— Por supuesto que le quería— Le había estado queriendo desde siempre. Incluso, cuando no tenía ninguna inquietud respecto a su vida.
Me llenaba de flores el cabello para hacerme resaltar entre tantas primaveras vestidas de calma. Y nunca me noto.
Tenía una debilidad por su boca,
y una fascinación por los kilómetros
entre su cuerpo, y el mío.
Por más patética que suene,
siempre le querría.
Intenté prenderme un cigarrillo al pasar por su lado,
como diciéndole: "Necesito desesperadamente que me toques"
pero nunca funciono.