30. Purificación

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"Madison y Jessica se callaron de golpe y comenzaron a escuchar con atención. Levemente, se escuchaban unos pasos y palabras a sus espaldas.

Al girarse, observaron como un grupo de tres antorchas se acercaban desde la lejanía, atraídos por el humo que provocaba el fuego en el que habían cocinado al cervatillo.

- Mierda, mierda...- susurró Madison- nos han encontrado.

- ¡Esconderse!¡Esconderse!- susurró Klork mientras se acercaba a un tronco para disponerse a trepar por él.

- No Klork, ¡espera!¡No nos dejes!

Para cuando Jessica trato de detenerle ya era demasiado tarde. El encorvado kharriano ya se encontraba escalando hacia la copa del árbol, haciendo caso omiso a la suplicas de Jessica.

Madison y Jessica estaban bloqueadas sin saber como reaccionar pero cada vez las antorchas estaban más cerca. Debían reaccionar rápido si querían sobrevivir."

Las dos aguantaban la respiración escondidas detrás de los matojos y arboles que tenían delante. Las tres llameantes antorchas estaban cada vez más cerca. No había rastro de Klork. Se había desvanecido entre las anchas ramas que nacían de un robusto árbol. Estaban solas ante el peligro, sin la mínima idea de que hacer con tal de salir de aquel problema. 

Los segundos que les separaban eran cada vez menos, ya se podía escuchar el crujido de las ramas debajo de los sucios pies de los kharrianos. Tres de ellos se acercaban llenos de curiosidad, atraídos por el humo y el olor que provocaba el asamiento del cervatillo.

Jessica y Madison aguantaban resguardadas, hasta que la presencia cada vez más cercana de aquellos hombres desesperó a Jessica, que abandonó su escondite y se colocó enfrente de ellos con su cuchillo en la mano. 

-¡No!- Susurró Madison mientras trataba de agarrar de la camiseta a Jessica, intentando evitar que esta hiciera una locura.

Pero Jessica se zarandeó del agarre y se levantó decidida:

- ¡Iros de aquí!- gritaba Jessica apuntándoles con el filo metálico. 

Los tres hombres miraron sorprendidos a Jessica, la cual se mantenía firme en postura de defensa.

Poco a poco comenzaron a andar hacia ella, sin despegar sus ojos de aquella valiente mujer.

-¡No deis un paso más cabrones!- seguía gritando Jessica, que ya comenzaba a temblar a causa del miedo.

Los salvajes, al llegar a determinada distancia de Jessica, sacaron sus armas y lentamente, comenzaron a dejarlas en el suelo mientras hacían señales de calma a Jessica. 

Esta miraba atónita como los kharrianos se desarmaban y adoptaban una postura sumisa, haciendo evidente que su intención no era matarla.

Uno de los salvajes comenzó a andar desarmado hacia Jessica, estirando sus brazos con las palmasa abiertas, en señal de calma.

Jessica acercó todavía más el filo del cuchillo, todavía desconfiada, haciendo que el salvaje se detuviera a pocos metros de ella.

Ante esta situación, Madison irrumpió también de su escondite, dejándose ver por las curiosas miradas de aquellos tres sujetos. Colocándose al lado de Jessica, miraba extrañada la actitud de los salvajes, los cuales parecían no querer hacerles daño alguno.

- Klork, Klork.- Comenzó a decir lentamente el kharriano que se había acercado a Jessica.

-¿Klork?- preguntó extrañada Madison.

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