-Qué montón de mierda. –Dice Frida. -¿El poder de ver el futuro? Bah. Es mera coincidencia. Quizá lo escuchó mientras estaba inconsciente.

-A mí tampoco me parece lógico. Pero es cierto. –Le digo. Luego le doy otro sorbo al agua. –No me creas. No importa.

Ella se mantiene quieta. Luego vuelve a la mesa. El dolor de cabeza ha disminuido. Ahora me siento mejor. ¿Cuáles fueron las demás imágenes? Hago lo posible para recordar. Me pongo de pie y como un cuaderno de mi cuarto. Anoto lo primero. La caja de armas. Listo. ¿Qué seguía?

-¿Qué haces? –Pregunta Nayeli.

-Sé lo que vi. Necesito recordad. –Le digo. Cierro los ojos e intento tomar de nuevo esas imágenes en mi mente. Por más que me concentrara, no lo podía recordar hasta que vi la cara de Phil. Esto pasó cuando fui a verlo. La imágenes regresan. Tomo nota de lo que pienso.

''Un bosque''

''Zombis comiendo''

''Una chica encapuchada''

Eso fue todo. La caja con las armas ya fue. Tendré que esperar a ver si estas imágenes también se cumplen. No puede ser sólo una coincidencia. Pasó 3 veces.

Cuando sueño, no hay visiones del futuro. Esta vez, me llega el recuerdo de cuando conocí a Nayeli. Ella trabajaba en una tienda que vendía camisas con imágenes que los nerds podían apreciar. Súper héroes, series, chistes, etc. Me detuve a comprar una camisa de Ataque a los Titanes. Ambos teníamos 19 para entonces. 3 días después, la invité por un café. 5 días después de eso, la invité a cenar. Comenzamos a salir seguido después. La cosa iba seria. Entonces decidimos ser novios y vivir en la misma casa. Rentamos el departamento y abrimos un establecimiento cerca.

El negocio era bajo, pero nos podíamos sostener con mi segundo trabajo. Incluso pedíamos préstamos al señor Gregory. La última vez que pedimos un préstamo, no podíamos pagarlo. Por eso, tuvimos que ir a la convención. Estaba reviviendo todo lo ocurrido. Luego terminó. Desperté y Nayeli seguía dormida.

Esta vez no pareció que tuviera una visión del futuro.

Me dirijo a la cocina para tomar algo de agua. Decido servirme algo de cereal. Reviso la etiqueta de la leche para ver si no ha expirado. Sólo le quedan 7 días.

Las provisiones se acabarán cuando menos nos demos cuenta. Tendremos que hacer salidas a lugares distintos y lejanos con más comida que no tenga fecha de expiración.

En eso, a lo lejos de la calle, escucho 3 disparos. ¿Hay más gente?

Salgo por el pasillo y me encuentro con Newit, quién también sale para ver qué pasa. En eso, me detiene. -¿Qué haces? Debes descansar!

-Estás bromeando, ¿Cierto? Déjate de tonterías, estoy bien. –Le respondo. Los dos salimos y nos encontramos con Frida en la puerta, observando hacia la dirección en la que vino el sonido de los disparos. Se queda inmóvil. Cuando vamos a ver de qué se trata (O quién) nos detienen 5 zombis dirigiéndose a ese sonido. Frida está lista con su bat para golpear los cráneos de cada uno. Ella le da golpes a 3, pero yo y Newit nos deshacemos del resto.

-Toma. –Dice Newit entregándome una de las armas que encontró. –Tenemos que ir a ver qué fueron esos disparos. Más vale que estemos preparados.

-¿Nos acompañas? –Le pregunto a Frida. Ella sólo observa los cuerpos de los zombis en el suelo, viendo cómo uno de ellos sigue con vida, intentando levantarse. Yo me acerco para incrustarle el cuchillo, pero ella se me adelanta y golpea el cráneo, dejándolo hecho pedazos. Sin embargo, no se detiene. Ella comienza a gritar. No comprendo. ¿Será que aún no supera lo que le pasó a su padre? ¿Culpará a los zombis por su pérdida? Eso es muy obvio.

-Frida... -No se detiene. –Frid... Oye... ¡Oye! –Ella por fin se detiene sin mirarnos. La expresión en su rostro refleja rabia. Poco después, se calma. Me acerco a ella y le quito el bat con delicadeza. Ella parase estar en shock. –Frida, vuelve adentro, estarás bien con tu familia.

Sin embargo, no me presta atención. De repente, cae de rodillas. Luego llora. Llora por su padre. -¿Por qué no pude decir algo? ¡Maldición! ¿Por qué?

Ahora lo recuerdo, estaba por decir algunas palabras en el momento que supo que su padre estaba muerto.

Newit se acerca a ella. Pone su mano en su hombro e intenta hacer que se levante poco a poco. –Revisaremos más tarde. –Dice Newit. –Frida, vamos. Entra.

-Él murió... Y yo no lloré en el momento. ¿Cómo pude...? ¿Cómo demonios pude dejarlo pasar? ¿Por qué lo comprendo hasta ahora?

Phil sale del edificio y guía a Frida adentro. Newit me hace una seña para que vayamos a revisar de nuevo los disparos. Salimos corriendo para verificar y observamos varios zombis tirados en el suelo. Cinco En total. '' ¿Quién habrá hecho esto?'' Pienso. ''Hay más personas entonces.''

Un click se escucha detrás de nosotros. –Dense la vuelva. –Dice alguien detrás de nosotros. Un arma cargada apuntando hacia mi rostro cuando me doy la vuelta. Un hombre de cabello negro con un peinado puntiagudo me apunta a mí. Mientras que otro de piel morena apunta a la cabeza de Newit.

-¿Ustedes quiénes son? –Les pregunto. Ambos se miran entre sí y bajan sus armas.

-¿Viven aquí? –Pregunta el hombre que le apuntaba a Newit.

-¿Por qué quieren saber? –Responde Newit.

-Le ofrecemos refugio a las personas en una escuela un tanto lejana de aquí. Como a 25 minutos en auto. Estábamos buscando en lugares lejanos primero. Gente. Armas. Provisiones. Pueden venir con nosotros. ¿Cuántos son? ¿Sólo ustedes dos? ¿Cómo se llaman?

-Si nos iban a ofrecer un refugio, ¿Por qué nos apuntaron con armas?

-No sabíamos si eran vivos o infectados. Apuntamos en caso de que no fueran vivos por precaución. Soy Leo. –Dice el que me apuntaba con un arma. –Mi compañero es Oscar.

-Pues, Soy Newit. Él es Jimmy.

-Somos más personas. ¿Cómo sé que podemos confiar en ustedes?

-Bueno, entre más gente sobreviva, menos infectados tendremos que enfrentar. –Dice Oscar. Y tiene un punto. Quizá lo que quieran es formar algún tipo de resistencia. Entre más gente, mejor.

-Podría funcionar. -Le digo. –Somos más personas. Tenemos nuestro propio auto. Pueden dirigir el camino.

-Si tienen provisiones, Las pueden llevar. Será buena la cooperación y lo repartiremos todo en partes iguales para sobrevivir. –Dice Leo.

-Pues es bastante, así que pueden llevarnos a su lugar y volver por el resto más tarde, si es que hacen revisiones a lugares como estos para conseguir comida.

-Bien. ¿Cuántos son? –Pregunta Oscar.

-Somos... Uh... -Comienza Newit, luego se pone a contar con los dedos. Un poco extraño se ve haciendo algo así frente a gente que no conoce. –Somos siete, contándonos.

-Bien, avísenos cuando estén listos. –Dice Leo. Siento que al mismo tiempo que encuentro una mejor oportunidad de sobrevivir, no confío en ellos. Confié en todos con los que me encuentro en este momento, pero ellos... No lo sé. Tendremos que ir con ellos para verificarlo.

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Apocalipsis MutanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora