Mi madre me cuenta lo sucedido. Mi padre salió al jardín a regar las plantas, y luego, comenzó todo. Su vecino, el señor Blackwell, corría por ayuda. Papá respondió, pero fue atacado bruscamente por la hija de Blackwell, quién estaba infectada y le mordió el cuello a mi padre. Mi mamá salió a ayudarlo, sabiendo que lo que pasaba era real. Sabía lo que ella era, al ver a su alrededor, pues solo había alboroto, cuando el virus brotó y afecto a más. Ella salió con un cuchillo y le arrebató la nariz a la chica, pero, al seguir viva, decidió atacar a su propio padre, mordiéndole el estómago y abriéndolo.
Ella decidió entrar a la casa, arrastrando a mi padre hacia dentro. Revisó su herida, pero cuando lo levantó, ya era demasiado tarde. Dejó de respirar y falleció. Ella llamó a la policía, dijo que estarían en camino, pero ahí, también se dio cuenta de que no era invento, que si había zombis infectando a quienes mordían. Mi padre se había levantado del suelo, con los ojos amarillos y dilatados. Despertó, expulsando sangre de los dientes, apretándolos muy fuerte. Se dirigió hacia mi madre, pero a ella no le importó saber que él ya no era su esposo, sino solo un muerto viviente y salvaje que se la quería comer (literalmente).
Ella tomó el bat de baseball que usé para ganar un juego cuando tenía 12 años. Era de metal. Qué conveniente para ella. Después de lo ocurrido, se escondió en el cuarto de pánico. Me dijo que trató de llamar a mi hermana, Valeria, pero no respondía. Después de eso, ella colgó. Su batería de había muerto.
-¿Qué pasó? –Me preguntó Nayeli.
-Mi padre murió... Mi madre está escondida en un cuarto de pánico en el sótano de su casa. –Respondo, bajando la mirada. Tomé su mano, para tratar de relajarme. Le entrego el teléfono para que ella llame a su familia. O a alguna amiga. O a quién sea.
Pero la llamada tenía que esperar, pues fuimos golpeados por un auto y nos volcamos. Las llamas empiezan a crecer y tratamos de salir del auto. Todos lo logramos, pero a Newit le tocó la herida grave. El fuego alcanzó una parte de su ojo. No se apagaba. Intentábamos lo posible. Era gasolina encendida en fuego y era muy difícil.
-¡Dios! –Gritaba Viviana. -¿Qué Mierdas pasó? –Seguía gritando, desesperadamente. Volteó a ver el auto que nos golpeó. Chocó en el muro de una casa. El muro no se cayó, pero el auto quedó muy mal. En el vidrio se miraban terribles manchas grandes de sangre oscura. Un zombi manejando el auto.
Nayeli corrió hacia esa casa y tomó una manguera, verificó que tuviera agua, así que lo hizo, y después, mojó la llama que ya le había hecho una cicatriz grave que se extendía del ojo, hasta la mejilla, haciendo una forma de una ''r'' al revés. Y un poco mal hecha. Necesitábamos llegar a un hospital para tratar esa herida. -¿Dónde encontraremos un hospital? Tenemos que llevarlo, es urgente.
Viviana corre hacia las casas, intentando llamar la atención para ver si había alguien en casa, pero estaban vacías. –Tomemos un auto prestado. –Dice ella, observando el auto estacionado en la 3ra casa después de aquella donde el zombi chocó.
-Estás demente. –Dice Nayeli. –Pero no tenemos otra. ¿Sabes encenderlo sin llave? –Pregunta.
-No es necesario. La llave está dentro. -¿Cómo podemos tener tanta suerte bi-polar? Buena y mala llega al instante. No había nadie en casa, pero se miraban las llaves del auto dentro de una casa sola. Pero las necesidades extremas llevaban a medidas extremas. Tumbé la puerta y tomé las llaves. Como dije. La suerte está bi-polar. Un hombre se levanta detrás de la mesa de piedra de la cocina de la casa. No habla español. Parece ser alemán. Tiene un cuchillo en la mano. Solo dijo una palabra en español ''! Largo !'' y fue la última.
Un zombi se me lanzó encima. Escuchó los gritos y solo se dirigió a mí, pero yo lo tomé y lo alejé de mí. El hombre seguía gritando, lo cual atrajo el zombi a él. El zombi mordió su hombro y él seguía gritando. Sin pensarlo, tomé las llaves y me dirigí a mis amigos, que estaban esperando, y Nayeli mantenía un pedazo mojado de tela, quizá de la camisa de Newit para taparle la herida.
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Apocalipsis Mutante
ActionUna caja de pistolas. Una chica encapuchada. Mis cuchillos. Un destello rosado. Y Ellos. Siempre están ellos en mis sueños. Los muertos. Quiero darte la bienvenida a mi nuevo mundo. Hemos pasado 5 meses, 12 días y 15 horas aquí. Encerrados en una pr...