Mordiscos

44 2 0
                                    


Eran tus mordiscos a mitad de un polvo; eramos. Era una suma imposible; nunca tuvo resultado, ni siquiera hubo una problemática. Había deseo inquebrantable de guerra; de ruinas. De recorrernos desnudos, y corrernos de pie, mirando al horizonte, en medio de un incendio prematuro, que iniciaba en tú cintura, y terminaba por escurrirse a través de tus piernas, llenándolo todo de polvos y azufre.

Me consideraba un naufrago viviendo en tus pestañas. Recorriendo de lado a lado los alfileres de tus piernas. Contando, una a una, cada galaxia y estrella perdida dentro de tus hombros.

De nuevo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora