salada, he visto como sacaban una columna de la piel, he visto como una persona recibía hasta quince flechazos en las piernas y brazos antes de desmayarse por el dolor. Esta gente mata por placer. 

Pido por favor que nadie nunca sea enviado a estas costas, es territorio inconquistable. Nos ejecutan cerca de una costa, hoy lanzaré esta carta dentro de mi petaca al mar, con la esperanza de que la marea la lleve a costas amigas, aunque me cueste la vida.

Firmado, Michael Bender. Viva la Patria Germana. "

Kenneth cerró el expediente y se puso las manos sobre la cabeza. La carta de Michael Bender fue hallada en 1992 en una playa de Costa Rica, en el interior de una oxidada petaca.

No podía evitar el hecho de temer a la isla, pero desde hacia más de 100 años se había dado por extinta debido a una Guerra Civil que desoló la isla. Kenneth se dispuso a revisar la mitología e historia escrita de Kharr pero escuchó el timbre de la puerta. Recogió su mesa de trabajo y escuchó como su mujer abría la puerta y dialogaba con lo que parecía ser una mujer joven. 

Se trataba de la niñera, la pareja de exploradores iba a salir esa noche y sus dos hijos requerían de una persona que los cuidara. Ken bajó y saludó a la niñera. Esta parecía sobrecogida por la enormidad de la casa y su lujosidad. 

- Hola soy Ken, encantado, Marie me ha hablado muy bien de ti.- Dijo mientras intercambiaban besos.

- Marie me conoce desde que era una cría, encantada, soy Ruth. ¿Puedo conocer a los futuros exploradores? - Dijo sonriendo.

- Están en su cuarto, sígueme- Contesto Marie a la vez que se giraba y comenzaba a andar. 

Sentados en sus respectivas camas viendo la tele estaban Robb y Matt Brody, hermanos gemelos, tan parecidos físicamente como distintos en su carácter.

- Chicos, esta es Ruth, va a ser vuestra niñera hoy, portaros bien.

- ¿Qué tal estáis? ¡Que mayores se os ve!, ¿Que edad tenéis? - pregunto Ruth.

- Ocho.- Respondió Robb, mientras que Matt permaneció callado.

- Vaya, solo os llevo diez años de diferencia.- Contestó Ruth con una sonrisa.

- Nosotros nos vamos, volveremos después de cenar-dijo Marie-, hacer caso en todo a Ruth y acostaros pronto. 

Los dos padres dieron un beso a cada uno y salieron del cuarto. Dejaron la casa atrás y arrancaron el coche en dirección al restaurante, pero esa noche, la cena no llegaría a celebrarse.

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