|43|Preguntas.

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Regresé a casa antes de los esperado, mucho antes de lo esperado. En realidad, esa misma tarde me dejaron ir.

No es necesario decir lo incomodo que fue aquello, solo mamá me esperaba en un taxi con su cabello recogido y el maquillaje viejo. Nadie más, había pasado la mitad del viaje hablando con mi padre y pidiéndome que solo le dijera algo, que, "no era" tan mal hombre. "Había cambiado"

Cuando llegamos a casa la cena ya estaba preparada, y no fue hasta entonces que logré darme cuenta del hambre que tenía. Dado que en el hospital no comí nada.

-Muero de hambre- coloqué un plato sobre la mesa, solo eramos Jaron y yo preparando las cosas en la cocina.

No dijo nada, solo se limito a seguir llenando los vasos con jugo.

-Gin dijo que quería hablar contigo- su voz resonó en el ligar y asentí ¿Desde caundo habíamos vuelto a comenzar desde cero?

-Jaron.

-La comida esta lista- exclamó volteando para abrir el horno.

No fue tan difícil adivinar que me estaba evitando, igual como lo hacían todos.

-Esta rica- dije mordiendo mi hamburguesa, nadie habló. O por lo menos hasta que Maron nombró algo de los vecinos.

Charla de la que yo, quedé totalmente excluida.

-Esto es incomodo- susurré para mi misma, miré a Jaron de reojo encontrandolo con su vista clavada en mi y me encogí aún más en mi lugar intentando no llamar tanto la atención.

-Me enviaron una invitación, para pasar dos semanas antes del inicio de clases en el campus- dijo en dirección a nuestras madres, aunque en realidad sabía que lo hacía precisamente para que yo escuchara.

-Eso es genial- oí decir.

-New York- dijo Jaron en un aire soñador, llevé un pedazo de pan a mi boca intentando calmarme.

Era un idiota, de los grandes.

-¿Y tu, Sky, no sabes que harás luego de que te gradúes?

-No- respondí con un solo monosílabo fulminándolo con la mirada.

-¿No has pensado en ser actriz? Se te da bien el actuar- dijo con sarcasmo.

-¿Y tu no has pensado en ser agente del FBI? Se te da bien el ocultar información

-Bien, es suficiente- mamá se puso de pie, abrió la boca para decir algo pero lo único que salió de sus labios fue:- traeré el postre.

-No tengo hambre- dijimos al unisono, y antes de que él lo hiciera me puse de pie y caminé en dirección a mi habitación.

¿Qué tan idiota se puede ser?

Salté sobre mi cama con la mente en blanco, no podía creer que ni siquiera supiera que es lo que iba a ser de mi vida en pocos meses. No me había detenido a pensarlo, no quería trabajar en la boutique de mi mamá ni tampoco conformarme con un trabajo de medio tiempo. Llevaba años esforzándome para llegar a eso.

Sostuve el teléfono contra mi oído y espere... Espere y espere hasta que una voz dijo que mi saldo era insuficiente.

-Gin...- susurré mirando la pantalla- ¡Mamá!- grité y me puse de pie- ¡Mamá!

Salí de mi habitación evitando ver la habitación de en frente, donde sin duda pude captar a un Jaron sin camiseta rebuscando algo en sus cajones.

-Mamá- la encontré lavando platos en el fregadero- esto no tiene...

-Lo sé- dijo mirando su trabajo- tuvimos que pagar el hospital y además mudarnos no nos saldrá tan barato- soltó una risita, caminé hasta ella y sostuve su muñeca entre mis manos.

-No quiero mudarme- fueron las palabras que exactamente utilicé, sus ojos se desviaron a los mios- tengo amigos, nueva escuela...

-Y Jaron- dijo bajando la voz.

-No es por él.

-Claro que es por él- afirmó mas que segura e intenté mantener la calma ante su falsa acusación.

-No lo es, necesito hablar con Gin. Volveré en un par de horas.

-No iras- interrumpió mi camino hacía la puerta, la miré con el ceño fruncido intentando esquivarla- tienes que hacer tus tareas y tomar reposo.

-Mamá- me alejé cerrando los ojos con fuerza- no estoy para esto, ¿Si? Déjame salir.

-No lo haré.

-Si lo harás- saqué su mano de mi hombro caminando hasta la puerta.

-Sky.

-¡No!- di un grito con todas mis fuerzas y corrí alejándome de allí sin dirección alguna.

Ya no quería ir a casa de Gin, no sabía que era lo que exactamente quería.

Caminé sin rumbo por las calles hasta encontrar un museo, no entré, pero si me senté junto a una columna observando la gente entrar y salir. En ocasiones me distraía con las luces que cambiaban de azul a rojo, y de rojo a verde y así sucesivamente.

Todo solamente para no admitir que estaba sola. Solo quería creer que tomaba un descanso y que el dolor en mi pecho no era solamente más que un capricho.

Porque por alguna razón los viejos recuerdos de mis padres discutiendo, cada cosa que me salía mal, el no poder decir lo que sentía, mi mamá enamorada y de una mujer, el pensar que me separarían de el chico a quien quería por siempre a mi lado, que mi vieja amiga me haya traicionado, haber dejado a mi quizás ya no mejor amigo con ella, que mi padre haya vuelto, el que todos me traten a como un objeto invisible y mi reciente pelea con Jaron vinieron a mi cabeza de golpe intentando salir de ella.

Mis ojos se aguaron y seguí sin despegar la vista de las luces que seguían y seguían cambiando.

Y solo bastó una llamada para dejar escapar todo lo contenido y más.

La tensión de mamá había bajado y se desmayó golpeando su cabeza contra el suelo.

Y fue en aquel momento que me pregunté ¿Por qué a mí?¿Es que acaso hice algo mal? Y tenía la respuesta a esas dos preguntas.

Seducelo, Enamoralo & Rompelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora