Quizá, querernos a medías fue quitarnos las bragas y caminar desnudas por el mundo. Pintarnos los pechos de colores, y tal vez, un amanecer en nuestra espalda.
Amarnos y tomarnos de las manos.
Sin apuros.
Sin temor a que el mundo nos viese con el alma desnuda, y las costillas sin carne.
Saber querernos en la oscuridad.
Llenar las paredes con preguntas,
corazones llenos de respuestas.
