Mike andaba detrás de Klork. Metió la mano en su funda de la pistola. Solo le quedaban cinco balas, el resto de armas y munición las llevaba Taylor. Mike recargó su pistola con sus últimas balas y la guardo.
- ¿A cuánta distancia estamos de mis amigos?
- Un día. Pero primero curar brazo.
Mike apresuro el paso, se puso a la altura de Klork y le frenó poniéndole la mano en el pecho.
- Esto no es nada.- Dijo señalándose la herida.- Límitate a llevarme con ellos.
- Pantera poder tener vírus, tú enfermar y morir. Necesitas medicina.
Mike colocó sus manos en su cadera y agachó la cabeza suspirando.
- ¿Qué necesitas?
- Poca cosa, un par de plantas, y tranquilizante.
- ¿Tranquilizante? Querrás decir anestesia.
- Eso, supongo- Dijo Klork sonriendo.
- ¿Y donde piensas encontrar todo eso?
- Aquí.- Dijo Klork extendiendo los brazos.- La isla darmelo.
- Claro...- Dijo Mike con una sonrisa irónica.
- En un momento llegar a zona donde haber cura, luego ir a Templo.
-¿Templo de Deakharr?
- Sí.
- ¿Para que los llevan ahí?
Klork puso mala cara y se dió la vuelta para continuar andando.
-¡Eh! Te he echo una pregunta.
- No saber.
Mike agarró del cuello a Klork con una sola mano y lo estampó con dureza contra un tronco cercano. El pequeño hombre luchaba por zafarse del agarre sin resultado.
- ¡Sí que lo sabes! Y más te vale hablar, se me acaba la paciencia.- Dijo Mike sin desaflojar el agarre.
- Mike... Mike... Yo decirte...- Decía Klork sin aliento.
Mike solto a Klork, que cayo redondo sobre el suelo. Se tocaba el cuello mientras trataba de recuperar la respiración.
- Te escucho.- Dijo Mike.
- Deakharr querrer a tus amigos para sacrificio. El pueblo tener que comer.
-¿Sacrificio? ¿Matarán a todos?
- No, no, no. Uno cada cierto tiempo. Cuando lleguen es posible que Deakharr elija uno para matar.
Mike apretaba sus puños con fuerza.
- Llevame al Templo. Olvidate de medicinas.
- Pero tu brazo poder empe...
-¡Me importa una mierda! ¡Me lo curaré después!
- Bien, bien. Yo llevarte allí.
- Un día has dicho, ¿no? Quiero estar allí esta noche.
- Tendremos que andar rápido.
- Lo haremos. Vamos, levanta.- Dijo Mike tendiéndole la mano.
Klork agarró la mano de Mike y se levantó.
Mike y Klork andaron durante horas por dentro de la frondosa selva. Klork servía de guia, se movía como pez en el agua por la jungla. Parecía conocerse los entresijos y caminos como si de su casa se tratara. Mike le seguía con su mente en otra parte. Le atormentaba el hecho de que sus amigos estuvieran en problemas en ese mismo instante. Su brazo era secundario, su objetivo primordial y su única meta era llegar al Templo antes de que fuera tarde. Su pistola permanecía cargada en su funda, pero Mike no despegaba su mano de ella. Cabía la posibilidad de que Klork fuera el cebo a una trampa, y de ahí surgiera esa necesidad de curarle su brazo. ¿Y si alguien le quería vivo? No sabía nada, pero no podía hacer nada.
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Marea Roja
HorrorDos hermanos gemelos reciben en herencia el programa televisivo de su padre, el famoso historiador y explorador Kenneth Brody. Junto a amigos de confianza, deciden emprender su primer viaje a la Isla de Kharr, conocida por haber estado dominada en e...