5 días han pasado desde aquel incidente con los invasores. El entrenamiento ha sido duro. Los nuevos reclutas, los mutantes, han demostrado ser capaces de proteger y ayudar a los necesitados. Steve reforzó la reja, creando una barrera de titanio altamente resistente. Ha ayudado a crear trampas en distintos lugares fuera de la escuela y nos ayudó a crear nuevas balas, transformando la tierra en pólvora, las piedras en casquillos y juntándolo para formarlas.

Luis y Valeria han salido a limpiar el área. A eso se refiere Robert con asesinar a cada uno de los zombis en todas las zonas. Sigue sin recuperar sus recuerdos, pero sé que tarde o temprano lo hará. Le he contado acerca de los momentos memorables de nuestra infancia y adolescencia, pero aún no puede recordarlo.

Nayeli pudo seguir adelante. Y se ha vuelto más fuerte desde entonces. Ha logrado crear grietas más grandes en el concreto y despedazar grandes metales. Steve le ha ayudado a practicar, creando grandes esferas de piedra que puede lanzar hacia ella. Se ha vuelto veloz. A veces, los golpes van directo a su cara, pero cruza los brazos para detenerlos. Pero si un golpe es demasiado rápido para ella, entonces Steve transforma la piedra en agua en una milésima de segundo.

Yo practico con todo tipo de armas. Mi habilidad para ver el futuro he mejorado mis reflejos. Ahora puedo ver golpes un segundo antes de que ocurran. También he practicado para mejorar esa técnica.

Hoy, es mi turno de salir, junto con Steve y Uno de los soldados, Kevin.

-Este es el mapa del área. –Le dice Oscar a Kevin.

-No la hemos recorrido aún. –Responde. –Será divertido.

-Cuídense.

-Este viaje fue aún más largo. –Le digo a Kevin después de casi una hora.

-Sí, pero quizá encontremos algo más por aquí. –Dice, mientras estaciona el auto en frente de una tienda. Los tres salimos y nos ponemos a revisar el área. Doy unos golpes a la ventana y espero para ver si hay zombis dentro, pero nada. Steve usa su habilidad para convertir el vidrio en una estaca de cristal. Entonces un zombi con la cabeza pegada al suelo se despierta. Intenta levantarse, pero le cuesta. Alguien entonces estuvo ya aquí para pegarle el cráneo con lo que sea que lo estuviera sujetando al suelo. Entonces Steve le lanza una estaca y queda inmóvil y después, la estaca regresa a su mano.

-Tu habilidad es increíble. –Le digo.

-Gracias. ¿Tú también tienes habilidades, cierto?

-Sí. Yo veo el futuro

-Viejo, eso está de lujo.

-Supongo.

-Quietos, hay más. –Dice Kevin. Él saca un cuchillo y destroza a los 3 corriendo hacia él. Entonces, otros dos salen y Steve atraviesa al primero con su estaca y hace que regrese, destrozando la cabeza del segundo. Él toma la estaca cubierta de su sangre y la limpia con un trapo viejo.

-¿Serán todos? –Pregunto

-Supongo. Veamos lo que podemos llevar.

Entonces, escuchamos pasos detrás de nosotros. Un hombre y una mujer con aspecto sucio entran a la tienda, pero al vernos, levantan las manos asustados.

-¡No nos maten! Estamos vivos. –Dice el chico.

-Sólo queríamos darles la bienvenida. –Dice la chica.

-Mierda. Nos sacaron un buen susto. –Dijo Kevin.

-Lo lamentamos. Vivimos aquí desde que todo inició y los vimos entrar. ¿No son de por aquí, verdad?

-No, vinimos de un refugio a varios kilómetros de aquí. Mi nombre es Kevin. Ellos son Jimmy y Steve.

-Un gusto. –Responde la chica. Él es Erick. Yo soy Andrea.

-¿Están sólo ustedes?

-Sí. –Responde Erick. -Perdimos a nuestros compañeros. Íbamos a una convención de lectura, pero la epidemia comenzó. Quedamos atorados en este vecindario. Éramos más gente, pero varios fueron mordidos.

-Supimos entonces que se trataba de una invasión zombi. Tal como los libros literarios predijeron por la radiación solar.

-Discúlpenla. Le encanta la ciencia ficción. Cree que esto es igual a los libros de Correr o morir.

-Podría serlo, quizá.

-¿Tienen hambre? –Pregunta Erick. –Tenemos mucha comida. Tomen lo que deseen.

-Estamos agradecidos, en verdad. –Les digo. -Pero si sólo son ustedes, nos pueden acompañar. Podemos llevar esta comida a gente que la necesita y darles refugio con la condición de que nos ayuden a proteger el área.

-Eso sería estupendo, pero nos quedaremos. –Responde Andrea.

-Sí. Estamos bien aquí. Pueden tomar lo que deseen, pero nos quedamos.

-¿Están seguros? –Pregunta Kevin.

-Completamente. No nos gusta mucho estar rodeados de personas por distintas circunstancias.

-Bien. –Les digo. –Entonces tomaremos algo y nos iremos. Pero quizá nos vuelvan a ver por aquí. Intentamos encontrar lo que sea que nos sirva para sobrevivir.

-Será lindo tener visitas. –Dice Andrea.

-Gracias por su generosidad.

C:W

Apocalipsis MutanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora