XIV:Desupés de la tormenta viene la calma

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Heya. Bien, ¿Se lo preguntan? Yo sé que sí. "Apheront prometiste el final de noches lluviosas, por qué actualizas este fic, ¡Aun nos debes el otro!" Lo sé, y me disculpo, pero, eso se debe a que vi que a varias personas pareció no haberles gustado el capítulo anterior, así que, ya que me han acompañado hasta este capítulo, decidí dejarles un mejor sabor de boca, o un peor en todo caso, y por eso les traigo este capítulo. Llámenlo extra si quieren, tomen en cuenta que estoy actualizando un fic en menos de 10 días, es todo un logro y no es algo muy común en mi persona, pero basta de mí, esto es para ustedes, espero les guste, aunque puede que lo odien más que el anterior, ya verán por qué XD, y quiero aclarar que todo, TODO en este capítulo es real, no habrá fantasía alguna aquí, excepto un pequeño flashback, pero después de eso, repito TODO es real c; disfruten.

El grisáceo color de las nubes en una mañana lluviosa adornaba la bóveda celeste hasta donde el ojo podía ver; el clima se manifestaba de manera diferente en cada uno de los distintos distritos de Zootopia, una suave, aunque abundante nevada en Tundratown, un fuerte chubasco en el distrito forestal, aunque nada de otro mundo para los residentes, un simple paraguas era más que suficiente, o la solución más obvia, quedarse en casa a esperar una mejoría en el clima. En cuanto al centro de la ciudad, una lluvia regular, acompañada por una fuerte brisa, tornando el ambiente lo suficientemente frío como para pensárselo dos veces antes de salir de casa, a decir verdad, podría ser algo relajante si se tenía pensado descansar, o recuperarse en el hospital.

El cálido y embriagante olor a café golpeó directamente la nariz de Judy, mientras que ésta sostenía un pequeño vaso desechable entre sus manos, inhalo y exhaló un par de veces más, dejando que el vapor calentase su cuerpo desde dentro. Las sábanas de la cama la cubrían hasta la cintura, mientras que ella se encontraba sentada, recargada en el respaldo, su pulso era tranquilo y continuo, sus heridas empezaban a sanar, y su pierna, aun a pesar de estar rota, no le causaba molestia alguna, al menos no más allá de impedirle caminar como a ella le gustaría. Judy era una coneja, correr y saltar era la alegría de su vida, no podría vivir privada de tales cosas, pero no se mostraba asustada de lo que le había ocurrido, según los estudios médicos, no había riesgo de perder la movilidad, en cuanto retirasen el yeso, toda ella volvería a la normalidad, a excepción de unas cuantas cicatrices, que su pelaje se encargaría de esconder, un amargo recordatorio de lo que pasó, pero así mismo, una prueba de que sobrevivió.

-Entonces Nick no está...- Trató de decir después de darle un sorbo a su café.

-No, no, él está bien, está vivo pero- Cassie la interrumpió un momento. Traía puesto un abrigo de color marrón y un pantalón de franela, ideal para resguardarla del frío –Bueno, no le fue fácil asimilar la situación-

-(Suspiro) Jamás fue mi intención hacerle eso- Aclaró Judy bajando la mirada.

-Nos diste un gran susto a muchos, en cuanto llegaron al hospital, durante los primeros días, Nick se negaba a apartarse de ti, sus heridas eran graves, pero se negaba a irse-

-¿Por eso terminó en cuidados intensivos?- Preguntó desviando su mirada hacia Cassie.

-Sí, el jefe de la policía tuvo que arrastrarlo, perdió más sangre de la que debía, solo en esperar a que despertaras-

-Hehe, jamás creí que Bogo se preocuparía así por nosotros- Rio la coneja, en un intento de romper la tensión que se había generado desde que despertó.

-Lamento haberte asustado ayer- Soltó la zorra de pelaje blanco.

-No fue tu culpa, yo ni siquiera te dejé terminar de hablar, creo que la idea de perder a Nick después de todo lo que pasó, bueno, era demasiado para mí, ni siquiera estaba segura de lo que hacía, supongo que, todo era solamente una gran paranoia mía-

Zootopia: Algo más que una esperanzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora