Llévate cada uno de tus besos,
y mis ganas de quererte más.
Que no las quiero.
He aprendido que debo amarme más a mí,
que amarte más a ti.
Que ganar la guerra, a veces, significa retirarse.
Porque no hay dolor que valga las noches de insomnio.
He guardado un secreto dentro de tus labios,
y se me ha escurrido en el fondo de tu ombligo.
He inventado todas las formas de hacer y deshacer el amor contigo:
te quise, a trecientos diecisiete kilómetros y dos salidas de emergencia,
pero, te basto quererme a medías, que al final, me quisiste menos que más.
