2. Cristales

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Ken entró en el coche, se sentó y se dispuso a introducir la llave en el contacto, mientras que Marie se acomodaba en el asiento de copiloto.

El restaurante se encontraba a unos minutos. La carretera era tranquila, a esas horas había poco tráfico. Pasaban las nueve de la noche del 2 de agosto de 1999, la reserva estaba prevista para las diez en punto. Pero nadie llegó a ocupar esa mesa.

Ken conducía por la autopista. Pasaban otros coches en dirección contraria pero se podía decir que el tránsito era bastante fluido.

El teléfono de Kenneth comenzó a sonar. Se trataba del vicepresidente del programa. A esas horas se estaba emitiendo un programa grabado en Honduras donde la pareja acampó durante dos semanas sin apenas recursos, en busca de una experiencia de supervivencia en la naturaleza.

Ken miró el móvil e hizo el amago de responder a la llamada. Pero estaba conduciendo. Pero ese tipo de llamadas en mitad programación no eran para nada habituales, ¿y si se trataba de algo importante?... Marie respondió al teléfono.

- ¿Quién? - Preguntó Marie-.

- Pues quien va a ser querida, soy Joel, te llamo desde producción. Estamos teniendo problemas durante la emisión, la señal esta dando problemas.

- Emm espera un segundo Joel...- Respondió Marie mientras alejaba el móvil de su oreja-.

- ¿Qué pasa?- Preguntó Kenneth.

- Nada, un simple fallo durante la emisión, será cuestión de tiempo.

- Pasame a Joel, solo será un segundo.

- ¿Seguro?

- Será un momento, solo quiero asegurarme de que no se vaya al traste todo. Estuvimos medio mes entre mierda de mono y mosquitos para grabar ese programa.

- Esta bien... - Dijo Marie mientras le pasaba el teléfono a Ken.-

Ken intentó agarrar el teléfono sin despegar la mirada de la autopista, pero este se le resbaló de los dedos y cayó a sus pies. Por instinto Kenneth se inclinó sobre su asiento para cogerlo, apenas tardó unos segundos, pero fueron suficientes para que no viera el coche que se les acercaba a toda velocidad.

- ¡ KEN! - Gritó Marie con la cara desencajada.

Una mono-volumen chocó de lleno contra el parachoques de Ken. El impacto fue fortísimo. El parachoques quedó comprimido como si de mantequilla se tratase. La mono-volumen había literalmente traspasado el morro del deportivo. 

Marie recibió la peor parte. Su pecho quedó aplastado entre el parachoques y el asiento. De su frente brotaba  muchísima sangre. Una gran brecha surcaba su frente debido al choque. Sus ojos todavía abiertos evidenciaban que se encontraba en un estado de shock  y de su boca pendía un fino hilo de sangre.

Ken permanecía con la cabeza sobre el volante, provocando un pitido de claxon continuo. El cinturón le había dejado una gran quemadura en el cuello, y al igual que su mujer presentaba heridas graves en su rostro. 

Poco a poco fue recobrando el sentido. De la parte delantera del coche no paraba de salir un humo espeso y negro. Miles de pedazos de cristal estaban repartidos por los asientos. La cara de Ken se estremeció al ver a Marie.

- No, no, no, no...

Ken intentó apartar los trozos de chasis que le separaban de su mujer, pero le era imposible, la única manera de sacar a Marie de ahí era abriendo su puerta desde el otro lado.

- Marie, cariño, por favor reacciona.- Dijo Ken entre lágrimas.- Todo va a ir bien te lo prometo, te sacaré de aquí, no tardaré nada.- Marie asentía ligeramente, las fuerzas comenzaban a flojear y su vida comenzaba a pender de un hilo.

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