¿2 Semanas? ¿Qué? ¿Cómo es eso posible? El evento fue ese día, pero recuerdo que contamos 5 días desde que inició.

-¿Por qué siente que fue hace cinco días? ¿Qué fue lo que vio?

Me quedo callado, intentando analizar lo que sucedió ese día. Entonces, decido hablar. –Tuve la habilidad de ver el futuro.

-¿Qué? –Pregunta la doctora. Nayeli voltea a verme con sorpresa. Al parecer, no esperaba que lo dijera así de pronto. -¿A qué se refiere?

-Mire, sé que suena loco. Pero es la verdad. –Dice Nayeli.

La mujer toma una pausa. Mira fijamente a Nayeli y no se muestra tan convencida. Luego voltea a verme. -¿Puedes decirme qué fue lo que ''viste''?

Ya siento que me ve como si estuviera loco o como si la infección ya me hubiera hecho mierda el cerebro. Comienzo a contarle cada cosa que nos sucedió. El accidente automovilístico. La llegada a nuestro departamento. Mis primeras 2 visiones. El encuentro que tuvimos con la familia de Frida. Mi desmayo y las nuevas 3 visiones que tuve al momento de caer. Ella sigue sin creerme. Lo noto en su rostro. Entonces sale del salón, dejándonos a mí y a Nayeli.

-No debimos decir nada. –Dije.

-¿Tú crees? Estoy segura de que nos calificará como ''Infectados''

-Pues, estamos infectados, según ellos.

-¿Qué? ¿Ahora lo aceptas?

-No. Digo... -Tomo una pausa para respirar y me aclaro. -...No lo sé. Me cayó sangre encima, sí, pero las visiones que tuve aparecieron antes de eso. Hablo enserio. No fueron simples Dé-jah-vús. Fueron reales...

-Jimmy, te creo. Tranquilo. Saldremos de esta. Y si no... Bueno, nos iremos juntos y no tendremos que soportar esta mierda.

Ella se convence de eso. De que hay más posibilidades de que estemos muertos dentro de poco.

Pasa una media hora de silencio y luego Robert y Oscar entran al salón. –Bien, la doctora Munroe ha confirmado que ustedes no tienen los síntomas comunes de un infectado. Sin embargo, mencionó que pudiste... uh... ¿''Ver el futuro''?

-Sí, señor. Hablo enserio.

-¿Me puedes explicar?

-Bueno, las primeras dos visiones fueron un sueño. Se cumplieron al día siguiente.

-¿Qué eran?

-Pues, la alacena de nuestro departamento estaba llena. Eso se cumplió. Luego, tenía sangre negra en mi camisa y un cuchillo ensangrentado. Al día siguiente, me desmayé, pero antes de caer, vi un bosque, zombis comiendo, una chica encapuchada y 5 armas en una caja blanca con una tapa roja. La última fue la que se cumplió.

El hombre sonríe. Luego comienza a reír. –Me agradas, chico. Oscar.-

-¿Sí, señor? –Responde Oscar.

-Suéltalos.

-¿Qué los suelte?- Dice con sorpresa. –Señor...

-Suéltalos. Es una orden.

Oscar nos quita las esposas y me susurra: ''Les estaré vigilando''

-Tus amigos te apoyaron. Dijeron exactamente lo que me contaste. Además, llevan bastante tiempo sin infectar a nadie. Creo que ya los podemos dejar quedarse a vivir normalmente con los demás. Pero una advertencia. Si una epidemia comienza dentro del refugio, los mataremos. ¿Quedó claro?

Ambos asentamos con tal de que no nos metan una bala en la cabeza. Entonces me saluda con un apretón. Ahí, una visión aparece. Lo que veo es de nuevo a la chica encapuchada apuntándome con un arma. Pero luego, veo una calle. Una casa blanca con una puerta de vidrio, una caja de armas llena y un destello rosado. Después veo a un soldado siendo devorado por los zombis fuera de la reja de la escuela.

¿Por qué la sigo viendo? ¿Qué fue el destello? Me tambaleo, pero Robert me sostiene. –Hey, hey, chico, ¿Qué tienes?

-Yo... tuve otra visión.

-¿Qué fue? –Pregunta Robert.

-Pues, de nuevo la chica encapuchada. Luego vi una calle y en ella, una casa blanca con una puerta de vidrio. Una caja de armas y un destello rosado. También uno de los soldados será devorado fuera de la reja.

Ellos me sacan y Robert llama por la radio: ''Atención, soldados de la puerta, repórtense en el centro de la escuela. Habrá un conteo''. Vamos a verificar si dices la verdad, chico.

-Señor, yo no dije que sería... -Entonces, se escuchan disparos a nuestra izquierda. Todos corremos y vemos a lo lejos que por fuera de la reja uno de los soldados está tirado en el suelo, sosteniéndose una pierna que se ve adolorida, mientras que les dispara a los zombis que se le acercan.

-Por dios. ¡Alguien abra la puerta! –Grita Robert por la radio.

-¡Usted los llamó a la explanada, señor! –Responde Oscar.

-Mierda. ¡Ve! Abre la puerta.

-Sí señor.

Oscar corre deprisa. Luego los disparos cesan. El soldado se queda sin balas y luego saca su cuchillo. Sigue en el suelo. Así no logrará darles bien en el cráneo. Oscar no logra llegar a tiempo. Corre, pero ya no se apresura. Poco a poco, deja de correr. El soldado ya fue devorado para cuando estuvo a unos metros de la puerta. 

Apocalipsis MutanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora