La electricidad nos vuelve a dar un puto portazo en la cara.
Nos vuelve a dejar sin nosotros.El recuerdo nos abraza, pero siempre llega acompañado
de la soledad, y la angustia. Nos abriga afuera del bar,
repletos de amor, y llenos de tanto.
Estoy un poco cansado,
y al borde del precipicio de no saber
si me querrás hoy, o mañana, o quizá,
dejes de quererme después.
No consigo quererte si no lo doy todo.
Me vuelvo a deshilar las cicatrices
con tanto gusto, que empiezo a pensar
que se vive mejor roto, que completo.
No he vuelto a poner los ojos encima del calendario,
porque todos los huecos vacíos sobre el papel,
me recuerdan a ti.
Reconozco que no he sido lo suficientemente fuerte
para dejarte ir. Y no es que quiera, pero,
temo olvidarme de ti, y perderme a mí
a mitad del vuelo.
Me jode que lo tomes tan a la ligera.
Me jode que dejes de querer en un par de días,
que nos hayas superado demasiado pronto.
No puedo lidiar con tanto desamor.
Ni quiero contarte todo lo que vas a perderte
por dejarnos ir.
Por no tener cojones de decirnos las cosas bien,
y cerrarnos el alma en cada carta de desamor.
A lo que iba.
Siempre habrá un lugar para ti,
aunque las puertas comiencen a cerrarse,
y el sabor del alcohol comience a disiparse.