Nadie me dijo que era un amor taxidermista; una ida sobre la cuerda floja. Un amor trapecista, que se asoma de tanto en tanto porque en su cobardía, decidió no quererte. Un punto de quiebre, que lleva en las manos las soledades de mil soldados con sabor a derrota. Un amor mezclado con las yemas de tus dedos, evitando el equilibrio sobre tú espina dorsal.
Nadie me dijo que sueñas con prisa; que querías tanto, hasta quedarte vacía. Que en los prejuicios de belleza, encajan tus medias, y la locura de tus muslos. Que aprendiste de soledades, y amar con tus mitades.
Nadie me dijo que era un amor simbiótico; un amor con despedida, pero con la intención de siempre quedarse clavado debajo de tú piel, sin importar el desgaste de la tinta.
Nadie me dijo que era una guerra. Que iba a quedarme a mitad de tu ombligo. Que si el amor contigo, es vivir al filo del mañana, siempre al fondo del abismo... Si es así: me quedo contigo