No quiero perderte. Pero tampoco puedo obligarte a que te quedes.
He vuelto a buscar en el espacio vacío del armario, pero no estás.
Cuantas veces me quede clavado debajo de tu ombligo, ignorante navegante del océano de tú cuerpo.
Y lo que me jode, es que te extraño más en domingo.
Y lo que más me jode, es que mí puto estado de animo depende de tú risa.
Te quiero devuelta, pero sé que el amor tiene 27 planos, y no basta con quererse tanto. No basta con quedarse porque sí.
Extraño nuestro cuerpo al calor de la habitación.
Sueño con los versos de tú boca,
con las nubes de tú pelo,
y me aferro al recuerdo.
Quiero despertar.
Pero estoy despierto.
Y eso, jode.
