Seducelo, Enamoralo & Rompelo.

|35| Flashback.

Flashback;

"-Scarlett- la mujer tomó por los hombros a la niña de cabellos rubios y sonrió cuando esta abrió sus pequeños ojos con pereza- Sky, es hora de irnos.

-No quiero hacerlo, solo quiero dormir- se quejó cubriendo su rostro con una manta, la cual no tardó en ser retirada.

Miró a su madre con el ceño fruncido y relajó sus facciones en cuanto esta acarició su rostro. Un gesto bastante conocido entre ambas.

-Mamá promete que no dejará que Damon la golpee- le habló para tranquilizarla.

Fue duro hacer que Sky deje su aposento, y más aún hacer que tome una ducha que no fue tan mala ya que aprovecharon el momento para reir y gritar. Mientras el shampoo caía sobre los hombros y espalda de ellas no dejaban de cantar la canción del tren, una y otra vez con voz chillona y divertida.

Después de vestirse y peinarse con dos hermosas trenzas, listas para el trabajo e ir al jardin, salieron de la habitación tomadas de las manos.

-Disculpa- la mujer se volvió recogiendo los papeles que dejó caer hace tan solo segundos, Sky la miró impaciente y la apresuró excusando que tenía que llegar temprano porque si no, no le darían su carita feliz.

La primera en darse cuenta fue ella, parada a tan solo centimetros de su progenitora fijó la vista en el hombre que las observaba desde el sillón. Su mirada era fría y tenía los ojos de un color rojo, casí como la sangre

-Mamá- susurró. Lilly levantó la mirada y por poco se deja caer, incorporó su cuerpo y alzó la barbilla sosteniendo con fuerza la mano de su hija.

-¿Puedo saber dónde van?- Damon preguntó desde el sillón.

-Lo normal, Sky debe ir al colegio y esta casa no se mantendrá sola.

-Quiero que te quedes- dictó y Lilly sintió una fuerte presión en su mano, bajó la vista solo por unos instantes antes de volver la mirada.

-Eso será imposible- dijo rodeando la cocina con intención de llegar hasta la puerta.

El hombre se levantó como pudo y caminó tambaleante unos cuatro pasos en su dirección.  Carraspeó la garganta y estiró su mano.

-Vamos, ven hija- le habló a la niña escondida detras del cuerpo de su madre, negó con la cabeza y pisó con fuerza su talon- vamos, no te haré daño.

-¿Qué quieres, Damon?- preguntó Lilly algo irritada.

-Ven- elevó su voz provocando pánico en la habitación.- te tengo un regalo.

Todos en aquella habitación sabían del estado en que se encontraba aquel hombre, no había llegado la noche anterior para dormir ni la otra. Y eso solo significaba una cosa.

Estaba borracho.

Los ojos de Sky se iluminaron y una sonrisa creció en sus finos labios hasta plantar un hermoso rostro de ángel, se apartó de su madre, quien no pudo detenerla y se acercó a su padre.

Todo sucedió rápido, en cuanto estuvo al alcance una mano se estrelló en la mejilla de la niña que cayó al suelo raspando sus rodillas descubiertas. Lilly acudió en ayuda de su hija, pero fue apartada antes de llegar a ella.

Damon tomó los cabellos de Sky y la llevó hacía él.

-Eres grande Scarlett, tienes que aprender a depender de ti misma y no molestar a tu madre ¿Entendido?

La pequeña asintió con lágrimas en los ojos antes de sentir un fuerte ardor en su cuero cabelludo, donde faltaba más que un pequeño mechón. Gritó, su madre lo hizo y el hombre solo se sentó a observar la escena.

-Sky- Lilly tomó el rostro de su hija entre manos y la obligó a mirarla- ¿Estas bien?- era una pregunta estúpida, pero aún asi se sentía en obligación a preguntarle.

La niña negó lentamente con la cabeza no queriendo mirar en dirección al sillón, la fría mano de su madre acarició con cuidado su mejilla y fulminó con la mirada a Damon.

-Tengo que trabajar de otro modo no tenemos para los impuestos- dijo en un tono de dusculpa, se acercó al oido de su hija y susurró para no ser oida- la señora Rawt esta ocupada y no tengo otro lugar donde dejarte, tendrás que irte y el mejor lugar será tú jardín, no te dejaré con él. Las marcas no se notan tanto- mintió- si te preguntan solo te golpeaste jugando y no necesitas ayuda, estas bien ¿De acuerdo?- Sky asintió de memoria el plan y suspiró secando las lágrimas- haré lo posible para que se vaya antes de que hayas llegado, lo prometo- besó su frente y la acompañó hasta la puerta donde la dejo caminar sola las tres cuadras de distancia.

Esa tarde regresó encontrando patrullas en frente de su puerta y una ambulancia. Antes de llegar a la puerta una mano sostuvo su brazo y la obligó a retroceder, sus ojos comenzaron a soltar las lágrimas y miró a Maron preguntando por su mamá.

-Esta bien- la abrazó- estaba discutiendo con tu papá pero llamamos a la policía en cuanto oímos los golpes, él ya no esta. No volverá- juntó sus labios pintados de un color carmesí y gritó- ¡Jaron, acompaña a Sky a tu cuarto. Y quedense dentro hasta que vuelva tu padre!

Una mano tomó la de Sky y esta miró al niño que la sostenía con fuerza, sus ojos negros observaron sus rodillas y la llevó dentro. Donde aún sin saber, intentó curar las heridas con agua y las sabanas blancas de sus padres.    "

-Siempre estuviste allí- dije lo más bajo posible, ví como Jaron quitaba la vista del camino y plantaba sus ojos sobre mi.

-¿Qué? -volvió a la carretera.

-Nada.

-¿Estas bien?- preguntó ahora él un poco preocupado y asentí con la cabeza recargandola en la ventana.

-Si, ¿Qué crees que tengan para decirnos?- pregunté sin dejar de observar como sus facciones se contraian con cada movimiento, y el desacuerdo cruzar por sus ojos luego de mi vaga respuesta.

Se encogió de hombros restandole importancia y separó sus labios para hablar:

-Sea lo que sea no creo que se trate de algo malo- opinó y estuve de acuerdo- te han dicho que no lo era ¿Por qué desconfiar?

-No lo sé.

El resto del camino a casa transcurrió con pequeñas preguntas y respuestas, los viejos recuerdos se esfumaron por lo que fueron algunos minutos y al llegar me extendió su mano sin olvidar la gran sonrisa que tanto lo caracterizaba.

-¿Vamos?- preguntó en un tono seductor y acepté su invitación dejando que me guiara.