32. Rata

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Tres Dedos parecía fatigado y cansado. Su respiración era agitada y su mirada reflejaba un profundo agotamiento. Al tocar en el enorme portón, uno de los diez guardias que vigilaban la entrada le abrió,  invitándole cordialmente a entrar en el interior del Templo.

Zass observaba al recién llegado desde lo alto de las escaleras, con sus manos sobre las caderas. Unos escalones más abajo, se encontraba Slayer, con una falsa sonrisa cargada de maldad.

(TODAS LAS SIGUIENTES CONVERSACIONES Y DIÁLOGOS SE REALIZAN EN LENGUAJE KHARRIANO)

- ¿Qué tal, Tark? Comenzábamos a preocuparnos por tu ausencia.- dijo Slayer estirando la mano hacia él.

Tres Dedos apretó la mano de Slayer con fuerzas, mientras los guardias seguían observando la conversación.

- Todo se torció. Tuve un percance con uno de los intrusos.- dijo Tres Dedos haciendo referencia a su pelea con Mike.

Un improvisado y rudimentario vendaje cubría el hombro de Tres Dedos, tapando la herida que le había provocado el flechazo de Hunter. Su rostro presentaba alguna que otra magulladura y su labio inferior estaba inflamado.

Zass bajó las escaleras y se situó a la altura de ambos.

- Parece que te dieron una buena tunda. Te haces viejo Tres Dedos.- dijo Zass palmeándole el pecho.

Tres Dedos miró seriamente a Zass y realizó una sonrisa falsa.

- Necesito reunirme con Deakharr.- contestó Tres Dedos apartando a Slayer con su mano levemente.- Tengo mucho que comentarle.

- No lo dudo.- dijo Slayer manteniendo su mirada en el portón.- El Señor se impacientaba por tu tardanza.

Tres Dedos se giró levemente hacia Slayer y sin dirigir palabra, siguió subiendo las escaleras.

Zass y Slayer repitieron sus pasos y siguieron a Tres Dedos, haciendo caso omiso a las miradas de reojo que este les propinaba.

Tres Dedos avanzaba a paso firme por los pasillos circulares, hasta que llegó al poblado. Allí por donde pasaba, la gente le miraba y susurraban entre ellas.

Tres Dedos caminaba indiferente entre las atentas miradas de su gente, su mente permanecía centrada en la preocupación que tenía sobre la reacción de Matt al enterarse de su fracaso al intentar capturar a Mike.

Estaba preocupado. Matt le había advertido de lo que pasaría en caso de que no le entregara a Mike, pero lo que el no sabía era la trama oculta que Slayer había realizado sobre él, colocandole los cargos de líder revolucionario y de colaborar en la huida del grupo.

Al llegar a la mansión de Deakharr, tres mayordomos recibieron al veterano Tres Dedos y tras realizar reverencias ante él, se dispusieron a guiarle a el encuentro con Matt.

Tres Dedos fue guiado hasta el lujoso dormitorio de Matt, el cual estaba compuesto por cuatro sofás de piel y una enorme cama en el centro.

Todos los muebles, sofás y cama presentaban tonos rosas y morados. La habitación era oscura incluso a esas horas, a mitad mediodía. Solo penetraba luz por pequeñas ventanas en forma circular. En el cuarto se hacia presente una atmósfera exótica y erótica.

Tres Dedos tocó con su puño la puerta y tras unos segundos, dos mujeres prácticamente desnudas le abrieron la puerta.

Sus pechos estaban descubiertos y solo un fino tanga cubría sus partes íntimas.

Ambas mujeres miraron de arriba abajo a Tres Dedos y tras reconocerle le dejaron pasar.

Al entrar, Tres Dedos observó como tres mujeres más se encontraban sobre uno de los sofás, besándose y estimulandose ajenas a su presencia, sin ningún apice de vergüenza.

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