|23|El que se enamora pierde.

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-Sky- una mano tomó mi brazo y retrocedí hacía atras- ¿Me diras que te sucede?- miré a Gin y negué con la cabeza llevando un poco de pelo a mi boca.

Lo escupí asqueda con una mueca, apenas ayer lo teñí y aún conservaba el sabor a tinte.

-No pasa nada- mis ojos se desviaron a la calle. Las clases ya habían acabado para el día miercoles y lo único que deseaba era irme.

-Estas rara desde hace días- reclamó- mirame.

Un auto rojo casí atropella a una estudiante y esta le comenzó a gritar groserias.

-Mirame.

-¿Qué?- me volví hacía ella un poco enfadada, arrepentida internamente de tratarla mal.

-¿Seguiras diciendo que no sucede nada?

-Si.

-Esta bien- se dió por vencida- bien- retrocedió y me dió la espalda comenzando a caminar.

Bufé volviendo la vista a la calle, ¿Quien me acompañaría ahora a casa?

Los alumnos comenzaron a despejar hasta dejar la salida del gran edificio descubierta, me levanté del pequeño banco de piedra y comencé a caminar hacía casa.

Tal vez si le hubiera creido a Jaron él estaría acompañandome, me esperaria fuera y yo bajaria las escaleras corriendo hasta regalarle un gran abrazo. O quizas todo sea como lo imagino y solo quiera burlarse de mi.

Tal vez si le hubiera contado a Gin lo sucedido ella ahora estaría junto a mi, con su mochila recargada en ambos hombros sin dejar de mover su boca y brazos por todos lado.

Soy una estúpida, definitivamente.

-Oye- ¿Me llamaron a mi? Claro que no- la de remera roja.

Baje la vista hacía mi camiseta y definitivamente era roja. Me estan por robar, ¿Violar?¿Secuestrar?¿Asesinar? Dios, esto no puede estar pasandome a mi.

Comencé a correr sin dejar de oir apresurados golpes detras de mi.

-¡Hey!- tomé mi mochila y la llevé sobre mi pecho, detuvé mis movimientos en seco y me giré propinandole un fuerte, pero favorable golpe en la nariz.

Mierda, sus cabellos rubios estaban esparcidos por todos lados y tenía una mano presionada sobre su nariz roja.

-Mierda- susurró.

-Mike- sonreí- ¿Cómo has estado?

-Hasta hace un momento, bien- respondió sarcastico observandome sobre su mano- ¿Que tenías pensado?

Me encogí de hombros.

-No deberías seguir a una chica asi por la calle, y mucho más si esta distraida- señalé.

-¿Y en que pensabas?- llevó una mano a la zona afectada comenzando a caminar junto a mi.

-Nada importante, ¿Que tal Ally? - pregunté por su hermana, revolvió aquellos cabellos rubios y miró hacía atras.

-Esta descubriendo su "identidad"- hizo comillas en el aire- quiere ir a una escuela de Artes Músicales. Aprender violín y eso.

Asentí.

-Mira, mis compañeros me estan esperando- tomó de mis hombros obligando a que lo mirara- debo regresar a estudiar, pero te llamaré luego ¿Esta bien?

-Esta bien- asentí asegurando mi mochila en el hombro. Otra vez sola- nos vemos.

-Adiós- se depidió caminando en dirección a la biblioteca de la ciudad.

No demoré mucho en llegar, a decir verdad solo fueron unos diez minutos, ya que logré contar seicientos pasos al ritmo de un segundo cada uno. La casa, como de costumbre, estaba sola.

Me dirigí a mi habitación, tomé nueva ropa y corrí al baño encerrandome en el. Despues de lo que fue una larga ducha repleta de pensamientos, me vestí y deje mi cabello suelto, listo para ir a dormir.

La puerta principal resonó en todo el lugar y el sonido de algo caer sobre el piso de madera me advirtió de él, me moví entre montones de tela llegando a la puerta, la tomé entre mis manos dispuesta a cerrarla, pero me detuve.

Ambos podemos jugar al mismo tiempo.

Tomé una profunda respiración sintiendo como los nervios se colaban por mis venas hasta exparsirce por todo mi cuerpo, salí de la habitación.

-Hey- dije cuando Jaron doblo por el pequeño pasillo, me miró asombrado y aún así elevó una mano en mi dirección.

Caminó hasta su puerta, pero mi mano fue más rápida y lo tomé de su camiseta provocando que detuviera el paso.

-Necesitamos hablar- aquellas palabras salieron duras y exactas.

-No creo que quiera hablar en estos momentos- respondió.

-Es por lo que me dijiste- seguí y se volteó hacía mi con ambos brazos cruzados.

-Si recuerdo bien, practicamente me llamaste mentiroso- sentenció achinando sus hermosos ojos negros.

No es verdad, no esta haciendo esto ¿Por qué quiere jugar conmigo?¿Acaso no pudo haber dicho que era solo una mentira?

Suspiré tomando fuerzas y conecté mis ojos con los suyos.

-Yo... No sabía que decir. Siento si me mal interpretaste- cambió de pocisión y desvié la mirada- yo... Quería decirte algo.

-¿Y qué es?

Sentí mis ojos arder y algo derrumbarse, tal vez mi dignidad.

-También me gustas, Jaron.

No lo ví, no quise hacerlo. Presioné mis puños sin recibir respuesta alguna deseando desaparecer.

Su mano tomó mi menton obligando a mirarlo. Una chispa cruzaba sus hermosos ojos y presionaba la mandibula tratando de contener una sonrisa.

Él solo quiere jugar contigo.

-¿Por qué ahora?¿Qué tramas, Pinky?

-Es verdad- sonreí- no me digas que ahora tú eres él que cree que es todo mentira.

Su sonrisa creció dejando ver pequeñas, pero bonitas, arrugas alrededor de sus ojos.

Y fue cuando sus labios tocaron los míos, ese momento exacto en que supe.

Ya no había marcha atras.

Y, el que se enamora pierde.

Seducelo, Enamoralo & Rompelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora